El gol que hizo vibrar a una nación

El país organizador, Papúa Nueva Guinea, afrontaba ya eliminado su último compromiso de la fase de liguilla de la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA. Su balence no era el mejor: ningún gol a favor, 15 en contra. Las jugadoras sabían que el partido del Estadio Nacional de Fútbol iba a ser el último que disputasen en el certamen. Todas ellas querían poder celebrar un tanto, una empresa muy difícil siendo un equipo inofensivo en ataque enfrentando a la temible RDP de Corea.

Pero el fútbol siempre premia: a los dieciséis minutos de juego, la veloz delantera Nicollete Ageva logró pasar entre dos defensoras y, casi en un solo movimiento, elevó el balón por encima de la salida de la arquera rival. La euforia que se desató en ese instante fue indescriptible. El estruendo prácticamente pudo oírse por toda la capital. Fue un momento futbolístico para disfrutar. Papúa Nueva Guinea terminaría perdiendo 7-1, pero eso no impidió que sus futbolistas se mostrasen exultantes tras el encuentro. No se trataba de ganar ni de alzar un título, ni tampoco de adquirir prestigio. Era, sencillamente, la alegría de alcanzar un éxito relativo y hacer que una nación se sintiese orgullosa de ellas.

Por si eso no fuese suficiente, la historia de la autora del tanto es de por sí extraordinaria. Ageva es la única integrante de la plantilla que nació y se crio en Bougainville, una isla antaño desgarrada por los conflictos situada al norte del principal territorio de Papúa Nueva Guinea. Sus compañeras corrieron a abrazarla cuando marcó, los espectadores la felicitaron antes de que consiguiese entrar al fin en el túnel al final del partido. Un periodista llegó a sugerir después del pitido final que Ageva era "la persona más famosa de Bougainville en estos momentos".

"Me entusiasmé, me sentí muy orgullosa de mí misma, y también por demostrar a mi país que podíamos lograrlo", declaró Ageva a FIFA.com, con el rostro todavía radiante por la adrenalina. "En este partido teníamos el objetivo de marcar un gol, simplemente, por nosotras y por toda Papúa Nueva Guinea".

Hace apenas doce meses, Ageva ni siquiera sabía de la existencia del torneo y la selección nacional en absoluto se había fijado en ella. Pero su vida dio un vuelco después de que un ojeador del combinado papú la viese por casualidad. "Mi meta era representar a mi país, y también poder volver a mi provincia y desarrollar allí el fútbol femenino", señaló. "Este Mundial Femenino Sub-20 me ha inspirado muchísimo, ahora quiero seguir jugando al fútbol".

Pura emociónDurante 21 gloriosos minutos después de su diana, Papúa Nueva Guinea mantuvo la igualdad en el casillero ante la potentísima RDP de Corea, excampeona de la prueba. A ocho minutos del descanso, sin embargo, volvería a verse en desventaja. Pero el gol afectó hasta tal punto al conjunto asiático que este hizo dos cambios en el vestuario.

"Esa jugada demostró que nos tenían algo de respeto, y que querían llevarse un buen resultado", afirmó la seleccionadora de Papúa Nueva Guinea, Lisa Cole. "Les obligamos a tomar decisiones que no querían tomar".

"Lo que sentí cuando marcamos fue un poco de alivio, porque tenía muchísimas ganas de que Papúa Nueva Guinea hiciese un gol, el esfuerzo realizado por las jugadoras merecía una pequeña victoria y yo quería verlo. Marcar un gol contra un equipo como RDP de Corea ha sido extraordinario. Así que era lógico que el cuerpo técnico y las jugadoras sintiesen una alegría inmensa, confiesa la seleccionadora.

"En los días previos al partido, algunas chicas estaban algo tristes, en realidad, porque iba a ser su último partido del Mundial y el último que iban a jugar conmigo. Pero al final llegaron entusiasmadas, unidas y sin ninguna presión".