“Ha sido una pura alegría. Es la recompensa a todos nuestros esfuerzos y a todos nuestros sacrificios”, afirma sonriendo Ashley Lawrence a FIFA.com, tras la histórica victoria lograda este lunes por Canadá sobre Estados Unidos (1-0) en las semifinales del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino Tokio 2020, gracias a un penal convertido por Jessie Fleming a un cuarto de hora del final. 

Era el 62º enfrentamiento entre los dos países vecinos y las Barras y Estrellas se habían impuesto en 51 de ellos; incluidos los dos anteriores duelos olímpicos: en los cuartos de final de Pekín 2008 (2-1) y, el más reciente, en las semifinales de Londres 2012 (4-3).

“Fue hace casi diez años. Yo estaba en casa con mi familia, y fue ese Estados Unidos-Canadá el partido que me inspiró y me infundió el deseo de jugar con la selección”, recuerda Lawrence. “Tantos años después, es increíble volver a jugar una semifinal contra el mismo rival. Me parece irreal”. 

Por entonces, distaba mucho de sospechar que el día de la revancha estaría sobre el terreno de juego… y celebrando su 100ª internacionalidad. “Ha sido la más bonita, sin duda. Me cuesta creer que sea mi partido 100º… ¡el tiempo pasa muy deprisa!”, exclama la lateral de 26 años.

“Este partido era realmente especial para mí. He jugado contra Estados Unidos muchas veces, y son siempre partidos difíciles. Es la primera vez que gano contra ellas, y es la primera vez que las vencemos en los Juegos Olímpicos. La trascendencia de esta victoria es indescriptible ahora mismo. Nos hemos dejado la piel sobre el césped. Es todo un honor cada vez que juego con esta selección, por lo que celebrar mi 100ª internacionalidad con una victoria así es extraordinario”.  

Para las Canucks, ¿supondrá esta victoria un punto de inflexión en el equilibrio de poderes con sus engorrosas vecinas? “Siempre hace falta una primera vez. Para nosotras, la historia continúa. Hemos tenido muchos partidos reñidos con Estados Unidos, y esta vez éramos optimistas. Para nosotras, va más allá de este partido. Sabemos que jugamos por nuestro país, por las jóvenes generaciones que nos miran; como yo cuando veía a esta selección por la televisión en 2012. Todo eso nos ha inspirado y motivado hoy”. 

Lawrence, intratable por su banda izquierda, ha vuelto a hacer honor a la confianza que le han venido otorgando los sucesivos seleccionadores de Canadá: primero John Herdman, luego Kenneth Heiner-Møller y, desde su llegada al banquillo en 2020, Bev Priestman.

“Ashley ha jugado casi todos los minutos en este torneo”, resaltaba la entrenadora inglesa en rueda de prensa. “Está siendo una jugadora clave para nosotras, tanto en defensa como en ataque. En general, creo que está infravalorada. Para mí es simplemente una de las mejores laterales del mundo. En este torneo está luciendo su talento en toda su extensión. Tanto ella como Jessie (Fleming) pertenecen a esa generación que todavía es joven pero que ya tiene mucha experiencia. ¡Vaya 100ª internacionalidad la suya!”. 

Lawrence, por supuesto, tuvo unas palabras para su compañera y heroína de la tarde. “Antes de cada partido decidimos quién lanzará la pena máxima [que surja]. Jessie dijo que se sentía bien, y hoy ha demostrado toda su calma y su experiencia a pesar de su juventud. La gran cualidad de este grupo consiste en confiar en todo el mundo, sea cual sea la edad o el número de internacionalidades. Jessie ha asumido la responsabilidad y estamos orgullosas de ella”. 

Tras haber celebrado esta victoria, las canadienses tendrán que volver a cerrar filas para su último partido de Tokio 2020 frente a Suecia, que derrotó a Australia en la otra semifinal. ¿Se auparán a la cima del Olimpo tras sus dos medallas de bronce consecutivas en 2012 y en 2016? “Ahora que estamos en la final, vamos a cambiar el color de la medalla pase lo que pase. Pero nuestros ojos están puestos en el oro, y queremos hacer historia”.