viernes 14 diciembre 2018, 10:38

Podolski: "Una plataforma para el futuro"

  • Habló con FIFA.com del Mundial Sub-20 de Polonia

  • Polaco de nacimiento, lo ve como una oportunidad para el país

  • Asegura que el torneo puede servir de trampolín

Lukas Podolski ha protagonizado una brillante carrera desde que destacó como una de las jóvenes estrellas de la selección alemana en la Copa Mundial de la FIFA 2006™, de la que fue anfitriona, y que culminó con el tercer puesto de los de Juergen Klinsmann. Las celebraciones posteriores en las calles de Berlín con su afición quedaron para el recuerdo.

Después de haber jugado en grandes clubes como el Bayern de Múnich, el Arsenal, el Inter de Milán y el Galatasaray, Podolski —de 33 años— sabe bien lo que es llegar a lo más alto. De hecho, coronó una magnífica trayectoria con Alemania (130 partidos, 49 goles) con el triunfo en la final de la Copa Mundial en Río de Janeiro en 2014. Actualmente en las filas del Vissel Kobe japonés, el futbolista habló con FIFA.com sobre su vida actual en el país nipón y la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA que se celebrará el año que viene en Polonia, su país natal.

Usted ganó la Copa Mundial en 2014 con Alemania, pero aún mantiene un vínculo especial con Polonia. ¿Qué pueden esperar los aficionados el próximo año?

Por encima de todo, es una gran oportunidad para que Polonia y la federación polaca muestren al mundo entero todo lo bueno que ofrece el país. Polonia ha avanzado mucho. Se han construido autopistas nuevas, estadios nuevos, y la comida es fantástica. Si me preguntan qué plato recomendaría, sería incapaz de elegir solo uno, porque me gustan todos, y más si los prepara mi madre [ríe]. Llevamos muchos años viviendo en Alemania, pero yo nací en Polonia y mi familia sabe cocinar recetas polacas. Será, además, una buena oportunidad para que Polonia sea recordada por las estrellas del mañana.

Es posible que algunos de los jugadores que participarán en el torneo acaben jugando algún día en clubes como el Real Madrid, el FC Barcelona o el Bayern de Múnich. En un futuro, se acordarán de Polonia y dirán: “Ah, Polonia, ahí es donde empezó todo para mí”. De verdad, los torneos así son una oportunidad de oro tanto para el país anfitrión como para los futbolistas. Es un germen que puede florecer, como el turismo, por ejemplo. Aficionados, jugadores… Si les gusta Polonia, puede que vuelvan en otra ocasión o que les digan a otros: “Oye, vale la pena ir a Polonia”. Los beneficios son incontables.

¿Cómo puede contribuir este torneo al progreso del país, tanto en general como en el ámbito futbolístico?

Como he dicho, si Polonia causa una buena impresión a los participantes, repercutirá positivamente en el turismo, por ejemplo. Por otra parte, será una gran oportunidad para que la selección polaca viva una experiencia única. A estos torneos siempre suelen ir muchos ojeadores y, si juegas bien, te apuntan rápidamente en sus agendas. Además del orgullo y el placer de jugar para tu selección, a uno también se le pueden abrir las puertas del fútbol profesional, ya que los clubes importantes siempre se fijan en estos torneos.

¿Qué importancia tienen estos torneos juveniles en sus carreras?

Todos los Mundiales, independientemente de si son juveniles o absolutos, ofrecen a los jugadores una grandísima oportunidad de medirse a los mejores. Es una experiencia que no puedes adquirir en ninguna otra parte. Tienes que vivirla, y puede darle un impulso enorme a tu carrera, porque es un gran escaparate.

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Usted nunca disputó una Copa Mundial juvenil. ¿Siente que se perdió algo?

Bueno, depende. Si luego no hubiera conseguido cosas importantes en mi carrera, sí reconocería que me perdí algo. Pero apenas era un adolescente cuando me adentré en las aguas del fútbol profesional, ¡y no me ahogué! [ríe]. Mi primer gran torneo fue la Eurocopa de 2004 en Portugal. La jugué con solo 19 años. Dos años después, disputé el Mundial de Alemania y me nombraron mejor jugador joven del torneo.

El punto álgido de mi carrera con la selección llegó, por supuesto, en Brasil, donde ganamos el Mundial de 2014. Para un futbolista no hay nada mejor que el momento en el que tocas ese trofeo. Es el sueño de miles de jugadores cada cuatro años, y solo 23 afortunados pueden hacerlo. Incluso si cuentas el número de futbolistas que han sido campeones del mundo a lo largo de la historia, te das cuenta de que no son tantos en comparación con todos los que sueñan con conseguirlo… Yo tuve la suerte de lograrlo, y les deseo lo mismo a todos los participantes en Polonia 2019. Este torneo puede ser la base de su éxito el día de mañana. Espero que algunos de ellos acaben jugando un Mundial absoluto, porque es el mejor torneo en el que puede participar un futbolista.

¿Y qué hay de su día a día? ¿Cómo le va la vida en Japón?

Aquí estoy de maravilla. Es la primera vez que vivo fuera de Europa, pero, al mismo tiempo, no ha sido algo totalmente nuevo para mí. Siempre he viajado mucho, sobre todo con la selección alemana, así que ya he estado prácticamente en todo el mundo. Algún día, dentro de muchos años, me sentaré y pensaré: “Qué bien has vivido, porque has tenido la suerte de conocer muchas culturas distintas”. Además de Alemania y Polonia, he vivido en Inglaterra, Italia, Turquía y, ahora, Japón. ¿Quién sabe lo que me deparará el futuro? Creo que viajar y conocer países distintos te enriquece culturalmente.

¿Qué es distinto aquí y qué echa de menos de Europa?

Lo cierto es que incluso los países europeos son distintos entre sí, como Polonia y Alemania, por ejemplo. Por otra parte, Japón tampoco está en otro planeta, por lo que no todo es tan diferente. En general, la gente es muy amable, la vida es muy organizada, no te llevas sorpresas negativas y no hay nada que temer. Para ser sinceros, no hay mucho que extrañar de Europa: tengo a mi familia aquí conmigo y no vivimos en medio de la nada. Kobe es una bonita ciudad de un millón y medio de habitantes donde todo funciona muy bien. No puedo quejarme de nada.