sábado 04 diciembre 2021, 08:00

Steven Da Costa: "Cristiano es el campeón en estado puro"

  • El francés es estrella del karate mundial

  • Describe su amor el fútbol, que adora jugar

  • Habla de su relación con Griezmann y los #TheBest

Ser el mejor es el objetivo de todo deportista de élite. Y Steven Da Costa lo ha conseguido, valiéndose para ello de los puños y los pies. Se ha proclamado campeón de Francia, de Europa y del mundo, y el pasado verano también se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su historial es sencillo de resumir: en él figura todo lo que se puede ganar en karate. 

Hace unos días escribió la última línea de su palmarés al adjudicarse el título de la categoría de menos de 67 kilos en el Campeonato Mundial de 2021, en Dubái. Así pues, el karateca francés puede hablar con conocimiento de causa de cómo se alcanza la cima, también en el fútbol, disciplina que conoce bien por haberla practicado.

En vísperas de la entrega de los premios a los mejores jugadores del año en la ceremonia de los The Best FIFA Football Awards, Da Costa habla con FIFA.com sobre su pasión por el deporte rey, del campeón en quien se inspira y de cómo la promesa de un futbolista estuvo a punto de eclipsar el prestigio de su medalla olímpica… 

Usted ha ganado todos los títulos posibles en su disciplina. ¿Qué motivación le queda a un campeón cuando ya lo ha logrado todo? Siempre hay algo más que ganar, aunque todo lo que venga después sea repetir. Ganarlo todo es maravilloso, pero el objetivo es hacerlo tantas veces como sea posible. Una vez está bien y dos es mejor. A día de hoy me siento orgulloso de lo que he hecho y si mañana deja de irme bien habré cumplido en todos los grandes torneos.

¿Qué se siente al ser el mejor del mundo en una disciplina, sea cual sea? ¿Es especial saber que, de los 8.000 millones de personas que hay en el planeta, hay algo que nadie hace mejor que usted? Lo cierto es que no me doy cuenta. Me entreno para eso, hago lo que tengo que hacer y estoy contento en ese momento. Pero nunca mido esa dimensión en las competiciones y los torneos. Ni siquiera después, no me doy cuenta de lo que es ser el mejor, porque se trata de deporte y me entreno para eso, para ganar y ser el mejor en cada combate y en cada competición. Sinceramente, no consigo evaluar la dimensión de lo que implica estar en la cima.

Llegar a la cima requiere muchos sacrificios de un deportista. ¿Cuáles han sido los suyos? Son los mismos para todos los deportistas: no estar nunca disponible, no disfrutar de las actividades de ocio, los amigos, las salidas… esos momentos se pierden muchísimo. Ya de por sí, son sacrificios enormes. Además, está el hecho de “matarse” en los entrenamientos. Uno se hace daño durante todo el año, en el aspecto tanto literal como figurado. Y en los deportes de combate a eso hay que añadirle la dieta. A la larga, es agotador. Pero todos estos sacrificios son el precio que hay que pagar para alcanzar el máximo nivel. 

French Karateka Steven da Costa

¿La motivación en un deporte de combate es distinta? En muchos deportes, se “juega”. Pero en el karate, se “lucha”. ¿Hay que tener un poco de maldad, de rabia o de ira? Mi primera motivación es la familia. Mis dos hermanos y yo estamos en la selección francesa, eso ayuda necesariamente a mantener la motivación y la concentración. Y en segundo lugar está el orgullo. Sobre la rabia o la ira, depende del carácter que se tenga y del perfil.

Durante un tiempo, yo traté de motivarme enfadándome, pero no lo conseguí. Tiene que salir de forma natural. Si uno se condiciona para hacerlo voluntariamente no es lo mismo. A mí no me funciona, me saca de mi personalidad. Yo tengo que divertirme. No deja de ser un deporte, tengo que disfrutar. Si uno se irrita demasiado, siendo “malo”, hasta cierto punto desaparece esa noción de la satisfacción, ya no se es uno mismo y eso se pierde.

