miércoles 04 agosto 2021, 02:15

Ochoa quiere desquitarse con el bronce

  • Ochoa y México caen en semifinales

  • Memo mantuvo a raya a Brasil durante mucho tiempo

  • El Tri jugará ahora por la medalla de bronce contra Japón

Un viejo sueño de Guillermo Ochoa se desmoronó este martes 4 de agosto en las semifinales del Torneo Olímpico de Fútbol Masculino, y además ante Brasil (0-0, 1-4 PEN), rival del que el guardameta mexicano fue muchas veces bestia negra, con actuaciones estratosféricas, sobre todo en la Copa América 2007, donde sus atajadas permitieron a los suyos imponerse al cuadro sudamericano (2-0), o en la Copa Mundial de la FIFA 2014™, en la que supuso un muro infranqueable para la selección anfitriona (0-0).

En Kashima, México hizo dudar al conjunto defensor del título, una vez más, gracias al portero del América, que desbarató durante mucho tiempo todas las tentativas del adversario. La Seleção se estrelló contra su arco una y otra vez, por ejemplo en un potentísimo golpe franco a cargo de Daniel Alves (23'). El único balón al que Ochoa no llegó —un remate de cabeza con rabia de Richarlison (82')— golpeó en el poste para luego pasearse por delante de la línea de meta.

Todo ello reforzó la moral del talismán del cuadro mexicano, que mantuvo su puerta a cero hasta la tanda de penales. Ahí ya no podría hacer milagros, después de que sus compañeros fallasen los dos primeros tiros. "Es nuestra pieza más importante dentro de este grupo", señaló en conferencia de prensa Carlos Rodríguez, único lanzador mexicano que materializó su disparo desde los once metros. "Tanto aquí como en selección mayor, lo ha demostrado en Mundiales, lo demostró aquí. Es un orgullo".

Objetivo, el bronce

"Verlo que le duela tanto una derrota como a todos nosotros, no hay palabras para eso. No hay que reprocharle nada. Los penales los ejecutaron muy bien ellos, estuvo a nada de convertirse en héroe para nosotros", continuó el centrocampista de Monterrey. "Sé que él también va a querer llevarse una medalla para México como nosotros". "Claro que confío en Memo, dejó la portería en cero otra vez, tenía mucha confianza en que íbamos a sacar este partido, hemos jugado muchos partidos contra ellos y no es fácil pero el equipo siempre le dificulta, hoy no fuimos dominadores pero les complicamos", apuntó por su parte el seleccionador, Jaime Lozano.

A pesar de la decepción, Ochoa expresó su orgullo ante las cámaras al término del encuentro. "Es un grupo de jóvenes con mucho talento, mucha calidad, con mucho presente y futuro, creo que se lo merecían [alcanzar la final]. En el fútbol a veces te pasan estas cosas, estas injusticias, es un deporte y hay que saber ganar y perder, pero con la cabeza en alto". El emblemático mexicano es consciente de que, a sus 36 años, no volverá a tener una oportunidad como esta, tras vivir sus primeros Juegos Olímpicos como reserva en 2004 y ver por televisión la conquista del título del Tri en Londres 2012. Pero la magia de las Olimpiadas reside en sus famosas medallas, y cualquiera que sea su color representan un inmenso motivo de orgullo nacional. Frente a Japón, este viernes, Ochoa y sus compatriotas deberán transformar un desengaño en motivación para poder regresar a su país con una sonrisa.