viernes 18 junio 2021, 11:00

Jardine: "A Daniel Alves se le iluminaron los ojos"

  • André Jardine, de apenas 41 años, dirigirá a Brasil en las Olimpiadas de Tokio

  • Ha incluido en su convocatoria para el certamen a Dani Alves, de 38 años

  • Nos habla de la apuesta de la Seleção

por colgarse un segundo oro consecutivo

Siendo estudiante de ingeniería civil de 20 años, André Jardine faltó a algunas clases para ver cómo un viejo amigo intentaba hacer realidad un sueño olímpico en Sydney 2000. Y aunque las esperanzas de aquel muchacho de tener una carrera en el fútbol terminaron cuando el Grêmio decidió prescindir de sus servicios, el amigo al que quería animar, su antiguo compañero de equipo Ronaldinho, fue entonces el líder de una selección brasileña en la que se confiaba para conseguir su primer oro en un Torneo Olímpico de Fútbol masculino.

A pesar del exquisito lanzamiento de falta transformado por su número 7, la Seleção perdió 2-1 ante Camerún en cuartos de final, y el sueño olímpico de Ronaldinho llegaría a su fin con la derrota sufrida en semifinales de Pekín 2008. Y por increíble que pueda parecer, ahora será Ronaldinho quien vea y anime a André en su búsqueda del oro olímpico. Mientras asistía a sus clases de ingeniería, André Jardine soñaba despierto con el fútbol, y tras ir subiendo peldaños poco a poco de un modo admirable, fue designado seleccionador sub-23 de Brasil en 2019, con solo 39 años.

Otro brasileño que pronto superará la treintena ha sido hoy la comidilla de Internet, y precisamente gracias a Jardine. Daniel Alves, de 38 años y futbolista más laureado de la historia, acaba de ser convocado por su país para viajar a Tokio 2020.

FIFA.com se ha reunido con Jardine para hablar de esta sorprendente inclusión, de la emotiva reacción de Paulinho al ver su nombre en la lista, de la calidad de Gerson y Bruno Guimarães, de las esperanzas de Brasil de lograr el oro olímpico y de su deseo de superar por fin en algo a su viejo amigo, Ronaldinho Gaúcho.

Había mucha incertidumbre en torno a la convocatoria. ¿Cuándo terminó de elaborar la lista de 18 jugadores?

Para ser totalmente sincero, esta mañana, en el último momento. Llegamos a la sede de la CBF muy temprano. Teníamos algunas dudas sobre la disponibilidad de algunos hombres. Justo a tiempo, conseguimos terminar la lista.

¿Puede contarnos cómo se produjo la convocatoria de Daniel Alves para los Juegos Olímpicos?

En cuanto nos quedamos sin Emerson, que había sido un jugador muy importante para nosotros, por irse a la Seleção absoluta —ocupó el lugar de Daniel Alves en la Copa América—, se convirtió en una opción muy sólida. Es un líder, un ganador, tiene mucho carisma, es muy respetado por todos los jugadores brasileños.

Es un gran ejemplo para esta generación de jugadores que tenemos. Y, curiosamente, nunca había competido en los Juegos Olímpicos, así que pensamos que era el matrimonio perfecto. Va a ser un ejemplo en el plantel y un líder dentro del terreno de juego. Y si pensamos en un jugador con ganas de ser campeón... por algo tiene ese historial tan repleto de títulos.

Cuando se puso en contacto con él, ¿cuál fue su reacción?

Fue la mejor reacción posible. Daniel quiere mucho a la Seleção, le ha dado mucho durante muchos años. Es un símbolo de la Seleção. Está claro que le sorprendió, ¡se le iluminaron los ojos! Se le vio contentísimo. Enseguida dijo que estaba a nuestra disposición, que quería darlo todo para ayudarnos.

Has dicho que pensaste en él al perder un lateral derecho. ¿Piensa utilizarlo en esa demarcación?

Daniel tiene esa versatilidad en su repertorio. Eso encaja perfectamente con nuestra forma de jugar. Me gusta mucho utilizar a los laterales en diferentes funciones: como centrocampistas de contención, como centrocampistas de ataque, como extremos. No cabe duda de que vamos a poder sacarle partido a lo largo del torneo.

¿Qué opinión le merecen Gerson y Bruno Guimarães?

Son dos jugadores espectaculares. Dos internacionales absolutos. Tite los valora mucho y los sigue. Sin duda jugarán en la Seleção absoluta en el futuro, pero por ahora son nuestros y eso es un gran privilegio. Contar con gente de la talla de Gerson y Bruno es muy importante para nosotros. Son futbolistas increíbles, tienen una gran comprensión del juego y experiencia, y pueden controlar los partidos, que es algo muy importante.

¿Alguno de los jugadores le ha insistido para ir a los Juegos Olímpicos?

