martes 14 julio 2020, 12:57

Preguinho y un gol para la historia

  • Preguinho marcó el primer gol de Brasil en una Copa Mundial, hace hoy 90 años

  • El fútbol solo era uno de los diez deportes en los que destacó

  • Se negó a ser pagado por practicar un deporte que amaba

Coelho Netto, autor, dramaturgo, político, poeta y periodista, soñaba con que uno de sus 14 hijos fuese deportista. Decidió que sería el 12º, João, y que la mejor disciplina para introducirlo en ese mundillo sería la natación.

Así que, cuando el chaval cumplió cinco años, lo agarró por los brazos y lo tiró a una piscina. “Esperaba que se pusiese a nadar, pero se hundió como un clavo”, rememoraba el creador del preciado sobrenombre de Río de Janeiro, A Cidade Maravilhosa (La Ciudad Maravillosa). Desde ese momento, a João se le conoció como “Prego”, que en portugués quiere decir clavo, y de ahí su diminutivo “Preguinho” (Clavito).

Sorprendentemente, el incidente no desanimó al muchacho. Mano, su hermano mayor, para quien Coelho había elegido una carrera literaria, solía nadar siempre que podía en las playas de Río. Al principio João iba con él como espectador, pero temeroso de que su idolatrado hermano lo considerara un endeble, empezó a practicar el crol y se dio cuenta de que era rápido.

Apenas cumplidos los 18 años, Preguinho ya era campeón de Río de los 600 metros a nado. Dos años después, el 19 de abril de 1925, conquistó el título por tercera vez consecutiva.

En esa ocasión, sin embargo, nuestro protagonista no esperó a recibir su medalla. Ni siquiera tuvo tiempo de secarse y vestirse. En vez de eso, se puso a la carrera un par de pantalones cortos encima del empapado bañador y cruzó Río a toda prisa para hacer su debut en el fútbol con el Fluminense.

El ansia de Preguinho por medirse al São Cristovão ese día tenía su explicación. Mano no se convirtió en ensayista o nadador, sino en futbolista. Tres años antes, el internacional brasileño sufrió una infección en el abdomen durante un partido del Fluminense contra el São Cristovão que le provocó la muerte a los 24 años de edad.

“La leyenda, a decir de algunos, es que fue desde la playa de Botafogo a Laranjeiras en taxi”, declaró al programa Esporte Espetacular, del canal Globo, Argeu Affonso, periodista y mejor amigo de Preguinho durante 40 años. “Otros aseguran que fue en bicicleta. Y otros, los más fanáticos, que fue corriendo”.

Lo que es indudable es que Preguinho contribuyó a que el Flu se alzara con el Torneio Inicio y otros seis trofeos más durante sus 14 años de carrera futbolística, siempre con el mismo club. De todas formas, la relación entre Preguinho y el Fluminense había comenzado mucho antes de que este luciera la camiseta Tricolor. Fundado por Oscar Cox y otros integrantes de la élite de Río en 1902, Coelho Netto, cuya familia vivía justo enfrente de la sede del club, se convirtió instantáneamente en hincha. Cuando su esposa, María, se quedó embarazada de Preguinho en 1904, el padre inscribió a su hijo como socio incluso antes de nacer.

“He amado al Fluminense desde que tengo memoria”, recordó Preguinho mucho después. “No podía ni hablar bien y el Fluminense estaba ya en mi alma, mi corazón y mi cuerpo”.

Y por si eso fuera poco, cuando el Fluminense dio el salto al profesionalismo en 1933, uno de sus jugadores se negó a ser pagado por el “privilegio” de lucir sus colores. “Juego por amor a este club, no por dinero”, explicó Preguinho.

¡Y vaya si jugaba! Su promedio con el Flu rondaba un gol por partido, y se proclamó dos veces máximo anotador del Campeonato Carioca, pese a que no solo era delantero. También ejercía de mediocampista, extremo izquierdo y mediapunta.

Su versatilidad, en cualquier caso, iba mucho más allá del terreno de juego. Ganó la inverosímil cifra de 387 medallas con el club en diez disciplinas distintas: además de los ya citados fútbol y natación, baloncesto (aún hoy es segundo en su lista de máximos anotadores de todos los tiempos), buceo, hockey sobre patines, remo, tenis de mesa, atletismo en pista y campo a través, voleibol y waterpolo.

Con todo, por lo que más se recuerda a Preguinho es por su hazaña, no con el rojo, blanco y verde del Fluminense, sino con el entonces blanco de Brasil. La preparación de la Seleção para la primera Copa Mundial de la FIFA™, en 1930, se vio empañada por las disputas entre las federaciones de Río y São Paulo. Esta última terminó por prohibir a sus jugadores participar en Uruguay 1930, lo que significó que nombres como Del Debbio, Feitico y el gran Friedenreich quedaron fuera.

Así, Preguinho pasó a ser la figura y el capitán de un equipo en el que también estaban Fausto, Moderato y Carvalho Leite. En su primer encuentro, contra Yugoslavia hace hoy exactamente 90 años, salieron portando la bandera de Uruguay para ganarse el apoyo de los 24.000 espectadores presentes. No obstante, a los 30 minutos ya perdían por 2-0.

Brasil cayó en última instancia por 2-1, pero a la hora de juego Preguinho se ganó un lugar en la historia, ya que tras una gran acción de Fausto, marcó el primer gol de Brasil en una Copa Mundial.

Seis días después, un doblete suyo propició el rotundo 4-0 ante Bolivia. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y Yugoslavia se hizo con el único billete del Grupo 3 para las semifinales, donde cayó por 6-1 a manos de Uruguay.

“He escrito más de 100 libros, pero en las calles aún me conocen como el padre de Preguinho”, dijo en una ocasión Coelho Netto.

Aquel primer gol de Brasil en una Copa Mundial inscribió para siempre el nombre de Preguinho en la historia.