Colette Ndzana tiene un apellido muy común en la región central de Camerún. Lo que no es nada corriente en Yaoundé y sus alrededores es su talento para jugar al fútbol y al fútsal, que está demostrando en cada partido del Torneo Olímpico Juvenil de Fútsal Femenino Buenos Aires 2018.

“Me siento feliz cuando juego al fútbol y amo el fútsal. Pero en el lugar de donde vengo no hay estructuras para jugar, no tengo una cancha de fútsal cerca de mi casa. Jugué dos años pero desde hace un mes que trabajo más intensamente para preparar este torneo”, le cuenta a FIFA.com con cierta timidez.

Pese a tener sólo 30 días entrenándose, acaba de convertir 3 goles en el 5-0 a Chile. Fue la segunda y última victoria de las africanas, que se despiden del certamen. Colette fue su capitana y goleadora, con 6 tantos. También la que dio más asistencias: 7.

El fútsal está en los detalles En Camerún, “el fútsal es una escuela para después pasar con mejores fundamentos al fútbol de 11”, cuenta el seleccionador camerunés Louis Epée. Colette asiente: “Jugar al fútsal hace el fútbol más fácil. Te enseña a trabajar en los detalles”.

Debe ser buen aprendizaje para ella porque jugó como extremo zurda las eliminatorias africanas rumbo a la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Francia 2018 y convirtió un gol. Cinco de sus compañeras aquí en Buenos Aires jugarán en un mes la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA Uruguay 2018.

“Colette tiene la velocidad, la percepción táctica y la morfología física para jugar bien al fútbol y también al fútsal”, afirma Epée.

El virus del juego se lo inyectó su padre, exfutbolista. “En mi familia el fútbol es muy importante”, revela la chica, de 18 años, antes de emocionarse porque uno de los deportes que ama la trajo hasta la capital argentina, a 8.400km de su casa.

“Es la primera vez que viajo fuera de mi continente y es una experiencia muy gratificante. Lo que viví aquí es muy diferente a lo que he experimentando estando en casa”.