miércoles 16 marzo 2022, 05:00

El partido que cambió la historia entre México y Estados Unidos

  • El 17 de junio se cumplirán 20 años del triunfo estadounidense en octavos de final de la Copa Mundial de la FIFA Corea y Japón 2002™

  • Fue una gran decepción para México y un impulso para Estados Unidos

  • El 24 de marzo volverán a medirse en las eliminatorias: México espera festejar por primera vez en la década actual

El clásico entre México y Estados Unidos no siempre fue la rivalidad de fuerzas equilibradas que hoy protagonizan. El Tri, indiscutiblemente el equipo más poderoso de CONCACAF en el pasado, había sido implacable entre 1937 y 1980 sin derrotas en 24 encuentros ante su máximo adversario. La brecha entre la tradición mexicana y las emergentes intenciones estadounidenses era abismal. El 23 de noviembre de 1980, Estados Unidos enterró su karma con una victoria por 2-1 en Fort Lauderdale que los medios aztecas prefirieron disimular. Aquella advertencia fue revalidada en la semifinal de la Copa de Oro de 1991 y en los cuartos de final de la Copa América 1995 pero aún no era suficiente para un país que necesitaba argumentos para enamorarse del fútbol. El próximo 17 de junio se cumplirán veinte años de un hito fundacional para el fútbol estadounidense. En Jeonju, Estados Unidos y México se enfrentaron por los octavos de final de la Copa Mundial de la FIFA Corea y Japón 2002™.

Estados Unidos no era candidato frente a su par continental. Bajo la conducción técnica de Bruce Arena habían sorprendido en su debut a Portugal, igualado ante Corea del Sur y caído ante una Polonia sin chances, ecuación que los eliminaba del certamen hasta que un gol tardío de los anfitriones ante los portugueses los rescató del abismo.

México, con Rafael Márquez como capitán y Jared Borgetti como símbolo ofensivo en una nómina plagada de nombres rutilantes, había desplegado un fútbol atractivo con Javier Aguirre como entrenador y liderado el grupo G por encima de Italia, Croacia y Ecuador. Con la historia como aliada, México aterrizó en octavos como favorito. Arena, que había consumado numerosos aciertos tácticos durante su aventura asiática, reestructuró su formación y estableció un 3-5-2: “Decidimos defender con tres centrales grandes para frenar a Borgetti. Después del partido del viernes ante Polonia tuvimos poco tiempo para recuperarnos y debimos diseñar una estrategia más pasiva de lo habitual y jugar a la contra, lo cual funcionó perfectamente”.

El tercer central, quien concretó su brillante presentación mundialista, fue Gregg Berhalter, actual entrenador de la Selección.

“Yo esperaba la línea de tres de ellos. Pensé que (Landon) Donovan jugaría por derecha y (Claudio) Reyna de enlace, pero fue al revés”, confesó Aguirre. Reyna había sido criticado por su rendimiento en Francia 1998 pero Arena lo entronizó como su capitán. Reyna le devolvió la confianza con una de las mejores actuaciones de su carrera ante el Tri y fue clave en el armado del gol que Brian McBride anotó a los ocho minutos. Con la ventaja, Arena duplicó la apuesta y reforzó la propuesta inicial. México nunca pudo destrabar la telaraña defensiva que tejió Arena y frustró a Borgetti: “Sabíamos que Estados Unidos iba a ser así, un equipo que contragolpea muy bien y tiene jugadores rápidos”. Después de una hora de juego llegó la estocada final con la presentación estelar de quien se convertiría en su máxima estrella: “Mi carrera casi no existía, menos en el escenario mundial, yo era un talento prometedor que generaba dudas sobre si alcanzaría su potencial o no”, explica Landon Donovan en el el documental exclusivo de FIFA+ 2002: Una Odisea Asiática.

Fue el joven maravilla quien rubricó la eliminación de México a los 65 minutos. “Con el 2-0 concluyó el partido, terminó con nuestras aspiraciones. No había tiempo, no estábamos bien parados en la cancha”, evaluó Aguirre tras un encuentro que finalizó con la expulsión de Rafa Márquez por una dura infracción sobre Cobi Jones. México, que volvería a caer en octavos de final en las siguientes cuatro citas, se despidió con una derrota impensada. Estados Unidos sucumbió ante Alemania pero, más allá de la eliminación ante los eventuales subcampeones, aquella victoria frente a su clásico rival potenció una revolución que Donovan reconoce: “Fue un momento decisivo. Ahora este es un país muy diferente al que vivimos hace veinte años. Creo que todos podemos estar muy orgullosos de nuestro papel”. La transformación es innegable. Cuando el próximo 24 de marzo México y Estados Unidos vuelvan a enfrentarse por la duodécima fecha de las Eliminatorias rumbo a la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, el Tri buscará interrumpir la vigente tendencia que persigue al conjunto de Gerardo Martino: veinte años después de Corea y Japón, los estadounidenses se impusieron en los tres encuentros celebrados en esta incipiente década.