Algunas personas se sienten completas jugando al fútbol. Que se lo pregunten a Abu Sesey, quien perdió la pierna de manera trágica a los cinco años de edad durante un conflicto en su Sierra Leona natal.

"El fútbol es lo que más me gusta. Cuando juego, me siento completo. Me siento como si no fuera un amputado. Me siento como si todos fuésemos iguales", declaró este habitante de Freetown, de 16 años.

Sesey es uno de los muchos jóvenes de todo el mundo que esta semana participan en Moscú en el Festival de la Fundación FIFA. El punto culminante del acto tuvo lugar el viernes en la Plaza Roja con un torneo de fútbol.

La suya es una historia excepcional, pero ilustra un punto común sobre lo que todos los participantes nos pueden enseñar: que el fútbol tiene el poder de unir, inspirar y cambiar vidas.

"El fútbol es mucho más que un deporte. Es una herramienta fantástica para asegurarnos de que este mundo se convierte en un lugar mejor", destacó Federico Addiechi, director de Sostenibilidad y Diversidad de la FIFA.

El festival reúne a 48 organizaciones no gubernamentales de 38 países para la doble cita que es el festival de fútbol y el programa de liderazgo que se impartió previamente.

Varias FIFA Legends pasaron por el Festival de la FIFA Foundation a lo largo de sus 10 días de duración, como Karina LeBlanc (Canadá), Roberto Carlos (Brasil), Christian Karembeu (Francia), Stipe Pletikosa (Croacia) y Dimitry Sennikov (Rusia).

"Para la FIFA, esta es la oportunidad de poner de relieve a las organizaciones que nos apoyan día tras día, desde hace años, utilizando el fútbol para abordar problemas sociales. Y también es una fantástica oportunidad para los jóvenes que han sido elegidos por su potencial de liderazgo y compromiso para impulsar un cambio positivo", añadió Addiechi.

Derribando barreras

Fatuma Adan, abogada y activista por la paz de Kenia, al frente de una delegación de la Iniciativa para el Desarrollo en el Cuerno de África [Horn of Africa Development Initiative], conoce bien el poder transformador del fútbol.

Tras vivir conflictos tribales en primera persona en su niñez, introdujo el programa "Dispara a puerta, no a matar" [Shoot to score, not to kill] para ayudar a romper el círculo vicioso de la violencia en el norte de Kenia.

"De lo que se trata es de sustituir el AK47 por un balón", explicó Adan. "La liga viene acompañada de un plan de estudios. Después de los partidos dialogamos sobre temas que giran en torno a la violencia y el género. El fútbol hace que sea más fácil llegar a la gente joven y tiene el poder de conectar más allá del color, la tribu, la raza o la religión".

Adan ha desempeñado un papel decisivo a la hora de allanar el terreno para que las niñas puedan jugar al fútbol, además de sensibilizar sobre temas tabú como la mutilación genital femenina.

"Es muy raro ver mujeres musulmanas jugando al fútbol. De niña, debido a la cultura y a la religión, a ninguna niña se le permitía practicar deporte. Como mujer musulmana, quería abrir la puerta a otras", explicó.

"También estamos trabajando para romper el silencio sobre cuestiones de las que no se nos permite hablar. La mutilación genital femenina es ilegal, pero sigue pasando, está oculta. Podemos sacar esta cuestión a la luz a través del fútbol. Hemos roto el silencio y con suerte llegaremos al punto en el que la pararemos", aseveró Adan.

Un sueño hecho realidad

Al igual que muchos de los jóvenes presentes, Amreen Taj nunca había salido de su país antes del festival. Viajó desde Bangalore, India, con la fundación Dream a Dream, que ayuda a jóvenes de entornos vulnerables para superar la adversidad y prosperar.

"Es la primera vez que monté en avión. No puedo creer que esté en Rusia, estoy muy contenta de estar aquí", afirmó Taj.

"Trabajo en equipo, igualdad y celebración", así resumió football3, la metodología ideada por streetfootballworld que los equipos han seguido durante el festival.

En football3, equipos mixtos deciden las reglas del juego antes del partido y tras el pitido final todos se reúnen para reflexionar sobre su comportamiento. El resultado final no solo depende de los goles, también de la deportividad.

Se trata de un sistema que está ayudando a cambiar vidas en todo el mundo.