En una reedición de la final de 2016, Kashima Antlers y Real Madrid volverán a enfrentarse en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. Ambos conjuntos ya se midieron hace dos años en Yokohama, y el cuadro japonés sorprendió entonces a todo el globo al ponerse por delante en el marcador en la segunda parte, gracias a un doblete de Gaku Shibasaki.

El Real Madrid recurriría a la habitual magia de Cristiano Ronaldo para remontar y alzar su segundo trofeo del Mundial de Clubes. El astro portugués culminó en la prórroga una tripleta que dio a los españoles un triunfo por 4-2.

Los dos equipos volverán a verse las caras en la actual edición, esta vez en Abu Dhabi, y con un puesto en la final de EAU 2018 en juego.

Muchos de los integrantes del plantel del Kashima tienen todavía muy presente el recuerdo de la final de 2016. De hecho, seis de los jugadores que disputaron aquel partido jugaron el sábado ante Chivas. Esta vez los nipones participan como campeones de Asia, y quieren tomarse la revancha.

Shoma Doi, uno de los veteranos de 2016, confía en haber aprendido de la experiencia pasada: “Somos conscientes de que el Madrid nos hará pagar caro el más mínimo despiste. Es la lección que recibimos en la final de 2016. Y no queremos que eso se repita”.

Go Oiwa, entrenador del Kashima en EAU 2018, vio aquella final desde la línea de banda como técnico asistente de Masatada Ishii, y considera que el reencuentro de este año será un choque que cautivará. “La última vez, en Japón, en la final de 2016, causamos sensación para mucha gente. Pero contra el Madrid queríamos ganar de verdad, así fue como lo enfocamos”.

“Perdimos, sí, y fue una decepción", reconoce, "pero ahora estamos en un escenario en el que podemos reaccionar ante aquella decepción. Nos hemos ganado esta oportunidad, eso es algo muy satisfactorio. Este partido va a despertar mucho interés”.

El Kashima buscará, pues, resarcirse este miércoles, y para ello contará con el apoyo de sus apasionados hinchas, que teñirán las gradas de rojo. En 2016, siendo representante del país organizador, el público ya lo llevó en volandas hasta alcanzar la final contra todo pronóstico. Esta vez, sus más fervientes seguidores han hecho el viaje desde la región japonesa de Kanto hasta Emiratos con un claro objetivo: vencer al Madrid y soñar con regresar con la Copa en la maleta.