Es el partido que ninguna de estas selecciones quería jugar. Pero aunque las heridas de sus respectivas derrotas en semifinales todavía escuecen, Inglaterra y Suecia ya están concentradas en terminar con una sonrisa su participación en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™.

“Se trata de la medalla”, declaró el seleccionador sueco, Peter Gerhardsson, tras perder ante Países Bajos el miércoles. “Terminar terceras, naturalmente, es una sensación mucho mejor que terminar cuartas. Haremos todo lo posible por intentar conseguirlo”.

Su homólogo de Inglaterra, Phil Neville, está igual de motivado: “En cuanto acabó el partido [contra Estados Unidos], mi primer pensamiento fue: ‘¿Cómo ganamos el sábado?’. Tenemos un proyecto a tres años y ya veré el sábado la actitud, la concentración y el compromiso de mis jugadoras. Y no me defraudarán, porque nunca lo han hecho”.

Ambas selecciones se midieron el pasado noviembre en un amistoso, con triunfo sueco por 0-2. Fue la primera derrota en casa de Inglaterra desde 2015 y, aunque actualmente estén mejor situadas en la clasificación mundial, las Leonas saben por aquella dolorosa experiencia lo peligrosas que pueden ser las veloces suecas.

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Inglaterra concluye su campaña en el mismo sitio que la empezó, en Niza, donde Phil Neville ha estado tratando a su equipo con cierta mano blanda, permitiéndole reponerse del dolor de la derrota ante Estados Unidos. Las Lionesses no podrán contar con Millie Bright, sancionada tras su tardía expulsión en la semifinal, y jugadoras y cuerpo técnico se han solidarizado con la capitana y compañera de Bright en el eje de la zaga, Steph Houghton, tras su pena máxima fallada.

El día extra y el entorno familiar de Niza han ayudado a Inglaterra a volver a centrarse, y todas sus integrantes parecen decididas a concluir su aventura francesa a lo grande. Para ello, tendrán que concentrarse en retener la posesión, cerrar los huecos entre sus centrocampistas y por detrás de las defensas, y permanecer fieles a su planteamiento ofensivo. Muy atentos también a Ellen White, que todavía puede arrebatar a Alex Morgan la Bota de Oro adidas.

Perder contra Países Bajos en la prórroga fue una manera desgarradora de poner fin al sueño mundialista de las suecas, y lo último que quieren ahora es volverse a casa con las manos vacías. Si acaso, estar tan cerca de la final parece haber hecho que las jugadoras estén aún más decididas a colgarse la medalla de bronce. “Nunca me lo perdonaría si no consiguiésemos recargar las pilas y darlo todo en el partido por el tercer puesto”, declaró Linda Sembrant tras la derrota en semifinales.

Así pues, aunque el impacto físico y mental de esa batalla de 120 minutos contra las neerlandesas seguramente pase factura, cabe esperar a una selección sueca concentrada y resuelta a todo en Niza. Inglaterra podrá comprobar que el equipo de Gerhardsson no claudicará sin haber peleado hasta el final.

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