“El 10 a la antigua usanza ha desaparecido, pero sigue existiendo. Es un número eterno que perdura en el tiempo”. Míchel sabía de lo que hablaba cuando hizo esas declaraciones a la revista francesa So Foot. No en vano, el legendario ex centrocampista del Real Madrid y la selección española jugó en una época en la que podía cruzarse en el campo con Diego Armando Maradona, Zico, Roberto Baggio o Rui Costa. “Con ellos, el camino del gol es menos largo, los 90 minutos son menos largos y el placer es mayor. Para todo el mundo”, añadía.
Tres años después, las palabras del que luego se ha convertido en entrenador –del Sevilla o el Olympique de Marsella, entre otros clubes– se están confirmando desde el comienzo de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA Jordania 2016. En efecto, Ri Hae Yon está causando sensación con ese número mítico estampado en su camiseta roja de la RDP de Corea.
En tres encuentros del Grupo C, saldados con un empate espectacular contra Inglaterra y dos victorias contra Brasil (1-0) y Nigeria (3-0), la joven norcoreana ha lucido las cualidades que se asocian generalmente a esos dos dígitos: a saber, visión de juego, soltura técnica y calidad en el pase. ¿La centrocampista perfecta?
No precisamente. En realidad, Ri es delantera, y en su completo arsenal también figuran la velocidad, el acierto ante la portería contraria y el buen juego de cabeza; lo que le ha permitido marcar ya 4 tantos y ocupar la segunda posición en la tabla de goleadoras del campeonato.
“Evidentemente, me pongo muy contenta cada vez que meto un gol, pero no me he fijado como objetivo erigirme en la máxima goleadora”, señala a FIFA.com tras haber firmado un triplete contra las nigerianas. “Pero si puedo marcar más tantos que nos permitan llegar a la final y ganar el Mundial, ¡estaría muy feliz!”, añade, mientras aprieta contra su pecho el diploma de Jugadora Live Your Goals del partido.
Un solo objetivo Como el comer y el rascar todo es empezar, Ri vería con buenos ojos aumentar su colección de goles contra Ghana en cuartos de final. Pero al igual que los ‘dieces’ clásicos, que a menudo prefieren el placer del buen pase al del gol, la jugadora del Club Deportivo 25 de Abril no tendría nada en contra de que fuesen sus compañeras quienes rematasen la faena. “Preferiría mil veces no marcar ningún gol más y ganar el campeonato, antes que meter otros cuatro o cinco y no levantar el trofeo”, asegura.
Y es que, si bien admite no perder de vista la Bota de Oro adidas que distingue a la máxima artillera del certamen, pues ahora sólo suma un gol menos que los cinco de la española Lorena Navarro, Ri no se olvida del objetivo principal que se marcó desde que obtuvo la clasificación para la cita jordana. “Estamos muy contentas de habernos clasificado para cuartos de final, pero desde el principio solamente tenemos un objetivo: estar ahí el día de la final y ganarla”, anuncia esta admiradora de Cristiano Ronaldo. “Por supuesto, primero pensábamos en superar la primera fase. Pero una vez clasificadas, debemos aspirar al título de campeonas mundiales”.
De lograrlo, las asiáticas imitarían a sus compatriotas pioneras, ganadoras de la primera Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA en Nueva Zelanda 2008. Entonces, Jon Myong Hwa también había logrado 4 dianas antes de la final y figuraba entre las máximas goleadoras. En el choque decisivo no volvió a ver puerta… pero acabó levantando el trofeo. ¿Y a que no adivinas qué número llevaba a la espalda? Si todavía tienes dudas, Míchel te da una pista: “La importancia del 10 en la historia del fútbol es fundamental. Todos los jugadores que hacen que este deporte sea el más popular del mundo llevan ese número: Zidane, Platini, Maradona, Pelé… Si amamos este deporte, es sobre todo gracias a ellos”.