“Percibía muy buenas vibraciones de mis compañeras”, recuerda Laura Giuliani con una amplia sonrisa.

Por primera vez en 20 años las Azzurre regresaban a un Mundial y llegaron a Francia sin hacer mucho ruido, pero preparadas para dar la campanada. Y vaya si la dieron. Italia fue la gran sorpresa del torneo. Las pupilas de Milena Bertolini vencieron a Australia, golearon a Jamaica, apretaron a Brasil y no dieron opciones a China. Ya en cuartos Países Bajos, a la postre finalista, bajó de la nube a las Gagazze Mondiali (2-0). Pero para entonces todos hablaban de ellas.

“Teníamos ese feeling de que podíamos hacer algo grande. Nadie pensaba en el resultado, sino en vivir el momento y hacerlo lo mejor posible. Estábamos como en una burbuja, centradas en entrenar y jugar. Y no fue hasta que volvimos cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos hecho. Nos decían ‘no sabéis lo que está pasando en Italia. Todo el mundo habla de vosotras’. Y cuando llegamos fue como ‘oh, dios mío. Esto ha sido enorme’”.

Ha pasado un año desde entonces, pero Giuliani mantiene los recuerdos frescos. “Cuando hablo de esto todavía me emociono”, reconoce. Le hemos pedido a la arquera de Italia y la Juventus que haga un ejercicio de memoria con FIFA.com. Así recuerda esta cita mágica para las Azzurre.

“La primera imagen que me viene a la mente al pensar en el Mundial es la primera vez que llegamos a Valenciennes. Tuvimos un gran recibimiento en el hotel. Recuerdo que me dije a mí misma ‘dios mío, aquí estamos. En unos pocos días empezaremos el Mundial y puede ser genial’”. Las italianas terminarían jugando en esta ciudad del norte de Francia 3 de sus 5 partidos.

“Si tengo que destacar un partido del equipo sería este. Era especial. Nuestro primer partido en un Mundial. Decían que Australia era un rival muy duro, que iba a ser difícil. Todo lo que se decía era negativo, pero dentro del equipo teníamos sensaciones muy positivas. Estábamos muy motivadas. Recuerdo entrar a la cancha y decir ‘quizás hoy pase algo’. Por eso, cuando íbamos perdiendo 1-0, me dije ‘ok, no te preocupes, le daremos vuelta’. ¡Y pasó!”.

“Creo que mi mejor partido fue contra China. No tuve demasiado trabajo, pero ellas tuvieron unas cuantas ocasiones, también tuve que salir varias veces y me sentí preparada siempre que tuve que actuar. Además, en la primera parte el sol me daba en los ojos, pero me recuerdo muy concentrada en todo momento”.

“Creo que no fue una portera en particular, sino que el nivel general fue muy alto. Sari Van Veenendaal hizo un gran torneo y llevó a Países Bajos a la final con sus paradas. Christiane Endler es un arquera top y fue una pena que Chile quedara eliminada en la primera fase. Recuerdo atajadas muy buenas de las arqueras de Inglaterra, Camerún, Argentina, Escocia… Y creo que no he visto una arquera tan buena como la japonesa Ayaka Yamashita. Es increíble”.

La propia Giuliani fue una de las guardametas más destacadas del torneo, con momentos especialmente brillantes, como ante Brasil (1-0). Ese día, a pesar de conceder un tanto de penal, fue un muro. De hecho, la atajada que le hizo a Debinha en la primera parte es una de sus favoritas. “La recuerdo como si fuera ahora. Íbamos 0-0 y creo que es una de las mejores paradas que he hecho nunca”.

Para la arquera italiana, la clave de esta mejoría tiene una explicación sencilla. “La llegada de los grandes clubes al fútbol femenino está ayudando a que crezca mucho el nivel y la posición de portera es una de las que más está evolucionando. Por ejemplo, en 2015, cuando el anterior Mundial, la Juve ni siquiera tenía equipo femenino –nació en 2017–. Tú tienes que hacer tu parte, pero estos clubes te dan todo lo que puedes soñar a nivel de medios, planificación... Tienes todo lo necesario para lograr lo mejor de ti misma”.

Después de la ilusión despertada en Francia, Giuliani y sus compañeras están deseando volver a disputar un gran torneo con Italia. De momento andan inmersas en la clasificación para la EURO, aplazada a 2022, y el Mundial de 2023 asoma también en el horizonte. Pero ya no llegarán con el cartel de ‘novatas’.

“Siempre es más fácil hacerlo bien cuando vienes de la nada y no tienes presión. Cuando te piden mejorar lo que has hecho es más complicado, pero remos a la siguiente gran cita con la misma base en el equipo, entonces tendremos la experiencia y el carácter necesarios para afrontarlo y disfrutar del momento incluso si es más complicado”.