La Gazzetta dello Sport lo describió como “el apocalipsis” y, en términos futbolísticos, no distó mucho de serlo. No en vano, Italia, tetracampeona mundial, no había logrado clasificarse para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™.

Un desenlace asombroso que resultó doblemente inconcebible al quedarse también fuera Países Bajos, subcampeona y tercera en las dos ediciones anteriores. Y fue Suecia, una selección recia y bien adiestrada pero desprovista de jugadores estelares, la verdugo de esos dos pesos pesados mundialistas…

Respecto a Italia, la imagen que quedó grabada de su derrota en la repesca fue un inconsolable Gianluigi Buffon abandonando el campo hecho un mar de lágrimas. En cuanto a los holandeses, fue Dick Advocaat mofándose y desechando por “estúpida” la sugerencia de que los suecos pudiesen meterle ocho goles a Luxemburgo… pues luego se vio que no podía estar más equivocado.

Los cambios eran inevitables, y las importantes modificaciones de los últimos años han surtido el efecto deseado en ambas selecciones. Ahora, en vísperas de una nueva fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA, Oranje y Azzurri despiertan unas expectativas de lo más prometedoras.

Roberto Mancini ha hablado de enfrentarse a “un gran problema”. Sin embargo, se trata del tipo de problema que todo seleccionador desea: elegir un equipo y una lista de convocados de entre montones de jugadores que merecen su inclusión.

“Ya iba a resultar difícil desde antes, pero en los últimos meses, están saliendo a relucir jugadores que han demostrado ser estupendos”, declaró Mancini, que hizo debutar a varios jóvenes durante la campaña triunfal de Italia en su grupo de la Liga de Naciones de la UEFA 2020/21.

Marcello Lippi ha elogiado al ex entrenador del Manchester City por “recuperar la hermosa imagen del fútbol italiano”, mientras que Tite –en una entrevista concedida a FIFA.com– comparó a Mancini con Arrigo Sacchi y alabó el estilo “bonito” que ha implantado.

“Hemos tratado de volvernos más ofensivos con nuestro juego”, explicó el propio Mancini. “Para ello, tienes que tener la mentalidad adecuada y tener un estilo de juego que poseen todos los grandes equipos. En Italia, nunca nos han faltado los jugadores. Simplemente teníamos que darles confianza y la oportunidad de jugar”.

Un sistema 4-3-3 se ha convertido en la norma, pero lo que ha apuntalado la revolución de Mancini ha sido el cambio a jugar hacia delante, atacando y dominando al rival.

Los escépticos proliferaron cuando Federico Chiesa recaló en la todopoderosa Juventus. Pero este dinámico e inteligente extremo los ha acallado a todos erigiéndose en una estrella tanto con su club como en la selección. Mancini, que jugó junto a Enrico Chiesa en la Sampdoria, ha elogiado a Federico por tener “más capacidad de correr” que su padre y también internacional italiano.

Mientras que Italia ha mostrado todos sus avances a las órdenes de Mancini, la selección holandesa resucitó gracias a un técnico que ya no ocupa el puesto de seleccionador. Ronald Koeman supervisó una transformación espectacular en un equipo que no había logrado clasificarse para ninguno de los dos grandes campeonatos más recientes, con Virgil van Dijk, Frenkie de Jong y Memphis Depay entre las varias figuras que irrumpieron.

La marcha de Koeman al Barcelona amenazó, durante un tiempo, con arruinar esa progresión. Desde luego, muchos fruncieron el ceño cuando su sustituto, Frank de Boer, estableció un nuevo récord indeseado al no lograr ganar ninguno de sus 4 primeros partidos al frente de los Oranje.

Sin embargo, gracias a sus últimos resultados (empates contra Italia y España seguidos por dos victorias, sobre Bosnia-Herzegovina y Polonia), los holandeses encararán la fase de clasificación mundialista con una confianza renovada en sí mismos.

El sistema 4-3-3 que antaño fuera característico de Países Bajos ha sido aparcado casi por completo, ya que De Boer –como su predecesor– prefiere un esquema 4-2-3-1 y un estilo dinámico y de presión alta tras pérdida de balón.

Se sigue echando mucho de menos al lesionado Van Dijk, un capitán elegante y que rezuma autoridad y sangre fría, mientras que Frenkie de Jong ha sido elogiado como “el motor” de esta selección holandesa. Sin embargo, es el hombre que hizo ese cumplido a De Jong, Memphis Depay, quien aporta su poderío en ataque a la revitalizada selección Oranje. Depay, a quien De Boer ha descrito como un jugador “que lo tiene todo”, deslumbró en la fase de clasificación para la Eurocopa 2020, marcando 6 goles y fabricando otros 8.