miércoles 25 abril 2018, 13:05

Homare SAWA (JPN)

Nacida el 6 de septiembre de 1978 en Tokio (Japón) 205 internacionalidades (83 goles)

La jugadora

165 centímetros. Es todo lo que le faltaba a Japón para dar el salto a una dimensión totalmente distinta. Son los que mide, de los pies a la cabeza, la exjugadora Homare Sawa, quien convirtió a las Nadeshiko en una de las grandes potencias del fútbol femenino.

La centrocampista escribió las primeras páginas de su leyenda siendo todavía más pequeña. Se dice que apenas tenía seis años cuando, en un entrenamiento de su hermano mayor, el técnico la invitó a entrar en el terreno de juego para ensayar un disparo. El primer balón que tocó se transformó en gol, dando así comienzo a una larga serie…

Sawa era la única niña de un equipo local masculino, y con solo 12 años se convirtió en jugadora de primera división, poniendo rumbo a toda velocidad hacia otros récords. Su primera convocatoria con la selección llegó en 1993. Marcó entonces cuatro goles, confirmando lo ya evidente: Sawa era un fenómeno que no dejaría de crecer año tras año, puesto que además de disfrutar de un talento natural, se propuso esforzarse al máximo para mejorar constantemente. Esa combinación de calidad y trabajo le permitió ir subiendo todos los niveles hasta llegar a la cima, en la que se mantuvo durante 20 años. Disputaría seis Copas Mundiales Femeninas de la FIFA™, de 1995 a 2015, y cuatro Torneos Olímpicos de Fútbol Femenino, entre 1996 y 2012.

Su gran momento llegó en la cita mundialista de Alemania 2011, donde Japón, por el que pocos apostaban entonces, doblegó sucesivamente a la Mannschaft, a Suecia y a Estados Unidos, para acabar alzando el trofeo. Sawa, capitana de las suyas, se encontraba en estado de gracia: fue Bota de Oro adidas de la prueba, con cinco dianas, y se adjudicó igualmente el Balón de Oro adidas. Al firmar en el minuto 117 de la final el gol del empate contra Estados Unidos, el cuadro asiático pudo alcanzar la tanda de penales, en la que acabaría imponiéndose.

Y volvió a viajar a la cita mundialista en Canadá 2015, donde, a pesar de tener ya 37 años, estuvo a punto de revalidar el título con las Nadeshiko, que cayeron en la final contra las estadounidenses. Convertida en un ídolo en el país del sol naciente, anunció su retirada unos meses más tarde, con la satisfacción de haber logrado prácticamente en solitario un gran desarrollo del fútbol femenino japonés.

Palmarés

  • Copa Mundial Femenina de la FIFA (2011)

  • Jugadora Mundial de la FIFA (2011)

  • Copa Asiática Femenina de la AFC (2014)

  • Medalla de plata del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino (2012)

  • 8 ligas japonesas (1991, 1992, 1993, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2010)

  • 7 Copas de Japón (1993, 1997, 2004, 2005, 2007, 2008 y 2009)

Sus recuerdos

Acerca del mejor momento de su carrera: “Es muy difícil quedarse con uno solo, pero creo que el mejor momento de mi carrera fue la victoria en la Copa Mundial Femenina de la FIFA. Conseguimos aquel triunfo unos meses después del terremoto, una catástrofe que había hecho sufrir a mucha gente. No hicimos más que ganar un torneo de fútbol, pero muchas personas nos dijeron que nuestra victoria les había dado esperanzas y valor para seguir adelante. Me alegré mucho de haber hecho que mis compatriotas se sintiesen así”.

Tras la final de Alemania 2011: “Este es mi quinto Mundial, y no había hecho nada especial en las cuatro ediciones anteriores, así que estoy muy contenta por el resultado. Llevo vistiendo esta camiseta 18 años, he tenido que armarme de paciencia. El fútbol femenino japonés ha atravesado momentos difíciles, y es un verdadero desahogo. ¡Pero aún no lo he asimilado!”.

Sobre su título de Jugadora Mundial de la FIFA 2011: “Fue como un sueño. Ninguna jugadora asiática había sido elegida antes. Desde ese punto de vista, supuso un gran honor. Unas pocas futbolistas ganan este premio únicamente una vez en sus carreras, y las demás deben contentarse con soñar. Me alegré muchísimo al saber que me habían elegido mejor jugadora del planeta”.

Acerca de su influencia en el desarrollo del fútbol femenino en Japón: “Llevo mucho tiempo jugando al fútbol, pero hubo que esperar a nuestra victoria en el Mundial para que las cosas cambiasen de verdad. De la noche a la mañana, nuestra disciplina acaparó la atención. Los medios de comunicación estaban más pendientes que nunca de nosotras. Hace unos años, ver a una mujer jugar al fútbol causaba cierta sorpresa. Hoy en día hay chicas practicando su deporte preferido casi en cualquier sitio”.