viernes 24 junio 2016, 12:15

España aprende la lección del 'Milagro sobre hierba'

Hace exactamente siete años, Estados Unidos hizo un poderoso alegato en Sudáfrica. Las Barras y Estrellas, a las órdenes de Bob Bradley, se plantaron en la final de la Copa FIFA Confederaciones Sudáfrica 2009 venciendo a una España que parecía invencible por 2-0.

Esa victoria totalmente inesperada para una selección estadounidense relativamente joven e inexperta fue bautizada por el New York Times como el ‘Milagro sobre hierba’, en alusión a aquel triunfo yanqui igualmente improbable en hockey sobre hielo contra la Unión Soviética en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1980; que quedó inmortalizado como el ‘Milagro sobre hielo’.

Y la grandilocuente comparación se antojaba acertada. Al fin y al cabo, Estados Unidos se había enfrentado a una España que estaba acercándose a su incomparable cúspide, tras haber iniciado el año anterior una racha sin precedentes de tres grandes títulos seguidos (dos europeos y uno mundial). La Roja, asimismo, encaraba el encuentro inmersa en plena racha de 35 partidos invicta –desde noviembre de 2006– y defendiendo un récord mundial de 15 victorias seguidas.

El combinado de Vicente del Bosque superaría ese inesperado revés conquistando un año más tarde la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010™ y en 2012 su segunda Eurocopa consecutiva; sufriendo una sola derrota más por el camino. Otra prueba más de su sólida hegemonía es que, de 2008 a 2013, España acabó cada año al frente de la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola.

Pero aquel día en Bloemfontein, los hombres de Bradley gozaron de su propio momento de gloria. Los goles de Jozy Altidore y Clint Dempsey pusieron por delante a las Barras y Estrellas y, tras defender su renta con un asombroso trabajo en equipo frente a las ofensivas de España –con David Villa, Fernando Torres, Cesc Fábregas y Xavi en sus filas, entre otros–, los norteamericanos sellaron una histórica victoria.

“Partíamos como el equipo más débil en todo momento”, declaraba el defensa Jay Demerit a FIFA.com tras el partido. “Pero esto demuestra que, cuando nos conjuntamos y damos el máximo, podemos conseguir grandes cosas. Queríamos demostrar a España que podíamos plantarle cara, y que también tenemos talento en Estados Unidos. Tal vez no seamos los jugadores más importantes o más conocidos del mundo, pero cuando nos conjuntamos eso es lo de menos”.

Lecciones aprendidas España, entretanto, tuvo que asimilar la derrota y curarse las heridas. Torres no ocultaba su decepción a FIFA.com por la sorprendente derrota. “Sabíamos que era imposible que pudiésemos ganar todos los partidos desde ahora hasta el final de nuestras carreras, y que la racha tendría que acabar algún día. Simplemente no esperábamos que ocurriese aquí en Sudáfrica, pero así ha sido. Cuando pierdes un encuentro y tienes muchos jugadores que apenas pueden recordar la última vez que pasó, eso demuestra que vas por el buen camino".

El delantero prefería mirar hacia delante, aunque no tuvo reparos en asegurar que sus rivales habían sido justos vencedores. "Prefiero que ocurra ahora antes que en el Mundial de 2010. No creo que nadie pueda decir que jamás hayamos mostrado una falta de respeto hacia nuestros rivales. Estados Unidos ha sido mejor porque ha podido resistir la presión que le hemos impuesto y ha marcado los goles".

Tim Howard, célebre por sus múltiples paradas ante Bélgica en los octavos de final de Brasil 2014 antes de acabar siendo batido, tuvo una actuación igual de impresionante bajo palos en aquella semifinal de 2009. “Sabíamos que íbamos a tener que defendernos para seguir vivos”, afirmaba el portero estadounidense. “Para dar una campanada como ésta, tienes que defender como si tu vida dependiese realmente de ello”.

Y pese a la decepción por marcharse de Sudáfrica en 2009 sin la Copa FIFA Confederaciones –el único trofeo importante que le falta por ganar a la Roja–, los jugadores españoles consideraron más tarde que esa derrota les había ayudado a perfilar su andadura triunfal en el Mundial del año siguiente.

Fernando Hierro, entonces director deportivo de la Federación Española, resumía el estado de ánimo general con unas palabras que resultaron proféticas: “Una experiencia como ésta fortalecerá el grupo y su hambre de victoria. Estoy triste por los jugadores, que tanto deseaban alcanzar la final y enfrentarse a Brasil. Sin embargo, han sabido cómo aceptar la derrota y cómo reaccionar ante ella… Volveremos aquí dentro de un año, y vendremos a ganar”.