martes 18 mayo 2021, 04:02

El recorrido por el fútbol y la música de la polivalente Montaigne

  • La cantante australiana Montaigne habla de fútbol, música y más

  • Su padre, Gus Cerro, jugó como profesional en Australia y Malasia

  • Montaigne actuará en Eurovisión esta semana

Algún que otro futbolista ha probado suerte en la música a lo largo de los años, con grados de éxito tremendamente diversos, por cierto. ¿Pero qué pasa con los músicos con talento para el fútbol? La cantante australiana Montaigne es un ejemplo de ese doble virtuosismo.

Montaigne –nombre artístico de Jessica Cerro, nacida en Sydney– se ha empapado de fútbol durante toda su vida. Su padre Gus fue un puntal de la National Soccer League australiana en la década de 1990 y también gozó de una próspera carrera en Malasia, donde ganó una liga y disputó una final copera en el imponente estadio Shah Alam.

La joven Jess parecía dispuesta a seguir una trayectoria similar compitiendo como jugadora de élite en Sydney, pero una oportunidad inesperada dio inicio a su carrera musical, y su vida discurrió por una vía diferente.

Esta semana, Montaigne –quien, con su característica heterodoxia, tomó el nombre de un filósofo francés del siglo XVI– competirá en Eurovisión. Análogamente al Mundial, el famoso festival internacional de la canción es un crisol de diversidad cultural. Y Montaigne, con unos orígenes étnicos que mezclan ascendencia argentina, española, filipina y francesa, aporta un sabor especial a ese hervidero de culturas.

Montaigne, que ostenta un amplio catálogo musical, tan rico y colorido como muchas de sus apariciones en el escenario, interpretará su tema Technicolour, todo un himno que, afirma, va de “resiliencia y el valor que nace de poder ser vulnerable, de ser capaz de pedir ayuda y saber que, con solidaridad y unidad, somos más fuertes como personas”.

FIFA.com conversó con Montaigne sobre su herencia futbolística, las influencias superpuestas de la música y el balompié, la celebración de la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023™ en su país, etcétera.

¿En qué medida le influyó el fútbol mientras crecía?

Tuvo una influencia bastante grande. Siempre estaba hablando de fútbol, viéndolo, jugando o entrenando. Mi padre llevaba jugando y entrenando toda su vida, y [el fútbol] es su pasión; lo es todo para él. Así que es algo que llevo en la sangre. El fútbol siempre ha estado ahí y siempre disfruté practicándolo. Mi experiencia en un contexto de equipo ha influido mucho a mi psique.

¿Hubo una época en la que ser futbolista era uno de sus sueños de la infancia?

Totalmente. Hubo una época en la que pensaba que la música era totalmente impensable como trayectoria profesional. Era bastante buena jugando al fútbol. No era la jugadora más en forma físicamente, pero era bastante habilidosa, así que me imaginaba que podría trabajar esa faceta [risas].

Lo hice bastante bien en la escuela, y tenía idea de conseguir una beca en la Ivy League estadounidense para combinar estudios y fútbol. Pero entonces llegó sin hacer ruido [el concurso de radio] Triple J Unearthed y se apoderó de mí.

¿Veía los Mundiales en casa con su familia?

Me encantaba ver los Mundiales con mi familia de pequeña, con toda la experiencia [futbolística] y también toda la repercusión mediática que conlleva. Íbamos con Australia primero, pero creo que mi padre iba después claramente con Argentina, y quizá con España.

¿Su padre le inculcó algo de su fútbol que le haya servido para su carrera musical?

Mi padre es un ser humano muy disciplinado, y creo que me he llevado algo de esa disciplina. Se me da bien permanecer concentrada, trabajar en equipo, manifestar mi opinión si es preciso y, básicamente, tener esa ética de trabajo dentro de mí. Me han inculcado como prioridades cuidar de mi bienestar y mi cuerpo, y asegurarme de que todo funcione correctamente.

A fin de cuentas, mi herramienta [de trabajo] es mi cuerpo –al igual que mi voz–, y tengo que cuidarlo con el fin de actuar bien. Así que pienso que todos esos aspectos deportivos relacionados con cuidar tu físico y otras cosas similares me han ayudado de veras.

Ha declarado en otra ocasión que no le va mucho el arte como competición, ¿pero qué le gusta del hecho de que todas estas diferentes nacionalidades concluyan en un mismo entorno, quizá de forma similar a un Mundial?

No me importa una competencia sana, pero sigo pensando que el arte no se puede clasificar uno por encima de otro. Pienso que la creatividad de los artistas es subjetiva y, realmente, no se pueden calificar artes y darles puntos de la misma forma que se puede marcar y sumar puntos en el fútbol.

No me importa un poco de competición sana porque puede estimularte a hacerlo mejor, y eso me gusta. La competición también permite a la gente reunirse y ver las obras y los métodos de cada uno, lo cual creo que está genial y tiene mucho mérito alrededor. He estado disfrutando estas últimas semanas observando los ensayos y las diferentes personalidades de todos, y me siento agradecida por obtener estos puntos de vista y formar parte de esta competición.

¿Qué cosas tiene más ganas de vivir en esta experiencia única en Eurovisión?

Aparte del simple hecho de participar, el poder decir algún día “yo estuve en Eurovisión”, y durante una pandemia, es sencillamente surrealista. Tiendes a olvidarte de la magnitud de Eurovisión y del mucho peso que tiene en nuestra cultura. Es extraordinario ser partícipe de este concurso en virtud de su prestigio y su gran peso cultural.

¿En qué medida cree que el Mundial Femenino de 2023 ayudará al fútbol australiano y mostrará a las mujeres como modelos a imitar?

Espero que haga que la gente se entusiasme con el fútbol femenino, porque, como todos sabemos, las mujeres están mucho peor pagadas en comparación con sus homólogos masculinos. Entiendo que en parte se debe a cómo funciona la economía… pero creo que hay formas de solucionar ese problema. Albergar el Mundial Femenino ayudará a solucionarlo, porque contribuirá a que la gente se entusiasme con el espectáculo. Verlo en vivo, y tener el colorido y el jaleo de un Mundial, será beneficioso.

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