miércoles 09 septiembre 2020, 07:00

Camavinga, ya un paso por delante

  • Camavinga se convirtió en el internacional francés más joven de la posguerra

  • Un destino fuera de lo común y un futuro prometedor

  • “Será parte integrante de esta selección tarde o temprano”, dijo Didier Deschamps

Michel Platini, Zinédine Zidane o, más recientemente Kylian Mbappé, tuvieron la oportunidad de hacer su debut internacional en estadios llenos, permitiendo así que todos los aficionados presentes aquel día, al hablar del destino de esos campeones, puedan decir toda su vida: “¡Yo estuve allí!”. Pero Eduardo Camavinga, por desgracia, vistió por primera vez la camiseta de Francia en un Stade de France vacío, dado que la COVID-19 impone jugar a puerta cerrada.

Sin embargo, el centrocampista no necesitó testigos para entrar en la historia. Al saltar al césped en el minuto 63 contra Croacia (4-2), en partido correspondiente a la Liga de Naciones de la UEFA, se convirtió en el internacional francés más joven del periodo posterior a las Guerras Mundiales, con 17 años y 9 meses.

¿Sabías que…?

El jugador más joven en la historia de la selección de Francia, contando todas las épocas, fue Julien Verbrugghe, ex delantero del Red Star, que se estrenó con los Bleus con 16 años y 10 meses, el 1 de noviembre de 1906. Verbrugghe murió combatiendo durante la I Guerra Mundial en 1916, con 26 años.

Los 10 internacionales franceses más jóvenes de la posguerra:

  • Eduardo Camavinga, 17 años y 9 meses (2020)

  • Maryan Wisniewski, 18 años y 2 meses (1955)

  • Kylian Mbappé, 18 años y 3 meses (2017)

  • Georges Lech, 18 años y 4 meses (1963)

  • Serge Chiesa, 18 años y 8 meses (1969)

  • Daniel Bravo, 19 años y 0 meses (1982)

  • Yannick Stopyra, 19 años y 1 mes (1980)

  • Nicolas Anelka, 19 años y 1 mes (1998)

  • Thierry Tusseau, 19 años y 2 meses (1977)

  • Karim Benzema, 19 años y 3 meses (2007)

Un destino bajo presión

Con una sonrisa pegada al rostro casi todo el tiempo, y con el dominio y la serenidad que muestra en el campo pese a su inexperiencia, Camavinga parece inmune a cualquier presión. El motivo tal vez resida en las adversidades que soportó de pequeño, mucho antes de las dificultades inherentes a una carrera profesional. Nació en 2002 en un campamento de refugiados en Angola, mientras su familia huía del Congo. Eduardo, sus padres y sus cinco hermanos y hermanas llegaron a Francia en 2003 (primero a Lille y luego a la Bretaña), pero en 2013 tuvieron que superar un nuevo obstáculo. La casa que acababan de hacerse construir quedó reducida a cenizas (y sus ahorros con ella) en un incendio.

Pero Camavinga sabe encajar los golpes, como aprendió en el judo, el primer deporte que practicó. Y si el nuevo internacional sabe sobreponerse hoy a cualquier situación de estrés, seguramente sea porque su padre le sometió a una presión tremenda muy pronto, al rechazar la colecta que su club le propuso organizar para ayudar a la familia tras el incendio. ¿El motivo? Celestino aseguró que Eduardo se convertiría en un gran jugador de fútbol, que satisfaría las necesidades de los suyos. “Eres la esperanza de la familia; eres tú quien la hará levantarse”, le vaticinó.

Dicho y hecho. Tras haber sobresalido en todas las categorías infantiles en su club de Fougères, Eduardo se incorporó al centro de formación del Stade de Rennes (del que salieron, entre otros, Yoann Gourcuff, Mikaël Silvestre, Sylvain Wiltord o Ousmane Dembélé) y no paró de progresar, hasta firmar su primer contrato profesional en diciembre de 2018.

Más alto y más rápido de lo previsto

Las previsiones paternales se confirmaban, y el nivel exhibido por Camavinga dejaba entrever un porvenir todavía más brillante de lo esperado. Y sobre todo, más precoz. Tras ser titular por primera vez en mayo de 2019, Eduardo ya no ha abandonado el once inicial del conjunto bretón desde entonces. De hecho, se convirtió en el goleador más joven en la historia del club, y ha firmado sus mejores actuaciones contra los rivales de mayor entidad: París Saint-Germain, Mónaco, Lyon o Marsella. ¿Es una coincidencia que la temporada 2019/20 fuera la mejor en la historia de los Rouges et Noirs, con una clasificación inédita para la Liga de Campeones de la UEFA tras haber conquistado previamente la Copa de Francia?

Soltura técnica, velocidad, visión de juego, rapidez de ejecución, precisión en el pase, potencia física: Camavinga acumula un completo abanico de cualidades que lo hace muy eficaz por todo el campo. El largo parón debido a la pandemia no frenó su progresión, sino todo lo contrario. En la primera jornada de la nueva campaña de la Ligue 1, dio la asistencia del empate obtenido en Lille (1-1) tras salir desde el banquillo. Y en la segunda, marcó el segundo gol de su equipo (2-1 contra el Montpellier) tras una gran internada que culminó con un remate cruzado después de burlar a su marcador con una finta exquisita.

Tras haber obtenido la nacionalidad francesa el pasado noviembre, Camavinga fue convocado enseguida con la selección sub-21 de Francia. Pero esa categoría parecía quedarle ya demasiado corta, y Didier Deschamps le convocó para los partidos de la Liga de Naciones contra Suecia y Croacia. Camavinga entró en juego en el segundo periodo del segundo partido y, gracias a ese récord de precocidad, también entró en la historia de los Bleus.

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Lo que dicen de él

“Puede que sea pronto, pero tarde o temprano, habría venido. En cuanto a personalidad, se nota cuando está sobre el terreno de juego. Ejerce una influencia pese a su juventud. Es capaz de hacer grandes cosas a su edad. Habrá que estar atentos, pero tiene un potencial que hace que vaya a ser parte integrante de esta selección tarde o temprano”. Didier Deschamps, seleccionador de Francia.

“Eduardo nos deja totalmente alucinados por su madurez, ya sea dentro o fuera del campo. Ya había visto algunos partidos suyos con el Stade de Rennes, por lo que no me ha sorprendido. Tiene mucha soltura y es muy prometedor, con sólo 17 años. Lo que más me sorprendió al llegar a Clairefontaine fue encontrarme con alguien muy sonriente, cómodo con todo el mundo, sociable. Es un chico muy majo”. Olivier Giroud, delantero de Francia.

“No veo nada en el futuro que pueda impedirle tener una fantástica carrera. Será uno de los mejores jugadores del mundo. Tiene un enorme talento. Mbappé es un delantero, por lo que atrae mucha más atención. Pero Camavinga, definitivamente, está al mismo nivel que él. Tiene mucho potencial; un potencial demasiado inhabitual, a decir verdad. Juega casi como un jugador de 30 años”. Willy Sagnol, ex defensa de Francia.

“Ha sido educado en el intercambio, en la alegría, en el buen humor. Es alguien que desprende energía para los demás. Las cosas siempre van bien cuando está con mucha gente, porque da muchísimo. Cuando trata con los demás, está radiante y hace disfrutar a todo el mundo. Eduardo siempre ha estado orientado hacia los demás. A menudo prefería hacer marcar goles que marcarlos él mismo”. Mathieu Le Scornet, segundo entrenador del Rennes, y formador de Eduardo Camavinga.

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