"Ahora música, cantar, gritar y agua por todos lados”, cuenta Cristian 'Titi' Borruto a FIFA.com sobre la celebración que tendrán en el vestuario. Han pasado apenas unos pocos minutos después de que Argentina haya eliminado a Brasil en las semifinales de la Copa Mundial de Futsal de la FIFA y vaya a disputar su segunda final consecutiva.

"'¿Qué canción cantaremos?', seguro la de siempre. Hay muchas, casi todas de Cumbia", nos dice. Ahora que han eliminado al gran rival y que están en la final del Mundial es obligado seguir con esa tradición de cantar "su" canción. Lo hacen con cada trayecto en autobús hacia el pabellón para los partidos y lo vuelven a hacer para celebrar las victorias. No tardó en retumbar desde el vestuario.

Como pasa en muchas de las gradas de los estadios argentinos, la Albiceleste de futsal también ha adaptado su versión de este ‘Enamorado estoy’. Ellos han cambiado el estribillo para decir ‘hoy hay que ganar, esta banda quiere festejar, asumimos ser campeón mundial, una vuelta tenemos que dar…’ para acabar la estrofa con un mensaje que están a un paso de hacer realidad: ‘lo único que quiero es Argentina campeón y sumar otra estrella’.

Esta es la idea con la que vinieron y así nos lo confirma Borruto, que a sus 34 años y en su cuarto Mundial lo tiene claro: "Vinimos a Lituania a por el título", confiesa este pequeño y veloz atacante, que esta noche ha sido una pesadilla para la zaga de Brasil. Aun así, prefiere digerir primero el gran triunfo ante la Seleção. "Vamos a pensar en quién nos toca y después armaremos el partido para la final. Ahora toca descansar, recargar y esperaremos a ver quién es el finalista. Sea el que sea vamos a jugar como sabemos hacerlo".

En las celebraciones sorprendió ver como al 'Titi' le costaba sumarse a los abrazos y cánticos de sus compañeros. Reflejando su carácter más introvertido, parte de sus pensamientos estaban en otro lugar cuando la bocina señaló el final de la semifinal. "Tengo algunas cosas en la cabeza, problemas..., y no soy mucho de festejar", nos cuenta con los ojos vidriosos. "Me tengo que emocionar. Vengo peleando desde hace mucho con este objetivo, el de llegar a la final".

Aunque le cueste reconocerlo, Borruto ha sido la estrella de Argentina en la primera mitad, dándole una clara ventaja a su equipo. Podría haber sido con un doblete, pero el primer gol, que se cantaba suyo, lo empujaba sobre la línea Constantino Vaporaki. Pero es algo que al jugador del Italservice Pesaro italiano no le preocupa en absoluto: "No importa de quién es el gol, personalmente no me interesa marcarlos, lo que me importa es que ganemos. Sea de Constantino o sea mío, vencer es lo más importante".

Hay un dato que sobresale y que evidencia que, aunque no le importen los goles como nos dice, Borruto ya es parte de la historia de la selección argentina. En su cuarto Mundial ha sumado esta noche su cuarto tanto en Lituania, que sumados a los otros tantos de Colombia 2016 y a los cinco de Tailandia 2012 (en 2008 no marcó) elevan su cuenta a 13 vistiendo la camiseta Albiceleste.

Con esta cifra se reafirma con diferencia como el máximo goleador histórico de la selección, después de que, tras el gol logrado en la primera jornada ante EE.UU., superara los 9 de un icono como Carlos 'El gallego' Sánchez. Con él compartió equipo y selección en el Mundial de 2008 aunque después de tanto tiempo cuesta acordarse:

"Jugué con ‘Gallego’ en Napoli y en la Copa Mundial de 2008, pero no tengo contacto con ellos, con aquellos mayores. Yo era un recién llegado en aquella fase final", confiesa Borruto de manera honesta, aunque sí que sonríe al añadir una pequeña reflexión: "Estoy muy contento por los 13 goles y ser el máximo realizador histórico. Es algo que, aunque no busco, me sirve para mí".

Ha costado, pero al final Borruto se va a despedir sacando más de una sonrisa. No es para menos. Goles, histórico de Argentina, segunda final consecutiva y la oportunidad de sumar otra estrella al pecho. Pero antes tiene otra prioridad: "Estoy deseando hablar con mis hijos y con los amigos. Y después festejarlo con los chicos cuando vayamos a la cena". Y para esta celebración tiene un pequeño deseo que a buen seguro Matías Lucuix y su cuerpo técnico se lo van a permitir: "Por mi parte estaría bien poder tomarme esta noche un vasito de cerveza", concluye.