El sorteo de los emparejamientos de la fase de grupos de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Brasil 2019™ ofrecía a Eugenio Pizzuto, capitán de la selección mexicana, una oportunidad única. Su familia paterna es de origen italiano, y él sabía antes de viajar a Sudamérica que el segundo partido del equipo en el torneo tendría un significado especial para su abuelo.

El abuelo de Pizzuto, hijo de un italiano, pasó parte de su infancia en la ciudad de Térmoli, a orillas del mar Adriático, y regresó siendo aún joven a México, donde había nacido. Acabó formando una familia y perpetuando su apellido en el continente americano. Actualmente, Guillermo Gerardo está siguiendo el Mundial en Brasil, junto con su esposa y con los padres de Eugenio. Y ve cómo su nieto se halla cerca de alcanzar la gloria, puesto que el Tri se mide este jueves con Países Bajos en semifinales.

Sin embargo, no empezó el Mundial con buen pie. Una tarjeta roja recibida en el debut de México, saldado con empate sin goles ante Paraguay, frustró los planes iniciales del joven de la familia Pizzuto. Pensando en su abuelo, el número 6 abandonó la cancha del Estadio Bezerrão entre lágrimas, consciente de que no podría actuar en la segunda jornada contra Italia, el país de sus raíces.

“Ser expulsado en el primer partido del Mundial no es nada fácil. Me fui frustrado, aunque convencido de que todo el equipo iba a respaldarme. Tengo ascendencia italiana, es algo bonito que me regaló mi abuelo. Pero así son las cosas”, cuenta Pizzuto a FIFA.com.

“A él [su abuelo] le hubiera gustado verme jugar. Pero quién sabe en el futuro, en otra categoría, a la mejor puedo jugar contra ellos [los italianos]”.

Después de perderse así el encuentro ante Italia, Eugenio Pizzuto se recuperó, como la propia selección mexicana, clasificada con apuros, en la tercera posición de su liguilla, pero que ahora es semifinalista del Mundial. Para el muchacho, su desquite personal llegó en octavos, cuando anotó el primer gol de la victoria (2-0) de los suyos en un saque de esquina.

“Es un sueño hecho realidad, poder marcar un gol en el Mundial. Es algo con lo que siempre había soñado. Pude ayudar al equipo haciendo el primer gol, que fue importante para la clasificación”, explica el centrocampista.

Y después de la victoria sobre la República de Corea en cuartos, México regresará a los terrenos de juego este jueves, para disputar las semifinales ante los Países Bajos. El escenario del choque será el Estadio Bezerrão de Brasilia (Gama). El conjunto norteamericano es bicampeón del mundo de esta categoría y aspira a alzar un tercer título en Brasil.

El peso de la historia es evidente y Pizzuto lo sabe. El volante de Pachuca es consciente de cargar con grandes expectativas tras lo logrado por sus predecesores, los capitanes campeones Patricio Araujo (2005) y Antonio Briseño (2011). “Que México haya ganado dos veces el Mundial supone una motivación, porque ya se demostró que también podemos conseguirlo”.

Curiosamente, mexicanos y neerlandeses ya se cruzaron en septiembre, en un torneo amistoso disputado en los Países Bajos, con victoria de los visitantes. Esa referencia reciente hace que el capitán de México confíe en la materialización de su sueño. “Siempre que me acuesto, primero sueño con ganar a los Países Bajos, con estar en la final y también con ganar el título”, afirma.

“Es un rival muy difícil, maneja muy bien el balón y está muy bien organizado. Pero si seguimos jugando como hasta ahora, unidos, estoy convencido de que podemos pasar. Es un adversario potente, que ganó el torneo europeo, pero eso no nos intimida lo más mínimo. Saldremos con la mentalidad de siempre”, concluye.