jueves 02 mayo 2013, 12:22

Sermanni: "Estados Unidos está en lo más alto"

El nombramiento de Tom Sermanni como seleccionador del célebre combinado nacional femenino estadounidense, a principios de este año, causó no pocas sorpresas. Aunque en la hoja de servicios del técnico escocés figura haber convertido a Australia, antes un equipo débil, en una formación que no dejó de asombrar durante su larga etapa al frente de las Matildas, dirigir a Estados Unidos —selección dos veces campeona de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ y medallista de oro olímpica en cuatro ocasiones— son palabras mayores: de las norteamericanas se espera que ganen todo, siempre.

“Tengo que admitir que estaba nervioso, al pensar en este trabajo”, reconoce Sermanni, de 58 años, con un acento en parte escocés y en parte australiano, aunque rebosante de energía y cordialidad. “Dejaba en Australia un puesto que era muy cómodo, para hacer algo totalmente distinto”, añade en una entrevista exclusiva con FIFA.com. “Pero empecé a darme cuenta de que las jugadoras son jugadoras, sin importar de qué equipo se trate, son los mismos caracteres y las mismas personalidades”.

Sermanni tomó así el relevo a Pia Sundhage, la legendaria ex futbolista sueca y primera entrenadora extranjera de la selección femenina estadounidense, que actualmente —y de manera habitual— ocupa el primer puesto en el escalafón mundial. La escandinava ha dejado el listón muy alto, ya que condujo a las estadounidenses a la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011 y se despidió con la medalla de oro olímpica conquistada en Londres el pasado verano.

¿Presión? ¿Qué presión? De este modo, todo indicaba que su sustituto estaría sometido a una intensa presión. Sin embargo, tras la afabilidad y la imagen de hombre sencillo de Sermanni se oculta un fino sentido táctico y una excelente visión del juego. “Todos me preguntan siempre por la presión, pero lo cierto es que yo nunca pienso en ella”, bromea Sermanni, centrocampista durante su época de futbolista profesional en Inglaterra y Escocia. “Hay mucha más presión cuando se entrena a un equipo que va a jugar contra Estados Unidos y hay que intentar contrarrestar los ataques de jugadoras como Abby Wambach y las subidas desde el mediocampo de Carli Lloyd. Eso sí que es presión”.

Y se deshace en elogios hacia sus nuevas discípulas, algunas de las cuales están entre las mejores del planeta. “En Estados Unidos hay varias cosas que destacan de verdad”, continúa Sermanni al referirse a su equipo, que recibe un apoyo, tanto económico como en otros apartados, del que la mayor parte de los conjuntos del globo carecen por completo. “La forma de jugar del equipo refleja intensidad, madurez. Hay un plantel amplio, las jugadoras tienen destreza, y la calidad general es impresionante. Estados Unidos está en lo más alto”.

“A este equipo siempre se le juzgará en función de si gana o si pierde”, añade Sermanni, cuyo mayor logro al frente de Australia fueron dos clasificaciones consecutivas para cuartos de final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, en 2007 y 2011. Su primer compromiso con las estadounidenses ha sido una participación en la Copa del Algarve, el prestigioso torneo que se celebra cada año en el sur de Portugal y que Estados Unidos ha ganado nueve veces, cinco más que el segundo del palmarés. Sermanni tan solo llevaba en el puesto desde el comienzo del año, y la presión se hizo notar, pero salió más que airoso de ese desafío: dos goles de Alex Morgan permitieron vencer en la final a Alemania, y la incansable Megan Rapinoe fue elegida mejor jugadora de la prueba.

“Tenemos que mantener esta mentalidad ganadora, es lo que caracteriza al equipo”, asevera. “También ha sido un buen torneo para nosotros, porque hicimos cambios significativos de un partido a otro y las jugadoras no desentonaron en ningún momento”.

Sermanni experimentó con nuevas jugadoras, y empleó a otras ya consolidadas en posiciones distintas a las habituales en el Algarve: está claro pues que el nuevo entrenador apostará por los cambios de ahora en adelante. “En un equipo que gana no se hacen cambios por hacerlos”, señala Sermanni, quien ya tenía experiencia en el fútbol de clubes estadounidense, en la extinta WUSA. “Pero los cambios siempre son importantes. A mí me gusta tocar las teclas un poco más que Pia , y puede que eso suponga en cierto modo un reto para algunas jugadoras”.

Necesidad de cambios ¿Y en qué áreas cree que debe mejorar aún su equipo, cuyo último título mundialista se remonta a 1999? “Todavía tenemos que ser capaces de cambiar el ritmo de nuestro juego”, explica, con una repentina seriedad en su voz, criticando a sus pupilas con la misma rapidez que antes las alababa. “Muchos rivales nos tienen miedo, y establecen una muralla defensiva para impedir que marquemos. Hay que trabajar en derribar eso. Somos vulnerables a los contragolpes, así que debemos centrarnos en defender bien incluso cuando nuestras defensoras sólo tengan una cosa que hacer en todo el día”.

Para Sermanni la consigna es mejorar, simplemente. “Cuando uno piensa que ya lo ha hecho todo como entrenador, está acabado. Hay que moverse en una dirección específica”, sentencia. Y a todas luces esa dirección apunta a la próxima Copa Mundial Femenina de la FIFA, la de Canadá 2015.

“Esta vez la fase clasificatoria para el Mundial es menos estresante, al haber 3,5 puestos disponibles”, dice, consciente de que Estados Unidos siempre se ha clasificado para el certamen y de que lo ha ganado dos veces. “Pero aun así tenemos que acertar en los preparativos”.