El pasado 24 de octubre, el Ajax de Amsterdam pulverizaba al VVV-Venlo endosándole una histórica goleada de 13-0, en gran medida gracias al deslumbrante desempeño de Lassina Traoré, autor de cinco dianas y tres asistencias. El delantero burkinés se convirtió así en el primer futbolista del Ajax en perforar cinco veces la meta contraria en el campeonato de liga desde que Marco van Basten anotó seis tantos contra el Sparta de Rotterdam en 1985.

Esta hazaña no tiene nada de anodino para un jugador que todavía no ha cumplido los 20 años y que acaba de empezar a consolidarse con el primer equipo de su club esta misma temporada, aunque sorprende menos si nos fijamos en sus actuaciones con el filial desde su llegada a Europa, hace dos años. Traoré es potente, preciso, insaciable y generoso a la vez, y está demostrando que los ojeadores de la entidad no se equivocaron cuando apostaron por él tras verlo jugar en el Ajax de Ciudad del Cabo.

No obstante, sus primeros contactos con el plantel profesional del cuadro neerlandés no siempre lo dejaron de manifiesto. “Fue complicado, el ritmo era muy elevado. Me di cuenta de lo mucho que iba a tener que esforzarme. Me acuerdo de un entrenamiento en los Estados Unidos donde tenía a Matthijs de Ligt detrás. Fue un marcaje cuerpo a cuerpo. Era fuerte, como yo, y muy rápido. Para mí era la primera vez, ¡y me quitó todos los balones! Ahora mismo ya no sería igual”, bromea.

Curioso y trabajador, el muchacho se propuso adaptarse a su nueva vida dentro y fuera de la cancha. Tuvo la suerte de que su llegada al club coincidiese con la maravillosa epopeya del Ajax semifinalista de la Liga de Campeones de la UEFA en la temporada 2018-19. “Fue increíble. Sentí un orgullo inmenso. Mi primer año fue complicado, pero me divertí mucho formando parte de aquella aventura”, sonríe el ariete, que figuró por primera vez en el banco de reservas en la fatídica derrota sufrida contra el Tottenham en la antesala de la final.

Su progresión también se ha construido sobre unos cimientos sólidos, los de una familia que lleva el fútbol en la sangre. Empezando por su madre, que se apasionó por el deporte rey de forma espontánea siendo joven. “Sus padres no querían que jugase al fútbol y tenía que entrenarse e ir a los partidos a escondidas”, cuenta Traoré. “El día en que comenzó a traer dinero entendieron que se trataba de algo serio y le dieron permiso para jugar”.

Y sus abuelos acertaron, ya que su hija se convertiría en capitana y líder de la selección nacional femenina. “De pequeño yo la acompañaba siempre, iba con ella a los entrenamientos y la veía jugar. Así me surgió la pasión”, confiesa. “Hoy en día ella me aconseja en lo referente a la vida profesional, aunque ya sabe que dentro del terreno de juego yo ya sé lo que debo hacer. Me inculcó la importancia del descanso, de tener una buena higiene de vida y de concentrarme bien en la víspera de los partidos”.

Su padre también jugó al fútbol, aunque no llegase al más alto nivel, al contrario que su tío, Rahim Ouedraogo, exinternacional burkinés y que fundó en 2012 el Rahimo FC, un club asentado en Bobo-Dioulasso y que ahora está entre los mejores del país. Él se incorporó a su cantera con 11 años. “Allí fue donde lo aprendí todo”, explica Traoré, que alimentaba sus sueños de gloria devorando con los ojos los partidos de la selección nacional, sin perder tampoco detalle de la trayectoria de sus ídolos, Didier Drogba y Emmanuel Adebayor.

Lassina es además primo de Bertrand Traoré, delantero del Aston Villa y que pasó asimismo por el Ajax, a quien considera como un hermano mayor y que le guió en su adaptación europea. Los dos tuvieron la alegría de coincidir en la selección en 2017, cuando Lassina debutó con apenas 16 años. A pesar de su extrema juventud, anotaría tres goles en sus dos primeras cabalgadas con los Purasangres.

Y ahora la joya del Ajax es uno de los integrantes de la nueva generación que se nutrió de las gestas del decenio que acaba de transcurrir y que afrontará sin complejo alguno sus próximas citas continentales, empezando por los dos últimos partidos de clasificación para la Copa Africana de Naciones 2021, el próximo mes de marzo, a los que seguirá en primavera el arranque de la competición preliminar de la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, un torneo en el que los Purasangres sueñan con participar al fin.

“Los burkineses empiezan a creerlo. Saben que tenemos una selección capaz de hacer grandes cosas, sobre todo con esta nueva generación que pide paso y que se complementa bien con los pesos pesados que fueron finalistas de la CAN en 2013 y terceros en 2017. Si seguimos trabajando, creo que dará sus frutos. Lo tenemos todo para hacer grandes cosas”, concluye.