El domingo 23 de agosto, cuando dé comienzo en Lisboa la final de la Liga de Campeones de la UEFA entre el París Saint-Germain y el FC Bayern de Múnich, dos entrenadores alemanes, Hansi Flick y Thomas Tuchel, se verán las caras en los banquillos. Como ya ocurrió en 2019 con el Liverpool FC de Juergen Klopp, el campeón de la máxima competición continental de este año volverá a ser un equipo dirigido por un técnico alemán. Julian Nagelsmann, del RB Leipzig, completó esta temporada un trío histórico de entrenadores alemanes en las semifinales de la Liga de Campeones, un hito inédito hasta la fecha.

"Es una muy buena señal, y subraya la buena formación y el fantástico equipo docente que hay en Alemania", afirma satisfecho Erich Rutemoeller, que fue durante muchos años director de formación de los cursos para obtener la licencia de entrenador de la Federación Alemana de Fútbol (DFB). Rutemoeller solo encuentra palabras de elogio para sus sucesores, Frank Wormuth y Daniel Niedzkowski, así como para el equipo que los arropa.

Además, Rutemoeller tuvo de alumnos a Flick, entrenador del Bayern, y a Tuchel, entrenador del PSG, cuando ambos se sacaron sus licencias en 2003 y 2006, respectivamente. "Flick llegó a los cursos de formación de entrenadores y lo quería saber todo. Fue, junto con Thomas Doll, el mejor de su promoción. Sus métodos me llamaron la atención, y no me sorprende que esté donde está ahora", señala Rutemoeller, actual consejero del FC Colonia, a FIFA.com.

"La progresión de Tuchel, en cambio, sí me ha sorprendido. Llegó a los cursos de formación nada más licenciarse en ciencias del deporte, y trabajaba en las categorías inferiores del FC Augsburgo. Yo pensaba que haría carrera como instructor de la federación o en clubes juveniles, pero no que llegaría a entrenar a equipos como el Borussia Dortmund o el PSG. Por eso me alegro más aún de la evolución de Thomas".

"Comparar entrenadores siempre es complicado, porque cada uno desarrolla su propio estilo. Lo que sí puedo decir es que Flick ya pensaba como un entrenador cuando era jugador. Siempre se cuestionaba cosas e incluso a sí mismo. Comentábamos la estrategia de juego, y era un verdadero jugador de equipo", cuenta Rutemoeller, que dirigió a Flick en el Colonia en la temporada 1990/91. "La mayor virtud de Flick es su carácter tranquilo y empático. Es consciente de que no es un Diego Simeone, y no sería honesto consigo mismo si se comportara de ese modo en la banda. Es el mismo tipo de entrenador que era de jugador cuando estuvo a mis órdenes. Era un centrocampista sobrio, con mucha resistencia, no era nada espectacular, pero cumplía con su trabajo y siempre estaba dispuesto a aprender", añade.

"Thomas Tuchel es un profesor de fútbol astuto. En la semifinal contra el RB Leipzig pudimos reconocer su firma y ver claramente el gran entrenador que es. Ha conseguido que su equipo, plagado de estrellas de clase mundial, esté con él", indica Rutemoeller. "A mí me ha impresionado especialmente lo que corren todos sus futbolistas. Muy pocas veces había visto correr así a Neymar, y lo ha hecho porque quería, no porque fuera su deber. Cuando uno tiene esa impresión al observar un equipo como espectador, es porque su entrenador ha hecho un trabajo excelente", apunta.

"'El fútbol es una lucha constante contra el azar', dijo en cierta ocasión José Mourinho, y me parece una frase muy acertada. El domingo, todo se decidirá en los pequeños detalles, y espero un partido muy igualado. Las defensas, sobre todo, tendrán mucho trabajo por el poderío ofensivo de ambos equipos", analiza Rutemoeller. "Lógicamente, mi corazón va con el Bayern, el representante alemán. Pero de lo que de verdad tengo ganas es de ver un buen partido de fútbol, porque, a mi juicio, han llegado a la final los dos equipos que tenían que llegar", concluye.

Foto: el curso de entrenadores de la DFB de 2003. Erich Rutemoeller (última fila, a la derecha del todo) y Hansi Flick (tercera fila, el tercero por la izquierda)