(Risas) ¡Muchísimos! Muchos no pudieron evitar decir lo mucho que querían ir. Matheus Cunha (risas), es un jugador crucial para nosotros, pero estaba muy preocupado por la lesión que tenía. Paulinho estaba muy emocionado.

El vídeo que colgó en las redes sociales muestra las muchísimas ganas que tenía de ir a las Olimpiadas. Bruno Guimarães siempre dejó muy claro que su sueño era disputar los Juegos Olímpicos. Lleva mucho tiempo insistiendo. Otro es Matheus Henrique. Y otros que no fueron convocados siempre estaban preguntando. Por desgracia, no había plazas suficientes para llevar a todos los que me hubiera gustado.

¿Ha hablado hoy personalmente con alguno?

Hablé con varios por mensaje de texto o WhatsApp para felicitarlos. Me dieron las gracias. Tenemos una relación muy estrecha. Fue conmovedor ver la reacción de Paulinho. Ha tenido un año muy difícil, por la lesión. Por todo lo que se ha esforzado para recuperarse de la operación, para recuperar la forma y tener la oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos —y eso no debe haber sido fácil—, estaba emocionadísimo. Paulinho ha sido el símbolo de lo mucho que ansiaba ir a las Olimpiadas esta generación de jugadores.

Brasil jugará contra Alemania, Costa de Marfil y Arabia Saudí...

Creo que son rivales muy complicados. Alemania es un clásico del globo: ha estado en la final del Mundial, de los últimos Juegos Olímpicos. Siempre es muy potente, desde las categorías inferiores hasta la selección absoluta. Acaba de ganar el título europeo sub-21, eso demuestra la calidad de sus jóvenes.

Costa de Marfil tiene una gran tradición en las categorías inferiores: sub-17, sub-20 y sub-23. Es muy fuerte físicamente. Tiene jugadores de calidad y muy rápidos. Y Arabia Saudí ha progresado mucho. Su organización ha mejorado y ha hecho pasar apuros a selecciones de más renombre. Es un rival ante el que habrá que tener mucho cuidado para no tropezar. La liguilla está muy abierta. Puede pasar cualquier cosa.

¿Quiénes cree que son los mayores rivales de Brasil por el oro?

Hay varias selecciones que pueden ganarlo. Yo situaría a Japón entre los grandes favoritos. También a Argentina, que tiene un gran equipo y grandes jugadores. Alemania, España y Corea del Sur también tienen muy buenos equipos. Y siempre hay equipos que sorprenden a todo el mundo y pelean por el título.

¿Hasta qué punto confía en las opciones de Brasil?

Tenemos una gran Seleção, un equipo que está a la altura de representar a Brasil. La CBF se toma muy en serio este torneo. Llevamos dos años esforzándonos mucho. La mayoría de los jugadores llevan con nosotros desde el principio, luchando por los puestos, jugando amistosos, participando en nuestros preparativos. Vamos a los Juegos Olímpicos con la sensación de estar en la mejor forma posible para ir a por el oro.

Después de no triunfar como futbolista, usted empezó a estudiar la carrera de ingeniería civil…

Estuve en las categorías juveniles del Grêmio. Coincidí con Ronaldinho Gaúcho, pero no llegué a ser profesional. Siempre se me habían dado muy bien las matemáticas, así que me puse a estudiar ingeniería civil, aunque en realidad nunca dejé de tener la cabeza en el fútbol.

Entonces descubrí esta pasión por el entrenamiento. A los 21 o 22 años ya tenía claro que quería ser entrenador. A partir de ese momento empezó una trayectoria muy larga: futsal, fútbol, Inter, Grêmio, São Paulo. Han sido más de 20 años de trabajo duro. Creo que me merezco estar donde estoy por lo que he conseguido, por todos los jugadores a los que he ayudado a abrirse paso. Creo que he tenido una trayectoria muy linda y quiero culminarla con una medalla de oro.

¿Cómo fue jugar con Ronaldinho?

Fue increíble, un verdadero privilegio, toda una experiencia. Ronaldinho hacía a los diez años cosas que los profesionales no pueden hacer ahora. Lo recuerdo como si fuese ayer. En cuanto a calidad, estaba muy por encima de los demás, muchísimo. Es uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. Para mí es un enorme orgullo poder decir que jugué con él y que es amigo mío. Fue increíble verlo pasar de tener 10, 11, 12, 13, 14 años a ser el mejor jugador del mundo.

Ronaldinho es el brasileño que más internacionalidades sub-23, pero nunca ganó el oro olímpico. ¿Qué sería superarlo?

No lo sabía. ¡Por fin podría ganarle a Ronaldinho en algo! (Risas). No, en serio, hay muchísimas grandes selecciones de Brasil que no han podido ganar el oro olímpico, y para nosotros eso es una gran motivación. Tenemos muchísimas ganas de conquistar este título.