viernes 15 septiembre 2017, 09:30

Michelle AKERS (USA)

Nacida el 1 de febrero de 1966, en California, Estados Unidos Mediocampista ofensiva

La jugadora

Michelle Akers, a quien su ex seleccionador Tony DiCicco describió como “la mejor mujer que haya jugado nunca al fútbol”, ocupa un lugar destacado en el escalafón femenino del deporte rey. Fue la primera gran estrella del combinado de Estados Unidos, elegida Jugadora del Siglo de la FIFA en 2000 e indiscutible número uno del globo durante los 15 años que duró su distinguida carrera internacional.

Akers se aupó a lo más alto gracias a su habilidad, tamaño, potencia e inteligencia. “Era una guerrera”, señaló su ex compañera Mia Hamm, quien también brilló con luz propia. “Lo era todo para nosotros”.

El palmarés

  • Campeona en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 1991 y 1999

  • Medalla de oro en los JJOO de Atlanta 1996

  • Jugadora del Siglo de la FIFA (junto con Sun Wen)

Los recuerdos

La tenaz delantera se erigió en gran protagonista del fútbol femenino de Estados Unidos desde sus comienzos. Se incorporó a la selección nacional en cuanto ésta se creó, en 1985, y marcó el primer gol oficial.

Seis años después se proclamó máxima anotadora de la edición inaugural de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, con 10 dianas en seis partidos, entre ellas la que dio la victoria a su país sobre Noruega en la final, disputada en la ciudad china de Guangzhou. Estableció un récord mundialista al firmar cinco tantos en el 7-0 ante Taiwán, y se adjudicó el Balón de Plata y la Bota de Oro del certamen. Su contribución resultó decisiva para que las norteamericanas conquistasen su primer campeonato.

Cuando Akers tuvo que abandonar la cancha, con lesiones en la cabeza y en la rodilla, en su primer partido de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Suecia 1995, ante China, la selección estadounidense se vino prácticamente abajo con ella, y terminó sucumbiendo en semifinales contra Noruega. “Mi estilo era entregarme a fondo en cada momento”, afirma Akers. “Entraba en todos los lances, y asumía muchos riesgos físicos, porque no veía más allá del momento. Era mi punto fuerte, y también el débil. O me estrellaba o lo celebraba a lo grande”.

Esta californiana fue la primera mujer recompensada con el más alto honor de la FIFA, la Orden al Mérito, por su extraordinaria contribución al fútbol. Sin embargo, el éxito se cobró un precio, los problemas físicos, y a veces daba la impresión de estar tanto tiempo en las salas de urgencias como en los vestuarios. Se sometió a las mismas operaciones de rodilla (12) que goles consiguió en la Copa Mundial Femenina de la FIFA.

Akers se caracterizaba por su férrea voluntad de jugar al fútbol. En 1991 se le diagnosticó síndrome de fatiga crónica, pero, sobreponiéndose al agotamiento y a las migrañas que la debilitaban, continuó exhibiendo su calidad dentro del campo. A menudo tenía que pasar los momentos posteriores a las victorias pegada a una mascarilla de oxígeno, una bolsa de suero y un electrocardiógrafo. Colgó las botas a la edad de 34 años, en vísperas de las Olimpiadas de Sydney 2000. Con 105 goles en 153 encuentros, Akers es la cuarta máxima artillera internacional estadounidense de todos los tiempos.

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