Con 16 años de trayectoria profesional, 12 de ellos en la selección mexicana, Jorge Campos ha visitado mucho los países de la región de la Concacaf. Pero hace pocos días vivió una experiencia inédita para él: gracias al Programa FIFA Legends y a la Fundación FIFA, visitó a los damnificados por la tragedia del volcán de Fuego, en Guatemala.

El exarquero y delantero quedó maravillado con el poder del fútbol durante su tiempo entre los refugiados de las áreas afectadas por la erupción del volcán, que dejó como saldo varias decenas de muertos y heridos a mediados de 2018. Campos interactuó especialmente con los niños y dialogó con FIFA.com sobre sus sensaciones allí.

Jorge, ¿cómo fue la experiencia en Guatemala? Estar en un evento así con niños siempre es increíble, más con ellos que tuvieron que vivir esta desgracia con el volcán. Uno nunca cree que tiene ese alcance con los niños. Lo que me llamó muchísimo la atención es lo que te cambia un balón de fútbol. Allí llevaron cientos y lo bonito que es verlos cuando le dices que se los vas a regalar, cuando están jugando, cuando corren detrás de la pelota. Ver esas caritas ante esos regalos, cómo cambian. Son inolvidables esos regalos para ellos. ¡Todos queremos jugar fútbol! Es algo mundial, no? Es una experiencia muy bonita tener un regalo así cuando no cualquiera tiene el detalle de llevar a exjugadores a regalarles una pelota a niños no tienen nada. Y una pelota les cambia todo.

Parece un simple detalle pero es mucho más que eso... Me decían y yo mismo pensaba “parece nada” pero es el regalo más grande que pueda tener un niño, no? No tienen zapatos [de fútbol], algunos juegan con huaraches [zapatillas]... yo también he jugado sin zapatos pero lo importante es que la pelota ruede e ir detrás de ella. Fue una experiencia maravillosa que aparte me llena, me da más fuerzas a seguir yendo a estos eventos a cualquier parte del mundo. La pelota no tiene idioma. Rueda y no habla, genera una comunicación orgánica, natural. El balón te da todo.

Para ellos es algo único. ¿Y para los jugadores?¿Cuán importante es para ustedes las Legends vivir estas experiencias? Es algo especial para cualquier jugador, para cualquier Legend. Te cambia tu perspectiva. Los problemas que hay en tu vida, en tu casa, en tu pueblo toman otra dimensión cuando ves a esta gente que perdió muchas cosas, muchas casas, muchas vidas... Y jugar con ellos, hacerse fotos, pasar un rato, te da una energía muy bonita, muy padre. Ojalá que muchos jugadores, incluso que están activos, se puedan tomar ese minuto para mandar un video o balones o simplemente algo. No se dan cuenta lo profundo y lo bonito que es para esos niños. Si los que no estamos activos lo hacemos y generamos esto, imagínate los que todavía lo están.

¿Hay algo que te haya sorprendido especialmente? Los niños empezaron a hablar entre ellos y decidieron entre todos regalarme una pulserita que llevaban todos. Eso no se me va a olvidar porque eran todos unos chiquititos ¡que ni sabían quién era yo! Me la guardé como me he guardado todo lo que me ha regalado desde que jugaba la gente de buena vibra. Y me ha ido muy bien. ¡Me faltó ganar un Mundial nada más! (risas).

Mientras estabas allí, ¿pudiste conectarte con ese Jorge Campos niño que jugaba sin zapatos en Acapulco? Siiii. Me vino a la cabeza cuando me inicié. Se los dije que yo jugaba en canchas de tierra o en la arena sin zapatos. Lo que más disfrutaba era una pelota porque jugar puedes jugar donde sea. Y estábamos siempre lastimados de los pies porque a veces le pegábamos a las piedras. Y estos niños igual, entonces piensas en cómo te iniciaste, en cómo fueron las cosas en esa época.

La Fundación FIFA ayudará a construir instalaciones deportivas en la zona. ¿Cómo crees que puede ayudar a los refugiados? Le dije a la Federación [de Guatemala]: “¡Ey, aquí hay varios niños que juegan muy bien! Si con esta cancha juegan así, Imaginen cuando tenga pasto. Juegan todos los días y lo hacen con mucha pasión y tener instalaciones buenas les va a ayudar a ser mejores personas. Te saca de todas las cosas raras que hay en la calle. A un niño le cambia la perspectiva de cómo crecer.

¿Qué tipo de mensaje diste cuando hablaste con los niños? Lo que solemos decir es la pasión que hay que tener para crecer como persona y correr, hacer deporte, es parte de eso. Ir detrás de una pelota siempre te va a llevar a algo muy bueno. Eso a mí me llevó muy lejos. A ser mejor persona y ser deportista. Les dije que no pierdan su pasión, ni importa si eres hombre o mujer. Lo que que quedó atrás, ya pasó.