Simplemente, Deyna Castellanos

Si fuese un objeto, ya tendría un sitio en un museo. Pero la pierna derecha de Deyna Castellanos está viva y sigue muy unida al resto del cuerpo de 1,70 m de una jugadora que, a sus 17 años, ya es un ídolo en Venezuela.

Esa pierna, que ya ha dado tantos goles en las distintas selecciones de las categorías inferiores del país, acaba de golpear de nuevo por partida doble, y gracias a ella la Vinotinto ha logrado su primera victoria en la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA Jordania 2016. “No sé si vale su peso en oro u otra cosa, pero sí que vale toda la felicidad que estamos viviendo hoy”, cuenta entre risas la futbolista a FIFA.com. Hace tan solo unos minutos firmaba el gol del triunfo sobre Camerún con un disparo simplemente espectacular.

Un gol que permite a Castellanos alcanzar la cima de la tabla de máximas goleadoras de esta competición. Con éste, Deyna suma 8 goles en sus dos participaciones en una Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA, luego de acabar como máxima goleadora en la edición de Costa Rica 2014, con 6. Empata así con la jugadora de la República de Corea, Yeo Minji, y la delantera Ri Un-Sim, de la RDP de Corea. “Nos ha dado la victoria, que era lo más importante, y toda la alegría que nos ha traído. Y eso no tiene precio”, dice rebajando importancia al logro.

Quien todavía no haya visto las dos realizaciones venezolanas, que vaya de inmediato al vídeo de los mejores momentos del partido. Pero antes, lo más prudente es sentarse... ¿Lo hemos visto? La potencia del lanzamiento de falta con el que inauguró el marcador ya es algo extraordinario. Y hay que admitir que, al ver a Camerún empatar en el minuto 93 mediante un mágico taconazo de Alexandra Takounda, todos creímos haber asistido al mejor momento del partido. Pero no. Ni mucho menos. Nadie podía contar con el disparo desde el mediocampo de Castellanos en cuanto se reanudó el juego. Un disparo ante el que nada pudo hacer la arquera africana y se acabó colando justo debajo del larguero.

Quitar importancia a la proeza Deyna ya lo había visto todo. “Sinceramente, no disparé pensando a ver qué pasaba”, asegura, sin soltar su preciado diploma de Jugadora Live Your Goals del partido. “Lo visualicé antes, y me fijé en que la portera estaba adelantada. Nohelis Coronel entró y me dijo: ‘¿Dónde quieres el balón?’. Yo se lo indiqué y lo puso en el sitio adecuado. En cuanto vi el balón ir en esa dirección, supe que iba a entrar”.

El instinto de Castellanos no es pues la única explicación de ese momento de gracia. Otro es el buen olfato de su seleccionador. ¿Cómo explicar de lo contrario que Kenneth Zsemereta diese entrada a su última suplente, Nohelis Coronel, justo cuando iba a efectuarse el nuevo saque de centro? Y, por último, hay otro ingrediente mucho más tangible. “La experiencia adquirida todos estos años con la selección nacional ayuda mucho en estas situaciones, y da valentía para realizar este tipo de cosas”, considera la atacante, que ya forma parte del combinado absoluto. “Parece un milagro, pero también es el resultado del trabajo”.

Un gol así sólo se marca una vez en la vida, diría cualquier jugador después de anotar una diana semejante. Pero Castellanos no es una futbolista cualquiera, y enviar el esférico ajustado al travesaño desde el círculo central casi se ha convertido en una costumbre. “De pequeña metía muchos goles como ése. Y hace poco, con Venezuela, y con mi equipo de Estados Unidos, también me pasó”, afirma la artillera de la Universidad del Estado de Florida. “Ese gol no es sólo suerte”, confirma su técnico. “Es un gesto que ensaya y que repite regularmente”.

Lo mejor está por venir Pero de ahí a hacerlo en un Mundial, en el minuto 94, cuando el adversario acaba de empatar y la situación no podría parecer más sombría... tiene que haber algo más que práctica. “El partido no termina hasta que el árbitro no lo señala con tres pitidos. Después del gol no los oímos, así que nos dijimos: ‘¿Por qué no? Vamos a hacerlo”.

El resultado es una victoria agónica y un gol que puede ser perfectamente candidato al mejor del torneo. “No es el más lindo de mi carrera”, relativiza con todo la ganadora de la Bota de Oro adidas de la edición de Costa Rica 2014. “Aunque puede que sí haya sido el más importante”, admite, antes de adelantar de inmediato sus intenciones. “Bueno, no. El más lindo y el más importante es el que voy a marcar en la final…”.

Y a buen seguro eso mostraría una vez más el valor de su mágica pierna derecha. Pero, en un museo, el trofeo del Mundial tendría un lugar más destacado que esa pierna llamada a marcar muchísimos más goles.