lunes 30 mayo 2016, 08:27

Tymoshchuk y el inolvidable Mundial de Ucrania

El verano boreal de 2006 fue histórico para el fútbol ucraniano. Bajo la batuta de Oleg Blokhin, jugador legendario del Dinamo de Kiev y la URSS, Ucrania alcanzó los cuartos de final en su primera participación en una Copa Mundial de la FIFA™. Al frente de aquel combinado destacaban el artillero Andriy Shevchenko, Balón de Oro en el año 2004, y Anatoliy Tymoshchuk, pivote defensivo del equipo. FIFA.com habló con el mediocentro en vísperas del décimo aniversario de la mejor actuación de Ucrania en un gran torneo.

El equipo había sellado su pasaporte para la Copa Mundial en su tercer intento. Había caído varias veces en el último escollo de la fase de clasificación, tanto del Mundial como de la Eurocopa, por lo que viajar a la cita alemana fue todo un éxito. Y más aún teniendo en cuenta que obtuvo su billete después de imponerse en un grupo en el que figuraban Grecia y Dinamarca, excampeonas continentales, así como Turquía, que había sido tercera en el Mundial de 2002.

Sin embargo, en su primer partido de la prueba reina, en el que se enfrentó a España —que todavía no había iniciado su ciclo más glorioso—, Ucrania cayó por un contundente 4-0. "Fue un revés muy duro", recuerda Tymoshchuk. "Uno siempre quiere causar buena impresión en su debut, pero nos tocó España. Merecimos perder, aunque no nos castigamos demasiado por el resultado, porque teníamos un bloque con una columna vertebral experimentada".

"Todos entendimos que no había mucho tiempo para preparar el siguiente partido", prosigue. "Así que nos olvidamos de la derrota y trabajamos a tope de cara al siguiente encuentro. El resultado contra España nos puso en una situación en la que no teníamos más remedio que ganar en las siguientes jornadas".

Efectivamente, Ucrania no podía permitirse otra derrota, y ofreció su mejor versión cuando se encontraba entre la espada y la pared. Los hombres de Oleg Blokhin arrollaron a Arabia Saudí en la segunda fecha con un 0-4 que les llenó de moral, y el 1-0 sobre Túnez en la última jornada les permitió asegurarse la segunda plaza del Grupo H, con el consiguiente acceso a octavos de final.

"Prevaleció nuestro deseo de redimirnos", explica Tymoshchuk. "No es que nuestros rivales fueran flojos. Simplemente, nos ayudó el hecho de que queríamos demostrar que el partido contra España había sido un accidente. Nuestra misión era superar la fase de grupos y todos sabíamos los resultados que debíamos sacar", añade.

El "eterno" récord de Oleksandr Shovkovskiy Ucrania se enfrentó a Suiza en octavos en un duelo que ofreció tanta igualdad como la que prometía a priori. Ambas escuadras chocaron contra el travesaño, pero ninguna de ellas fue capaz de perforar el arco contrario después de 120 minutos de juego. Y la posterior tanda de penales no pudo empezar de peor manera para Ucrania: el capitán Andriy Shevchenko marró su lanzamiento, como ya ocurriera en la final de la Liga de Campeones de la UEFA del año anterior entre su equipo, el AC Milan, y el Liverpool, que acabó alzando el título.

"Normalmente, el técnico pregunta: '¿Quién quiere tirar?', '¿Quién va a asumir la responsabilidad?', '¿Quién se siente bien para hacerlo?'. No teníamos una lista establecida de lanzadores. Ni siquiera habíamos practicado los penales antes del partido. Todos nos quedamos helados tras el error de Shevchenko, pero confiaba en el resto de compañeros que habían decidido tirar", asegura Tymoshchuk, que observó desde el círculo central cómo Oleg Gusev, Sergei Rebrov y Artem Milevskiy transformaron sus respectivas penas máximas.

Al mismo tiempo, Oleksandr Shovkovskiy hacía historia en el arco ucraniano: hoy en día, sigue siendo el único guardameta que no ha recibido ningún gol en una tanda de penales mundialista. Aquella noche, atajó dos y vio cómo otro se estrelló en el larguero.

"Tal vez el récord de Shovkovskiy quede para la posteridad", dice Tymoshchuk. "Aquellos penales y las emociones tan intensas que los rodearon siguen siendo mi recuerdo más intenso de aquel torneo. También me acuerdo del apoyo de nuestros aficionados, que habían recorrido un largo camino para llegar hasta allí, y de la organización del Mundial: todo funcionó como un reloj", cuenta Tymoshchuk.

Desafortunadamente, el cuento de hadas ucraniano terminó en cuartos. Italia, a la postre campeona del mundo, fue demasiado rival para Ucrania, que perdió 3-0. Tymoshchuk sigue sintiendo el sabor amargo de la decepción cada vez que evoca aquel enfrentamiento.

"Encajamos un gol muy pronto, pero conseguimos rearmarnos y generamos algunas ocasiones", explica. "Jugamos bien, pero perdimos contra la selección que acabó proclamándose campeona del mundo. No es un consuelo, pero tal vez no estábamos preparados para medirnos a Italia en aquel momento", reflexiona.

Grandes ambiciones El siguiente gran torneo para Ucrania fue la EURO 2012, de la que fue anfitriona junto con Polonia. Pese a mostrar un buen juego, el equipo, que disputó sus tres partidos en casa, no pudo superar un grupo en el que también estaban Francia e Inglaterra. Este año Tymoshchuk y los suyos tendrán otra oportunidad de hacer historia, y será de nuevo en una Eurocopa.

Anatoliy Tymoshchuk heredó el brazalete de capitán del combinado ucraniano después de que Andriy Shevchenko colgara las botas. A sus 37 años, milita en el FC Kairat de Kazajstán y continúa representando a su selección nacional, con la que ya suma 142 internacionalidades. Un registro a todas luces extraordinario y que sus compañeros podrían tardar años en superar.

"Es un honor jugar para mi país. Yo nunca había pensado en batir ninguna marca personal", reconoce. "Mi objetivo era disfrutar jugando al fútbol y servir a mi selección. Es muy especial sentir el aliento de todo tu país. Tenemos la Eurocopa a la vuelta de la esquina y nos hemos marcado grandes metas", concluye.