lunes 12 abril 2021, 17:34

Heskey: “Entrenar te ayuda a mirar el fútbol de manera diferente”

  • Emile Heskey representó a Inglaterra en cuatro grandes campeonatos

  • El ex del Liverpool entrena actualmente al Leicester femenino

  • Habla con FIFA.com de ese trabajo y opina sobre la selección inglesa

Emile Heskey es uno de los hijos predilectos futbolísticos de Leicester. Aquel chaval de la cantera del Leicester City acabó triunfando y, tras levantar 2 Copas de la Liga con el equipo de su ciudad, conquistó un triplete en 2001 con el Liverpool y acumuló 62 internacionalidades con su país.

En una ‘generación dorada’ inglesa de deslumbrantes talentos individuales, Heskey fue la discreta personificación de la humildad y el trabajo duro. Michael Owen, para quien ejerció de incansable y altruista complemento sobre el césped, sigue calificándolo –sin dudarlo– como su mejor compañero de delantera.

A sus 43 años, Heskey se encuentra de vuelta en el Leicester City, iniciando su carrera de entrenador donde comenzó como jugador. Pero no está, como cabría esperar, haciendo sus pinitos con el equipo masculino que aspira a la próxima Liga de Campeones de la UEFA de la mano de Brendan Rodgers…

En lugar de eso, sus conocimientos los está aprovechando el conjunto femenino, que esta temporada ha logrado el ascenso a la cada vez más repleta de estrellas Women’s Super League al proclamarse campeón de segunda división a falta de dos encuentros.

Jonathan Morgan, entrenador principal del equipo, tenía como ídolo a Heskey cuando era joven. “Todavía bromeamos sobre ello ahora”, declaró recientemente, “pero recuerdo que, cuando jugaba de chaval en el parque, gritaba literalmente el nombre de Emile cuando metía goles”. Ahora, Morgan afirma que está descubriendo y beneficiándose de esa misma honestidad sencilla que convirtió al ex delantero de la selección de Inglaterra en alguien tan querido por compañeros y entrenadores.

Heskey también está disfrutando de su experiencia en el banquillo y explicó por qué en esta entrevista para FIFA.com, en la que hizo un hueco para repasar su carrera con Inglaterra y valorar a la generación actual de los Tres Leones.

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Emile, ¿puede contarnos cómo surgió el trabajo con el Leicester City femenino, y en qué medida ha disfrutado de él hasta ahora?

Me está encantando, para ser sincero. Llevaba un tiempo siendo embajador del Leicester y estoy haciendo un curso de la UEFA que requiere que realices prácticas laborales dentro del club de fútbol, así que pregunté si podía echar una mano en alguna parte. Susan Whelan [directora ejecutiva del Leicester] dijo que el club estaba a punto de comprar el equipo femenino de Leicester [anteriormente independiente del Leicester City FC], y sugirió que me implicase y me convirtiese en su embajador.

Al final se ha transformado en entrenar al equipo también, y estoy disfrutando de veras de la experiencia. El único aspecto negativo es que el personal del equipo jugamos hace poco un torneo con las chicas… ¡y nos ganaron 8 partidos de 9! [risas]

¿La parte consistente en entrenar fue una sorpresa para usted, y una cosa que simplemente fue surgiendo?

Así es. Ya estaba bastante contento con la función de embajador, haciendo cositas fuera del campo, pero cuando vino Jonathan y preguntó si me apetecía entrenar, pensé “¿Por qué no?”. Y una vez que he estado ahí sobre el césped, lo he disfrutado. Ya había ejercido un poco de entrenador hacia el final de mi carrera de jugador, trabajando con los sub-21 en el Bolton, pero aquí tengo la oportunidad de implicarme mucho más, trabajando con jugadoras individuales y analizando diferentes tácticas.

Y sí que te ayuda a mirar el fútbol de manera diferente. Después de más de 20 años observando puramente desde un punto de vista individual como jugador, ahora tengo que mirarlo desde la perspectiva de un entrenador: metiéndome en las cabezas de las jugadoras y transmitiendo mi mensaje de la forma correcta, de modo que lo que les digo acabe viéndose plasmado sobre el campo.

Debe de ser un momento apasionante para estar en el Leicester, el equipo femenino subiendo por primera vez a la WSL y el masculino volando alto en la Premier League...

Lo es de verdad. Si te fijas en la progresión del Leicester como club, es tremenda. Nos hemos consolidado como una potencia a tener en cuenta en la Premier League; obviamente, tras haberla ganado con Claudio [Ranieri], pero también luchando constantemente por los puestos de Liga de Campeones en los dos últimos años.

Esa ambición y esa sensación de bienestar también están ahí con el equipo femenino, al haber estado al frente de la tabla toda la temporada y haber subido a la WSL en un momento tan crucial, con muchísimo más patrocinio y cobertura televisiva entrando en juego. Es un momento apasionante para subir a la que ya es una liga muy buena.

La WSL ya cuenta con muchas de las mejores jugadoras del mundo. ¿Le ilusiona la idea de poner a prueba a sus jugadoras frente a ellas?

En el fútbol, de eso es de lo que se trata: de enfrentarte a los mejores. Me encantaba hacerlo como jugador y, sí: estoy deseando que nuestras jugadoras se reten a sí mismas contra los Manchester City, Arsenal, Chelsea –con todas las estrellas que tienen– y ver a qué nivel están. Como club, desde luego, queremos ser competitivo en esa liga; no queremos simplemente formar parte de ella. Hay grandes ambiciones para el fútbol femenino en el Leicester; no es simplemente un pequeño proyecto paralelo.

