Desde Badou Zaki hasta Thomas Nkono, pasando por Bruce Grobbelaar, Essam El Hadary o Joseph-Antoine Bell, África siempre ha dado grandes arqueros, cuyas proezas bajo palos les permitieron inscribir su nombre en la historia del fútbol del continente, además de servir de inspiración a toda una generación de jugadores.

Actualmente, los niños africanos ya no sueñan con convertirse solo en los futuros Roger Milla, Samuel Eto’o, Rabah Madjer, Nwankwo Kanu o Didier Drogba: también quieren distinguirse en la línea de meta. Y, como es lógico, cada vez son más los que brillan en la élite.

A pocos meses del inicio de la competición preliminar para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, FIFA.com se fija en cinco porteros africanos que son —y aspiran a seguir siendo— punta de lanza.

A sus 29 años, Yassine Bounou, canadiense de nacimiento y más conocido como Bono, ya dejó atrás hace mucho tiempo la edad de despuntar, que para él llegó cuando militaba en el Wydad de Casablanca. Allí fue donde se formó antes de ascender al primer equipo en 2010 y de progresar en contacto con una leyenda del club, Nadir Lamyaghri.

Fue titular en el partido de vuelta de la final de la Liga de Campeones de la CAF 2011, que su equipo perdió ante el Espérance de Túnez, y en 2012 fichó por el Atlético de Madrid, si bien no llegaría a disputar ni un solo choque con los Colchoneros. Aun así, se consolidó en España, primero en las filas del Real Zaragoza y del Girona FC, para luego recalar en el Sevilla FC en 2019.

Bono era suplente de Tomas Vaclick y únicamente jugó en la UEFA Europa League, pero aprovechó con creces esa ocasión: el cuadro andaluz se adjudicó el torneo con unas grandísimas actuaciones del marroquí, especialmente frente al Manchester United en semifinales y el Inter de Milán en la final. Julen Lopetegui lo recompensó dándole la titularidad al comienzo de la temporada 2020/21, una situación que recuerda a su trayectoria en la selección, donde fue durante mucho tiempo reserva de Munir, antes de relegarlo a la suplencia y convertirse él mismo en el número uno de los Leones del Atlas, en 2019.

Rumbo a Catar 2022, los marroquíes apostarán por él para obtener la clasificación en una liguilla en la que también figuran Guinea, Guinea-Bissáu y Sudán.

El egipcio Mohamed El Shenawy es otro de los que explotaron a una edad tardía, aunque en su descargo su predecesor en la selección fue nada menos que Essam El-Hadary, gran leyenda del fútbol africano, que defendió la meta de los Faraones hasta los 45 años, convirtiéndose de paso en el jugador de mayor edad de la historia de la Copa Mundial de la FIFA, en 2018.

Pero El Shenawy no perdió el tiempo en el fútbol de clubes, ya que es un pilar del Al Ahly desde 2016. Luce el brazalete de capitán de los Diablos Rojos, ganó las tres últimas ediciones de la liga nacional y tuvo una contribución notable a la clasificación de su equipo para las semifinales de la Liga de Campeones africana, antes de su interrupción debido a la COVID-19.

Fue titular en los primeros encuentros de Rusia 2018 y resultó elegido mejor jugador del partido contra Uruguay (derrota egipcia por 1-0). Ahora atraviesa su mejor momento a los 31 años, y confía en conducir a Egipto a un segundo Mundial consecutivo. Para ello, el cuadro norteafricano deberá superar un grupo compuesto asimismo por Gabón, Libia y Angola.

Resulta difícil de creer, pero Édouard Mendy, de 28 años, no firmó su primer contrato profesional hasta 2016. Fue con el Stade de Reims, club que le dio finalmente una oportunidad después de pasar por las categorías inferiores y de una breve etapa en el filial del Olympique de Marsella. Al cabo de tres temporadas acumulando partidos sin recibir goles, exhibiendo unos reflejos extraordinarios y una gran autoridad en las salidas, este senegalés de 1,97 m de estatura fichó por el Rennes en 2019.

Y quizás no fue ninguna coincidencia que con él el cuadro bretón protagonizase la mejor temporada de su historia y alcanzase por primera vez la Liga de Campeones de la UEFA. Al final, Mendy disputará este certamen vistiendo los colores del Chelsea, que se hizo con sus servicios a cambio de 25 millones de euros en verano de 2020.

Con el combinado nacional, su ascensión también ha sido fulgurante. Debutó como internacional en noviembre de 2018, y unos meses más tarde ya fue titular en la Copa Africana de Naciones de la CAF 2019. Una lesión en un dedo le impidió jugar el último tramo del certamen, en el que los Leones de la Teranga alcanzaron la final, que perdieron contra Argelia. Con Sadio Mané para hacer goles y Mendy para impedirlos, Senegal aspira abiertamente a la clasificación para Catar 2022, y se medirá en la segunda ronda con el Congo, Namibia y Togo.

Después de Nkono, Bell, Jacques Songo’o y Carlos Kameni, Camerún ha encontrado un nuevo fenómeno bajo palos: André Onana, quien pasó por la Samuel Eto’o Academy y la cantera del FC Barcelona y descubrió el fútbol profesional en el Ajax de Amsterdam.

Tras hacerse con la titularidad a los 22 años a raíz de la marcha de Jasper Cillessen, participó en la fructífera campaña de la Liga de Campeones de 2019, en la que el Ajax cayó eliminado in extremis en semifinales contra el Tottenham. Antes, Onana había sido una pesadilla para los atacantes del Real Madrid y el Juventus.

Considerado uno de los mejores arqueros de Europa, sucedió de forma lógica a Kameni, a pesar de la competencia que suponía Fabrice Ondoa. Los Leones Indomables cuentan con él para regresar a la gran cita mundialista en 2022, en una liguilla compuesta también por Costa de Marfil, Mozambique y Malaui.

A sus 35 años, Denis Onyango es un valor seguro del fútbol africano, aunque su nombre no haya resonado más allá de este. Aun así, la tarjeta de presentación del portero del Mamelodi Sundowns, elegido en 2016 mejor jugador africano de los que compiten en el continente, exhibe una Liga de Campeones de la CAF, una participación en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA y los tres últimos títulos de la división de honor sudafricana.

El capitán de la selección ugandesa, que destaca especialmente en el uno contra uno y suele brillar en los penales, es consciente de que no le queda mucho tiempo para conseguir que el resto del mundo del fútbol descubra y aprecie su calidad. Fue una pieza esencial de la clasificación de las Grullas para la CAN de 2017 —la primera desde 1978— y de 2019, y sueña con dar a su país el pase al Mundial. Para ello los suyos tendrán que superar la segunda ronda, donde les esperan Malí, Kenia y Ruanda.