Hablemos de fútbol. ¿Cuál es su relación con este deporte? Jugué al fútbol durante mucho tiempo y siempre he preferido jugarlo a verlo. En estos momentos, con todas las competiciones que se suceden, llevo mucho sin tener la oportunidad de jugar, aunque me encanta jugar. El fútbol está presente en el día a día de mi familia. Mi madre es la fan número uno de la familia. Es una gran fan de la selección francesa. Es muy patriota, ve más fútbol que yo. Personalmente, sigo sobre todo los grandes torneos, el Mundial, la Liga de Campeones, la Eurocopa, pero no soy un asiduo del día a día.

En respuesta al tuit en el que Antoine Griezmann lo felicitaba por su título olímpico, Steven preguntó en broma al delantero francés si podía darle una camiseta para su madre, que es una gran hincha. 

Su madre, precisamente, también tuvo una recompensa gracias a su medalla de oro olímpica: la camiseta de un campeón del mundo francés, Antoine Griezmann… ¡Se alegró más que yo! Yo acababa de ganar y ella ya me estaba preguntando si me había contestado al mensaje. Tuve que calmarla y tranquilizarla. Cuando le dije que había respondido, ¡no paró con el tema! Era más importante que mi torneo y la camiseta era más importante que mi medalla (risas).

Yo no conocía a Antoine, fue algo espontáneo escribirle. Vi que había seguido los Juegos Olímpicos y que felicitaba a todos los deportistas franceses. Me sorprendieron su generosidad y su simpatía. Nos mandó dos camisetas, ¡no se quedó a medias! Desde entonces hemos intercambiado algunos mensajes, pero como ha vuelto a empezar la temporada los dos tenemos una agenda muy apretada.

¿Cuál es su mejor recuerdo futbolístico? El Mundial de 2018, por supuesto. Lo vi todo. Fue un orgullo inmenso. Cuando gana Francia, ganamos todos. Todos los franceses. Estuvieron por encima de todos los demás. Y ese es mi recuerdo más bonito, porque en 1998 yo tenía un año...

En comparación con los aficionados de a pie, ¿saber lo que representa vestir los colores de la selección francesa cambia la forma de vivir el éxito de los Bleus? No mucho. Sí, entiendo los sacrificios y el trabajo que conlleva, pero una cosa es hablar de deporte y otra de fútbol… son dos mundos diferentes.

El fútbol es algo aparte. Ser campeón del mundo de fútbol es algo enorme. Es el deporte más practicado del mundo, ¡y qué nivel hay! Es muy difícil ganar una copa de cualquier torneo de fútbol. Difícilmente puedo ponerme en su lugar, así que lo vivo como cualquier otro aficionado. No es mi especialidad. Sobre todo por tratarse de un deporte de equipo, comparado con mi disciplina, es otra dimensión. 

¿Cuáles son sus primeros recuerdos del fútbol? Tenía entre 8 y 13 años, pasé bastante tiempo jugando al fútbol y me encantaba. Pero llegué a una etapa en la que tuve que decantarme, era demasiado deporte. Y elegí el karate por la influencia de la familia, todos lo practicábamos, así que nos unía más. Pero fue difícil dejarlo.

¿Cuál es su equipo preferido? Soy un gran seguidor de la selección francesa, pero no de ningún club, porque en mi zona y en mi región no había ninguno que fuera popular y me llamase. Pero hace unos años era mucho del Real Madrid, por Cristiano Ronaldo.

Dentro de unas semanas se elegirá al mejor jugador del año que acaba de transcurrir, en la ceremonia de los The Best FIFA Football Awards. ¿Quién es su favorito? El que siempre destaca por encima de todos es Cristiano Ronaldo. Sea cual sea el club en el que esté, en cualquier temporada, siempre mantiene su nivel. Aunque no creo que vaya a ganar este año, me gustaría que ganase. Si nos fijamos en su carrera, su dedicación, sus hábitos saludables, es un verdadero deportista, un verdadero campeón.

Yo no me pongo en esa categoría. No soy un modelo de deportista. Sí que me entreno mucho, tengo hambre de ganar, pero en cuanto a mi estilo de vida… ¡no soy para nada un modelo! (risas) Pero cada persona es diferente y no creo que eso me conviniese a mí. Pero a algunas personas sí que les va. Él, en este caso, es el campeón en estado puro.