¿Cuál era tu juego favorito de la infancia? El de Celia Jiménez, aparte del fútbol, diseñar y desmontar cosas. “En una caja de cereales veía un coche, quería ver cómo era un secador por dentro, con los microchips, los cables…”

A veces esa afición tenía sus consecuencias. “Desmontaba MUCHAS cosas en casa y tengo que decir que algunas las ponía otra vez en su sitio, pero otras… me llevaba la bronca de mi madre”. Ríe y confiesa que su víctima favorita eran los teléfonos de rueda.

En Navidades los Reyes y Papá Noel le traían motos a pilas, telescopios… o un avión teledirigido que estampó contra el suelo al segundo vuelo. “Prometo que ya los puedo hacer volar”, dice acercándose a la grabadora, para que no quede duda alguna.

Porque a sus 24 años recién cumplidos, y tras casi media vida viviendo lejos de casa y trabajando duro, Celia ha conseguido canalizar sus dos pasiones y llevarlas a lo más alto: es ingeniera aeroespacial y futbolista profesional en la NWSL estadounidense.

Internacional desde 2014 y lateral derecha titular de los Seattle Reign, donde juega con Megan Rapinoe, ¿quién mejor que ella para hablarnos del duelo de octavos entre España y las actuales campeonas del mundo?

“Enfrentarte a las campeonas del mundo es una gran batalla. Es difícil, pero también somos ese equipo que, ante los grandes retos, da un paso adelante. Nos engrandecemos ante la dificultad y el hecho de que EEUU venga con esa experiencia y esas sensaciones solo nos va a servir de motivación extra”.

“Vamos a salir al campo mordiendo, a defender cada balón, pero también con esa hambre de portería y goles… Va a ser un partido muy especial. Lo más importante es que nos concentremos en nuestro estilo de juego. Si conseguimos sacar el máximo rendimiento de cada una de nuestras jugadoras, podemos hacer un buen papel.”

¿Habrá intercambio de mensajes? “Seguramente la vacilaré un poco, ella me vacilará un poco…”. Se ríe. La relación es buena y Celia admira el compromiso y el inconformismo de la estrella estadounidense.

“Me ha ayudado muchísimo en sesiones de vídeo, dándome consejos… siempre ha estado ahí. Tiene muchísima experiencia y aunque ha probado que es una de las mejores del mundo, sigue insistiendo en desarrollar su juego, que es rompedor y diferente”.

Ser ingeniera y futbolista profesional no es común en España. Menos aún combinar ambas cosas. Por eso Celia se considera una "rebelde" y aplica esa rebeldía a todos los órdenes de su vida. También a su rol en la selección. En este Mundial, a diferencia del de hace 4 años en Canadá, no está siendo titular, pero se lo toma como un desafío.

"Es difícil, pero ante las dificultades me crezco y me gustan los retos. Me lo tomo de forma positiva. Me planteé ser mejor jugadora en cada entrenamiento y esa filosofía me está ayudando muchísimo. Si sigo creciendo también hago a mis compañeras mejores y voy subiendo mi contador de oportunidades de saltar al campo".

Ante China, en el último partido de la Roja, tuvo sus primeros minutos. ¿La veremos intentando frenar a Rapinoe el lunes?