miércoles 13 enero 2021, 11:38

Gunnarsson: “Islandia mantiene la misma ambición"

  • Aron Gunnarsson es el capitán de Islandia desde hace ocho años

  • Actualmente milita en el Al-Arabi catarí

  • El centrocampista habló con FIFA.com de tatuajes, golazos e ilusiones mundialistas

Aron Gunnarsson, un futbolista con barba, tatuajes y una entrega infinita, está considerado por muchos la personificación de la selección islandesa, de la que fue nombrado capitán cuando tenía 23 años. El famoso tatuaje que luce en la espalda, inspirado en el blasón de su país, refleja el orgullo que siente por serlo.

El día que Islandia derrotó a Inglaterra y alcanzó los cuartos de final de la Eurocopa de la UEFA 2016, Gunnarsson fue quien lideró la primera representación del ya legendario aplauso vikingo, una celebración especial entre jugadores y afición. Desde el momento en el que Lars Lagerback y Heimir Hallgrimsson empezaron a dar forma a aquella selección histórica, ambos acordaron que este centrocampista todoterreno sería la piedra sobre la que construirían el resto de su proyecto.

“Es el vivo ejemplo de lo que nos gustaría representar”, dijo Hallgrimsson en 2018. “Lo que simboliza como jugador… Es la encarnación de nuestra identidad. Fuera del terreno de juego es un gran ejemplo de cómo deben comportarse los futbolistas y de cómo han de apoyarse entre ellos; en la cancha, es vital a la hora de organizar el equipo. Sabe dónde tiene que estar cada jugador, es exigente y, además, es un futbolista colosal”.

Después de semejantes elogios, no es de extrañar que una de las primeras llamadas que hizo Hallgrimsson nada más dejar Islandia para tomar las riendas del Al Arabi catarí fuera a su antiguo capitán. Gunnarsson, incansable y dispuesto a cambiar de aires, aceptó la oferta. Y desde su nuevo hogar en Catar, este internacional islandés de 31 años dialogó con FIFA.com sobre el dolor que supuso que Islandia no se clasificara para la Eurocopa, sus esperanzas de cara a la Copa Mundial de la FIFA™ y la vida en el país anfitrión de la prueba reina en 2022.

Aron, sea sincero: ¿echa de menos las temperaturas del invierno británico o islandés?

¡La verdad es que un poco sí! [ríe] Como islandés que soy, no me importa que haga frío, pero aquí se está muy bien ahora. Tenemos unos 20 grados, así que es un tiempo perfecto, mucho mejor que cuando llegué en agosto. Es la época más calurosa del año, y yo me asfixiaba. A veces hacía un calor insoportable. Entrenábamos de noche, pero incluso a esas horas la humedad era tremenda.

A lo largo de su carrera se ha distinguido por ser uno de esos centrocampistas que cubren cada centímetro de césped. ¿Tuvo que dosificar sus esfuerzos, sobre todo en aquellos primeros días?

Sí, es inevitable. Todos vemos los datos que nos muestra el GPS y era evidente que aquí corría mucho menos en las segundas partes. Además, en los tramos finales de los partidos sufría muchos más calambres que de costumbre, de modo que tuve que adaptarme. Pero ahora tenemos un clima genial, perfecto para la práctica del fútbol, y puedo volver a desplegar mi juego habitual.

Sin embargo, marcar goles desde su campo no es algo habitual en su juego. Cuéntenos cómo fue.

[Ríe] Eso es verdad. Había visto al arquero adelantado varias veces y pensé: “A la próxima que reciba el balón, chuto”. Por suerte, lo golpeé bien y la pelota fue recta. Normalmente me pasa como cuando juego al golf, que le doy efecto hacia adentro o hacia afuera [ríe].

En 2018 viajó a Catar para recuperarse de una lesión grave de rodilla. ¿Fue entonces cuando sembró la semilla de jugar aquí algún día?

Sin duda. Vine aquí con mi familia, y en aquel momento no estaba nada claro que pudiera jugar el Mundial. Hay una clínica con unas instalaciones magníficas y unos médicos y fisios estupendos que me ayudaron a recuperarme a tiempo. Fue entonces cuando le dije a mi mujer: “No me importaría vivir aquí, ¿sabes?”. Al año siguiente, Heimir se hizo cargo del Al-Arabi y, poco después, me llamó por teléfono. Era mi último año de contrato con el Cardiff, y supe de inmediato que esto era algo que quería hacer. Notaba que necesitaba cambiar de aires después de once años en el Reino Unido, así que Heimir tampoco tuvo que esforzarse mucho para convencerme.

Hemos leído que está impresionado y sorprendido positivamente por el nivel del fútbol en Catar.

