martes 25 agosto 2020, 23:48

Mauricio quiere un futuro rosa de la mano de Rose

  • Lindsay Rose es defensa de la selección de Mauricio

  • Es el único mauriciano que triunfa en Europa y la estrella del equipo

  • Quiere ayudar a los Dodos a reeditar su pasada época gloriosa

Hace 20 años, en agosto de 2000, Mauricio alcanzaba la 116ª posición en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola. Si dejamos a un lado su 112º puesto que le adjudicaron al instaurarse la clasificación en 1992, aquel sigue siendo el lugar más alto obtenido por la selección insular en toda su historia.

Para alcanzar ese techo, entre otros logros, Mauricio forzó sendos empates contra selecciones de la talla de Gabón y de Sudáfrica, y logró incluso imponerse a Angola, en la fase de clasificación para la Copa Africana de Naciones 2000. En aquel periodo, su estrella se llamaba Jimmy Cundasamy, futbolista aficionado que nunca jugó en otro sitio más allá de Mauricio y de la cercana isla de Reunión (en el fútbol de clubes). Eso no quita que Cundasamy y los Dodos de la época sigan inspirando respeto actualmente.

“En la isla solamente hemos conocido a esa generación dorada, ¡así como a la que se clasificó para la Copa Africana de Naciones 1974! Ambas dieron gloria a nuestro fútbol, y todo mauriciano que se interese mínimamente por el fútbol conoce sus epopeyas”, explica a FIFA.comel defensa internacional mauriciano Lindsay Rose. “Escribieron páginas históricas, pero queda un poco de hueco para que nosotros escribamos la nuestra”.

yhlf536faua1ooljkf9a.jpg

Héroe griego

Si Cundasamy entró en la leyenda de Mauricio convirtiéndose, entre otras cosas, en el jugador con más internacionalidades en la historia de la selección, Lindsay Rose no se está quedando atrás. Pese a sus escasas 5 internacionalidades, el ex jugador del Olympique de Lyon es a todas luces el jugador mauriciano con un currículum mejor surtido. Actualmente es el único Dodo que ha participado en competiciones europeas (la Liga Europa) y que milita en una primera división del Viejo Continente, en Grecia.

Sin embargo, no es algo que se le suba a la cabeza al defensa del Aris de Salónica: “Me considero a lo sumo como uno de los líderes del equipo”, afirma. “No hay lugar para las estrellas en esta selección. Estamos en pie de igualdad: todos somos futbolistas que tienen en común el amor por el fútbol y por su país, y cuyas cualidades se complementan”.

Y es preciso constatar que las de Rose son numerosas… Además de su extensa experiencia europea, ya sea en la Ligue 1 francesa o en Grecia, este contundente defensa de 1,84 metros es a la vez polivalente (ha marcado 3 goles esta temporada) y sólido (tras haber batido recientemente el récord griego de más partidos consecutivos disputados, con 44).

“Soy muy feliz en Grecia. Aprecio particularmente el fervor de sus aficionados. ¡Cuando mojas la camiseta, te lo agradecen! Aquí no se juzgan únicamente las estadísticas del jugador, sino también sus esfuerzos, su implicación y sus cualidades humanas”, explica Rose. “Y por si fuera poco, los buenos resultados no faltan, en una liga con un nivel muy alto. Nos hemos clasificado para la Liga Europa por segundo año consecutivo. Por tanto, resulta muy satisfactorio”.

Ambición pese a las eliminaciones

Desgraciadamente, y pese a las señales positivas, Mauricio no ha sabido aprovechar plenamente la buena forma actual de su jugador más emblemático. De hecho, el equipo cayó eliminado en las fases de clasificación para la CAN 2021 y para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022 ante, respectivamente, Santo Tomé y Príncipe (por 2-5 en el global de la eliminatoria a doble partido) y Mozambique (0-3 en el global de la eliminatoria).

“No todo es negativo, ni mucho menos. Hay calidad en esta selección, y jugar en Mauricio les resulta complicado a los rivales. Hay una base real de trabajo”, analiza Rose. “Solamente llevo dos años y medio en la selección, pero noto una verdadera evolución. Hay un deseo de hacerlo bien, y la federación ha invertido importantes esfuerzos para favorecer el desarrollo del fútbol en la isla y los progresos de la selección. Tengo confianza en el futuro”.

En ese sentido, el pasado febrero se nombró a un director técnico nacional, el sudafricano Zunaid Mall, y a un nuevo seleccionador, el franco-argelino Boualem Mankour. “Hay que mirar hacia el futuro, y el futuro son los jóvenes. Vamos a preparar bien los dos próximos años”, prometió Mankour al asumir el cargo.

En la misma sintonía se expresa Rose: “Realizar proezas similares a las de nuestros predecesores es algo que no me parece imposible en el futuro. Simplemente, va a haber que tener paciencia. Estamos en un proceso de construcción”, asevera, antes de concluir: “Hay que dejarnos un poco de tiempo”. ¡Pero no 20 años…!