Que las mejores jugadoras vuelvan a reunirse en un gran campeonato siempre es un acontecimiento que merece la pena celebrar y disfrutar. Pero dado todo lo que ha pasado en el mundo en general desde la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™, Tokio 2020 –jugado, por supuesto, en 2021– se ha sentido como un triunfo especialmente destacable. 

Asimismo, fue un recordatorio de que, en medio de todo el tumultuoso devenir del planeta desde aquel glorioso verano francés, también ha habido cambios importantes en el fútbol femenino. 

Tal vez no era algo tan perceptible al comienzo de este torneo, cuando un elenco estelar familiar (con figuras incombustibles como Carli Lloyd, Christine Sinclair y la prodigiosa Formiga) se reunió en la línea de salida del certamen olímpico. La calidad del juego, que había alcanzado nuevas cotas en 2019, también se mantuvo, aunque sin estadios llenos ni públicos apreciativos para disfrutar de ella. 

Pero también hubo muchas diferencias, y cuando Sinclair y Canadá cruzaron la meta primeras en Yokohama, el orden establecido había sufrido un vuelco tremendo.

Estados Unidos llegó a Tokio 2020 como gran favorita, y no solamente por su condición de tetracampeona olímpica (todo un récord) y ganadora de los dos últimos Mundiales femeninos. Desde luego, su racha de 44 encuentros sin conocer la derrota daba a entender que las Barras y Estrellas eran igual de temibles que siempre.

Pero el otrora invicto Vlatko Andonovski no solamente vio cómo su equipo perdía su partido inicial ante una inspirada Suecia. Además, fue la peor derrota olímpica en la historia de Estados Unidos, y la más abultada del equipo en cualquier competición desde 2007. Fue un partido que, a la larga, marcó la pauta de las respectivas campañas de ambas selecciones en Tokio 2020.    

¿El partido del torneo? En cuanto a puro entretenimiento, fue difícil de superar. Este choque de cuartos de final, anunciado como un duelo entre dos de las delanteras más letales del torneo, Ellen White y Sam Kerr, empezó cumpliendo las expectativas y acabó superándolas.

A decir verdad, White no mereció estar en el bando perdedor, tras haber firmado un soberbio triplete en un partido que fue un toma y daca constante. Pero Kerr también estuvo a la altura de las circunstancias, marcando dos tantos para unas perseverantes Matildas que se impusieron por la mínima en la prórroga tras un vibrante duelo con siete goles.

Antes de esta final, pocos discutían la condición de Suecia como la selección más impresionante de Tokio 2020 y favorita al título. Al fin y al cabo, había encadenado a lo grande una racha inmaculada de 5 victorias de 5 y, cuando Stina Blackstenius la puso por delante durante un primer tiempo de dominio unilateral, parecía tener el oro al alcance de la mano.

Los penales, no obstante, permitieron a Canadá hacer historia en su lugar: su heroína en semifinales, Jessie Fleming, empató al convertir otra pena máxima y Stephanie Labbé realizó un par de paradas vitales en la tanda subsiguiente. 

Barbra Banda: Esta zambiana de 21 años, estrella revelación de Tokio 2020, brilló con luz propia en la fase de grupos tras firmar deslumbrantes actuaciones y 6 goles en 3 partidos para las debutantes africanas. Todo apunta a que, merced a su sensacional mezcla de poderío físico y talento, Banda se afianzará como una de las delanteras más temibles del fútbol mundial. 

Vivianne Miedema: En toda la historia del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, ninguna jugadora había logrado nunca más de 6 goles en una sola edición. Esta magistral holandesa marcó 8 solo en la fase de grupos y se marchó con un total de 10, tras haber firmado un doblete en un espectacular pero a la postre doloroso choque de cuartos contra Estados Unidos. 

Stephanie Labbé: El torneo de la portera de 34 años, por fin afianzada como la indiscutible titular de Canadá bajo palos, fue verdaderamente épico. Labbé se erigió en la jugadora más influyente de las eliminatorias de la segunda fase con sus heroicas intervenciones en las tandas de penales contra Brasil y Suecia y, por supuesto, la inusual proeza que rubricó entre medias: mantener a cero la portería canadiense contra sus eternas rivales estadounidenses.

Stina Blackstenius: Con su gol en la final, esta sensacional delantera se convirtió en la máxima goleadora de Suecia en los Torneos Olímpicos Femeninos con un total de 7 dianas (5 de ellas en Tokio 2020). Blackstenius batió el récord de la legendaria Lotta Schelin y, tras haber marcado en la final de 2016 contra Alemania, se convirtió en la tercera jugadora (tras las estadounidenses Tiffeny Milbrett y Carli Lloyd) en ver puerta en varios partidos por la medalla de oro.   

Números que hablan

3 de los 6 partidos de Estados Unidos en Tokio 2020 acabaron sin ningún gol para las norteamericanas. Es decir, las campeonas mundiales sumaron más partidos sin ver puerta que en las seis ediciones anteriores de este torneo juntas.

4 naciones han ganado el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino después de unirse Canadá a este selecto club que ya integraban Estados Unidos (4 títulos), Noruega (1) y Alemania (1). 

20 años sin ganar a Estados Unidos es la deprimente racha a la que puso fin Canadá en semifinales. La victoria por 1-0 en Kashima fue apenas la cuarta en 62 encuentros que han logrado las Canucks en este frecuente derbi norteamericano

23 goles –con un increíble promedio de 5,75 por partido– totalizó Países Bajos en este su debut olímpico. Con ello, las campeonas europeas destrozaron el anterior récord realizador: los 16 tantos que marcó Estados Unidos de camino a colgarse el oro en Londres 2012.  

43 años y 4 meses: con esa edad, Formiga se convirtió en la jugadora más veterana en participar en el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino, superando el récord que estableció su ex compañera de selección Meg en 1996 (40 años y 7 meses). Es más, la magistral centrocampista brasileña puede presumir de haber participado en todas las ediciones celebradas de este torneo (¡en las 7!).  

101 goles se marcaron en Tokio 2020, estableciendo cómodamente un nuevo récord para el Torneo Olímpico de Fútbol Femenino. La anterior marca, unos modestos 71, se había establecido en Londres 2012.

312 partidos con Estados Unidos totaliza Carli Lloyd tras concluir Tokio 2020, con lo que adelanta a Christie Rampone como la segunda jugadora que más veces ha sido internacional con las Barras y Estrellas (Kristine Lilly sigue en cabeza con 354). Asimismo, Lloyd se convirtió en la máxima goleadora olímpica de su selección, batiendo el anterior récord de Abby Wambach con su 9º y 10º tantos en unos JJ.OO.