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¿Se ve formando parte de ese camino para el Leicester City femenino, o ve que su carrera tomará otro rumbo en los próximos años?

Sinceramente, me encantaría seguir formando parte de esto. No sé lo que deparará el futuro, pero sería bonito contribuir a continuar la progresión del equipo. Sé lo ambicioso que es el club respecto al equipo femenino, y la idea de formar parte de su primera temporada en la WSL, viéndolo jugar partidos en el King Power Stadium, desde luego que me entusiasma. También es bonito formar parte de la progresión en general del fútbol femenino y, ojalá, llevarlo a un nivel en el que debería haber estado hace años.

Esta ha sido su primera experiencia entrenando a jugadoras. ¿En qué medida disfruta haciéndolo? ¿Ha sido necesario algún tipo de adaptación?

¡Disfruto hasta que me ganan en los partidos de entrenamiento, o hasta que tengo que unirme a ellas corriendo! . Sinceramente, están siendo geniales. Se han acoplado a mí muy bien, y no estaba seguro de si sería así, al venir yo del fútbol masculino y tratar de poner en práctica ciertas cosas. Pero han sido muy receptivas, y puedo apreciar una evolución real como consecuencia de las cosas que hemos estado intentando enseñarles.

En el fútbol masculino, hemos tenido hace poco el comienzo de los clasificatorios en Europa, con tres victorias para Inglaterra. ¿Qué le parece su actual plantilla?

En mi opinión, Gareth Southgate tiene uno de los trabajos más complicados en el fútbol simplemente al seleccionar una convocatoria, porque hay muchísimo talento en Inglaterra donde elegir ahora mismo. Creo que la cosa pinta genial para Inglaterra en este momento. Siempre habrá debate sobre por qué no se elige a tal o cual jugador, pero son gajes del oficio… El trabajo de Gareth consiste en ganar partidos y es algo que hará encontrando la combinación perfecta. Y pienso que lo logrará.

Como ex delantero centro, ¿cuánto valora a Harry Kane?

Lo valoro un montón. Cuando me fijo en él, veo a un goleador nato; alguien en quien siempre puedes confiar. Mirándolo desde la perspectiva de un entrenador, aprecio aún más que esos jugadores –los que te aportarán goles semana tras semana, año tras año– valgan su peso en oro. Harry ha estado fantástico con Inglaterra. Es un magnífico capitán y eso dice mucho, porque yo siempre he dicho que los delanteros no deberían ser capitanes porque son demasiado egoístas. Pero él ha asumido ese papel, lo ha hecho propio y, para mí, en cualquier delantera que saque Gareth, Kane es el jugador que tiene que estar ahí.

Jugó y marcó en el clasificatorio mundialista más famoso de Inglaterra: la victoria por 1-5 en Alemania. ¿Fue el momento culminante de su etapa con la selección?

Sí. Nada podría estar a su altura. Hay que recordar que no mucho antes habíamos perdido el último partido que albergó el viejo Wembley ante esa selección de Alemania. Llevaban sin caer derrotados en casa más de 50 partidos y, para complicar aún más las cosas, empezamos perdiendo 1-0 a los 7 minutos.

Para nosotros, ganar en esas circunstancias, y de la forma que lo hicimos, fue sencillamente fenomenal. Sven [Goran Eriksson, entonces seleccionador de Inglaterra] fue muy ingenioso y astuto tácticamente en la manera en que preparó ese partido; y a nosotros no nos entró pánico en ningún momento, ni siquiera cuando encajamos un gol tan tempranero. Los golpeamos en ciertos momentos clave y, básicamente, fue una noche muy especial.

¿Fue mejor incluso que jugar el Mundial en sí?

Es difícil comparar ambas cosas. Cuando estás creciendo sueñas con jugar en un Mundial, con marcar en un Mundial. La edición de Estados Unidos 1994 me impresionó muchísimo, porque Romario era uno de mis jugadores favoritos de siempre, y todavía recuerdo sus goles y la forma en que combinaba con Bebeto; era sencillamente perfecta. Así que cuando tuve la oportunidad de ir al Mundial, me evocó todos esos magníficos recuerdos que había tenido de pequeño.

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Ese equipo que venció a Alemania y acudió a Corea/Japón 2002, puede verse por qué la gente pensaba que Inglaterra podía (y quizá debía) ganar ese Mundial. ¿Sentía lo mismo?

Al 100%. Al final perdimos en cuartos ante la selección de Brasil que acabó proclamándose campeona, pero yo incluso sentí que debíamos haberlos ganado. Nos pusimos 1-0 arriba por mediación de Michael [Owen] y, al recordarlo ahora, nuestra táctica no fue la mejor a partir de ahí… Nos replegamos atrás demasiado y, probablemente, invitamos al mejor ataque futbolístico de esa época –Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho– a que viniera a por nosotros.

Esos tres estuvieron fenomenal ese día, pero pienso que nuestra táctica nos jugó una mala pasada. Brasil, lógicamente, también tuvo un poco de suerte. Fue una lástima porque me habría encantado haber ganado algo con esa selección de Inglaterra, porque esa generación tenía un talento realmente increíble.

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