Desde luego. Una de las cosas que más me llamaban la atención antes de venir aquí era la cantidad de goles que se marcaban en la liga, y eso me hizo pensar que el nivel defensivo y el aspecto táctico del fútbol no serían los mismos a los que yo estaba acostumbrado en Europa. Pero creo que la gente de aquí también detectó esta cuestión, y se ha producido un cambio muy importante en estos dos últimos años: la competitividad en la liga es mayor y el nivel de juego ha mejorado, sobre todo en el plano táctico, lo cual es muy importante para el campeonato y para los futbolistas cataríes que participarán en el Mundial.

frmgyjn2vz7m1wv378b5.jpg

¿Qué puede esperar la gente de la Copa Mundial de Catar?

Será especial. Se han preparado bien para todo. Todos los estadios tienen aire acondicionado, aunque pasar el torneo a diciembre es, en mi opinión, un verdadero acierto, porque los aficionados no lo pasarían bien si vinieran aquí en verano. De esta manera, disfrutarán un poco del sol invernal y podrán ver el fútbol en condiciones óptimas. Y, en estos momentos, todo está focalizado en hacer de este un Mundial fantástico, porque los cataríes quieren lograr algo extraordinario y que todo el mundo hable bien de su país.

Seguro que desea participar en esa Copa Mundial, pero Islandia está pasando últimamente por momentos complicados. ¿Qué falló con Erik Hamren al mando?

Erik tuvo muy mala suerte con las lesiones. Durante el tiempo que estuvo al frente de la selección, muchos de nuestros jugadores más importantes cayeron lesionados. Con todo, estuvimos a punto de clasificarnos para la EURO, pero perdimos en el último minuto de la repesca. Fue un golpe muy difícil de encajar. Ahora tenemos un cuerpo técnico nuevo [ndlr: Arnar Vidarsson es el seleccionador actual, mientras que su ayudante es Eidur Gudjohnsen] y creo que tenemos posibilidades reales en nuestro grupo de clasificación para el Mundial. Alemania está ahí y es favorita, por supuesto, pero luego estamos nosotros, Rumanía, Macedonia del Norte, Armenia y Liechtenstein. Confío en que lo haremos bien, y los chicos están muy motivados por volver a jugar un Mundial. Además, un buen puñado de futbolistas ya hemos cumplido los 30 y sabemos que esta será, probablemente, nuestra última oportunidad.

¿Qué reflexión hace deRusia 2018con la perspectiva que dan estos dos años?

Lo disfruté mucho en su momento, pero los preparativos, no. Durante mucho tiempo pensé que no iba a llegar; de hecho, lo pensé hasta justo antes del torneo, porque no solo tenía problemas de rodilla, sino que también arrastraba molestias en los ligamentos del tobillo. Pero saltar a la cancha en un Mundial fue una sensación especial. ¡Aunque sin ritmo de competición y teniendo que perseguir a Messi por todo el campo durante 90 minutos no fue el regreso más sencillo, se lo aseguro! En cualquier caso, me sentí muy aliviado por poder participar, y fue fantástico enfrentarse a uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.

¿Los ingredientes que han formado la base del éxito islandés en estos últimos años, es decir, la ambición y el espíritu de equipo, siguen presentes en igual medida?

Muchas veces me preguntan: “¿Seguimos teniendo esa ambición?” Y para mí no hay duda de que sí. Vale, hicimos historia al clasificarnos para la Eurocopa y el Mundial, pero cuando has saboreado esas cosas, lo único que quieres es repetir la experiencia una y otra vez. No hay mejor sensación que representar a tu país en un gran torneo y, si vivir eso no te despierta la ambición de volver a hacerlo, más vale que dejes el fútbol.

Háblenos de su famoso tatuaje en la espalda. ¿En qué se inspiró?

Jugar con Islandia significa mucho para mí. Creo que hay algo especial en el hecho de representar a un país pequeño: te sientes como ese niño que siempre ha de esforzarse más que los demás. Fue un tatuaje que me hice después de la EURO, y quería que fuera algo especial y significativo. Me lo hizo un tipo islandés que vino cuatro veces a Cardiff y, cada vez que venía, se pasaba dos días tatuándome la espalda. Una vez estuvo siete horas seguidas. Cuando le conté mi idea me preguntó: “¿Estás seguro? Porque el color [de la bandera] queda justo sobre la columna vertebral, y te va a doler mucho”. ¡Y no se equivocó! [ríe]. Pero era algo que quería hacer de verdad, y no me arrepiento en absoluto.

Es el capitán de la selección islandesa desde que tenía 23 años. ¿Cómo fue eso de que le dieran tanta responsabilidad siendo tan joven?

Lars [Lagerback] estaba armando un equipo nuevo en aquel momento y supongo que quería a un chico joven como líder de la banda. Es una gran empresa para alguien tan joven, pero imagino que debió de ver en mí ciertas cualidades de liderazgo. Al principio cometí errores, dije estupideces en alguna que otra entrevista, pero creo que fui madurando en mi rol. Y estoy seguro de que, cuando cuelgue las botas, me sentiré muy orgulloso de poder decir que fui el capitán de una selección islandesa que hizo historia.

hol7g6nqtszf4s3lp4fi.jpg