domingo 13 noviembre 2016, 14:16

Un día histórico

Ha caído por 9-0 en su estreno en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA, pero, aunque pueda sonar a tópico, el mero hecho de participar ya supone una victoria para el combinado anfitrión. Los grandes acontecimientos deportivos no abundan en esta parte del mundo, y Papúa Nueva Guinea podrá, a partir de ahora, presumir de ser el primer país oceánico, además de Nueva Zelanda, que ha albergado una cita mundialista femenina.

Más de 12.000 aficionados abarrotaron el impresionante Estadio Sir John Guise, situado en el corazón de la capital papuana, para asistir al debut de su selección femenina sub-20 en el certamen. Enfrente, nada menos que Brasil, toda una superpotencia futbolística. Fue sin duda un día muy especial cuya importancia no pasó desapercibida para las heroínas locales.

“Antes del partido estábamos un poco nerviosas y agitadas”, declaró a FIFA.com Yvonne Gabong, la capitana de las anfitrionas. “En ese momento pensamos que estábamos realmente a punto de jugar en un Mundial en representación de nuestro país. Esto nos permitirá ganar un poco de confianza”, explicó la centrocampista.

“Disputar un Mundial es una gran experiencia y significa mucho para nosotras. Creo que todo esto servirá para mejorar el nivel del fútbol femenino en Papúa Nueva Guinea. Me siento muy orgullosa de que me hayan nombrado capitana y de poder liderar a este equipo”, añadió.

La estructura familiar es muy sólida en el Pacífico y Gabong, al igual que la mayoría de sus compañeras, contó en el estadio con el apoyo de sus orgullosos padres y hermanos. “Este partido nos hacía mucha ilusión a todos, y el hecho de poder tener a nuestros familiares en la tribuna nos ha dado más fuerza”, reveló.

No obstante, Gabong se mostró más tímida cuando le preguntamos sobre el privilegio de ser la primera en capitanear a una selección papuana en un certamen mundialista. “Nunca pensé que viviría una experiencia así”, confesó mientras emitía una risa nerviosa, motivada sin duda por la idea de entrar a formar parte de la historia del deporte de su país.** **

El primer paso de un camino por recorrerLa ceremonia inaugural que precedió al primer partido dejó un fuerte aroma melanesio, que incluyó baile y música tradicionales. El despliegue de una enorme bandera papuana generó una reacción de especial entusiasmo por parte del público. Durante el partido, la afición apoyó a su equipo con similar vehemencia, y el volumen de los gritos de ánimo se incrementaba cada vez que la selección local intentaba atacar.

Japón, España y Brasil golearon en la primera jornada del certamen, pero la verdadera protagonista del día fue Papúa Nueva Guinea. Los próximos compromisos no se presentan más asequibles para la escuadra anfitriona, que se medirá a Suecia el miércoles y a RDP de Corea el domingo.

La seleccionadora, la estadounidense Lisa Cole, aseguró que su inexperto plantel ha aprendido mucho de su estreno mundialista. “Luchamos desde el primer al último minuto”, declaró Cole. “Estoy muy orgullosa de estas jugadoras. No hemos regalado ningún gol, y eso es algo que sí hacíamos hace nueve meses”, elogió.

“Es cierto que las chicas esperaban que las cosas saliesen un poco mejor, así que tendremos que ocuparnos de restablecer su confianza. Este no es el fin del fútbol femenino papuano, sino el principio. Todos los países tienen que dar alguna vez ese primer paso en un Mundial. Ahora podremos sacudirnos los nervios”, comentó la entrenadora.

“Siempre recordaremos este increíble momento como un hito en la historia del fútbol femenino de Papúa Nueva Guinea. Las chicas han jugado contra Brasil en un estadio repleto de compatriotas que han venido a apoyarnos”, remarcó.

“Si apostamos todavía más fuerte por el fútbol femenino, el futuro será brillante. A las chicas les digo una y otra vez que han hecho historia, pero ahora hay que seguir adelante”, concluyó.