"Cualquier niño debería avergonzarse al ver las lágrimas de su madre".

Jill Roord oyó de niña esa frase de Frans Bauer, en su gran éxito Als Een Moederhart Moet Huilen. Y la respetó. Llegó a ser adulta sin hacer llorar a su madre.

Sin embargo, rompió esa regla a los 22 años, y en medio de unas vacaciones familiares. Por suerte, las lágrimas de su madre fueron de alegría, a orillas del río Sena. Chantal Roord acababa de ver a su hija cabecear el gol de la victoria in extremis en el debut de Países Bajos en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™. Con el triunfo ante Nueva Zelanda comenzó la aventura de las Oranjeleeuwinnen hasta la gran final de Lyon.

FIFA.com habló con la centrocampista de su nuevo rol como titular en la selección tras el Mundial, su temporada con el Arsenal, y la próxima gran cita para las holandesas: el Torneo Olímpico de Fútbol femenino Tokio 2020.

Sí, mi padre jugó con Marco van Basten en aquel torneo, así que yo oía historias de su carrera. Y mi madre jugaba al baloncesto. Compitió en las categorías inferiores de la selección nacional, pero luego conoció a mi padre y ya no se lo tomó tan en serio. Mis padres me han contado que desde que empecé a caminar siempre estaba jugando con un balón de fútbol. Me incorporé a un club a los cinco años. Me pasaba el día jugando en la calle con los amigos y mis hermanos. Prácticamente era lo único que hacía. Mi ídolo era Ronaldinho, que en aquel momento era el mejor del mundo. Su fútbol te hacía estar delante de la computadora viendo las mejores jugadas.

Fue un gran alivio, y un momento de muchísimo orgullo. Mi familia estaba en el estadio, así que fue estupendo. Marcar el gol de la victoria en el primer partido en el Mundial fue algo asombroso. Ha sido el mejor momento de mi carrera hasta ahora. Después del partido, fui junto a mi familia y mi madre estaba llorando. Fue un momento hermoso.

Nos divertimos mucho. Tenemos un plantel fantástico, todas nos llevamos muy bien. Después de ganar la Eurocopa, empezamos a creer que éramos capaces de lograr muchas cosas. Pensamos que no teníamos nada que perder, así que íbamos a salir ahí y demostrarle a la gente que la Eurocopa no había sido suerte. El ambiente era muy relajado.

Estoy muy satisfecha. Ya llevo cinco años en la selección absoluta, desde los 17. Había sido suplente la mayor parte del tiempo. Siempre estaba esperando mi oportunidad para tener más peso en el equipo. El Mundial fue un momento muy importante. Después de Francia, me preguntaba si iba a jugar, si mi situación cambiaría. Este año competiremos en los Juegos Olímpicos de Tokio. No tengo ni idea de si jugaré o no, aunque sí tengo la impresión de que las cosas han cambiado y de que puedo ser una jugadora importante para el equipo.

Es un torneo asombroso. Los Juegos Olímpicos en su conjunto van a ser una gran aventura, así que estoy deseando que llegue la hora. Tengo muchísimas ganas de ver cómo es el ambiente.

Estoy segura de que, si estamos en buena forma y jugamos como somos capaces de hacerlo, podemos ganar a cualquiera. Si no, todos los partidos van a ser difíciles. Pienso que Estados Unidos es el clarísimo favorito. Lo está ganando todo. Pero creo que nosotras estamos alcanzando su nivel. Tenemos que seguir así, progresar, aunque Estados Unidos tiene algo especial, está una pizca por encima del resto.

Fiché para progresar como futbolista y porque me interesaba mucho Inglaterra. El Arsenal me conviene muchísimo y estoy muy contenta. Me gustan el equipo, el ambiente del plantel y nuestra forma de jugar. Cuando se cambia de equipo, siempre hay un cierto riesgo. Pero me gusta mucho vivir en Londres, la gente es muy amable, me gusta la cultura y me estoy adaptando muy bien al equipo.

Es única. Es una rematadora letal. En el fútbol masculino se ven más jugadores así, que mantienen una calma absoluta ante la meta contraria, pero no creo que en el femenino haya alguien que tenga esa cualidad como ella. Es una de las mejores jugadoras del mundo.

Tenemos un plantel buenísimo. Es evidente que el Lyon lo ha ganado todo en los últimos años, pero no me parece que la diferencia que lo separa de nuestro equipo, o de otros equipos, sea grandísima. Creo que tenemos que desplegar nuestro propio fútbol, tener confianza e ir partido a partido.

Una pregunta interesante. Siempre he sido mediapunta, una verdadera número 10. Siempre he dicho que mi mejor posición es esa. Pero creo que podría ser una buena número 6, una jugadora algo más defensiva, que se haga con el balón y controle el juego. Me gusta variar un poco.