Cuando sonó el pitido final al término de la final de la Copa Mundial de la FIFA 1966™, Bobby Charlton se fue derecho hacia su hermano mayor. “Nadie podrá arrebatarnos nunca este momento”, le dijo a Jack mientras se abrazaban, y las lágrimas corrían por el rostro del hermano menor.

La imagen de arriba muestra a los Charlton en los días posteriores, cuando regresaron a casa en Ashington, la pequeña ciudad minera en la que habían comenzado sus trayectorias futbolísticas. Semejantes éxitos y halagos debían parecer a años luz durante su dura y empobrecida niñez, cuando, debido a la escasez de espacio y dinero, los dos hermanos tenían que compartir cama.

Durante esos primeros años se creó un estrecho vínculo y, cuando Jack se casó en 1957, pidió a Bobby que fuese su padrino. “No fue por seguir lo convencional, sino porque era mi mejor amigo”, afirmó más tarde.

Sin embargo, a pesar de compartir educación y pasión por el fútbol, estos hermanos ganadores del Mundial difícilmente podrían haber sido más diferentes, dentro y fuera del campo. Bobby era el delantero genial, bajo y fornido; Jack el central contundente y larguirucho. Y mientras el hermano menor era tímido y atento, el mayor era ruidoso, sociable y, en ocasiones, rebelde.

Con el tiempo, estas diferencias –y las tiranteces por la relación entre su madre y la mujer de Bobby, Norma– llevaron a que los hermanos se distanciasen y, posteriormente, se enfadasen de forma espectacular.

En 2007, Bobby tachó de “absolutamente vergonzosos” los comentarios que había hecho Jack sobre Norma, y añadió: “Nunca hemos estado tan distanciados como lo estamos ahora. Simplemente no quiero saber de él”.

Afortunadamente, luego se produjo una reconciliación pública. Fue poco más de un año después, cuando a Bobby le concedieron el premio de BBC Sports a la Personalidad del Año por toda una vida de logros… y Jack entregaba el trofeo en la televisión nacional. Hubo sonrisas, apretón de manos y, como en 1966, un abrazo. “Bobby Charlton es el mejor jugador que jamás he visto”, declaró Jack ante el público reunido. “Y es mi hermano”.

“Hemos tenido nuestras pequeñas vicisitudes”, reflexionaba Bobby entonces. “Pero él fue parte del Mundial, jugamos juntos con la selección y hay cosas que, simplemente, prevalecen sobre todo. No habría querido que ninguna otra persona me lo diese. Básicamente fue lo correcto”.

¿Sabías que…? Los Charlton son una de las dos únicas parejas de hermanos que han ganado el Mundial, junto a los alemanes occidentales Fritz y Ottmar Walter en 1954. Jack, Bobby y aquella selección inglesa que conquistó el título, naturalmente, ocupan un lugar destacado en la exposición del Museo del Fútbol Mundial de la FIFA sobre Inglaterra 1966.

Balón original del partido entre Inglaterra y Argentina en Wembley por los cuartos de final y una botella de espumante sin abrir de la fiesta de celebración posterior a la final.