En 1998, Rumanía se encontraba en un momento álgido tras participar en una Copa Mundial de la FIFA™ por tercera vez consecutiva y, al igual que en las dos ediciones anteriores, alcanzar las rondas eliminatorias. Desde entonces, la selección rumana no ha conseguido volver a clasificarse para una fase final mundialista. 

El equipo que actualmente dirige el seleccionador Mirel Radoi está decidido a regresar a una gran cita: Rumanía ocupa el tercer puesto del Grupo J y tiene opciones de clasificarse para Catar 2022 a través de la repesca o de lograr incluso el billete directo para el certamen.

Parte de las esperanzas del combinado rumano recaen sobre los hombros de Razvan Marin, un centrocampista de 25 años que destaca por sus cualidades técnicas, pero también por su determinación, como queda claro en sus siguientes declaraciones a FIFA.com.

“Tengo mis razones para creer que podemos hacer un buen partido y sacar al menos un punto. Contamos con muchos jugadores que están en plena forma y hemos tenido más tiempo para entrenar juntos en comparación con los últimos partidos. Eso me da esperanza”.

En cualquier caso, Rumanía no lo tendrá fácil ante los rivales que le corresponden en sus próximos compromisos. Tras el encuentro del viernes en Hamburgo, el conjunto tricolor recibirá a Armenia en Bucarest el 11 de octubre. ¿Estamos ante un momento determinante en la lucha por los primeros puestos del Grupo J? 

Ante la pregunta de si considera que el partido contra Armenia sunpondrá una final, Marin responde. “Será un partido importantísimo para la tabla clasificatoria en nuestro grupo, pero no el decisivo", avisa.

"Después de todo lo que ha pasado en el grupo hasta la fecha, creo que cualquiera puede perder puntos independientemente del rival. Macedonia del Norte le ganó a Alemania, mientras que nosotros perdimos en Armenia pero ganamos en Islandia. Lo más probable es que el equipo que se meta en la repesca no se decida hasta el final de la fase de grupos”

Para el fútbol rumano, clasificarse para Catar 2022 supondría lograr por fin un éxito tras muchos años de decepciones. En las últimas temporadas, Marin ha mostrado una progresión particularmente significativa a pesar de la pandemia. No en vano, el centrocampista ha seguido a rajatabla el plan del cuerpo técnico y se ha mantenido centrado en todo momento.

“Si trabajas con entusiasmo, acabas encontrando el camino del éxito independientemente de lo que ocurra a tu alrededor”, explica.

Nuestro protagonista asegura que este éxito y el hecho de haberse convertido en el jugador más prominente de la selección de su país constituyen logros que les debe especialmente a dos hombres: su padre Petre Marin, que también llegó a ser internacional con Rumanía, y Gheorghe Hagi, un auténtico mito del fútbol rumano.

Gracias a sus cualidades, Razvan ha tenido oportunidad de adquirir experiencia en otras ligas y, además de jugar en la máxima categoría del fútbol de su país, ha pasado por los campeonatos belga y neerlandés.

El internacional rumano milita actualmente en el Cagliari, equipo de la Serie A, y se declara un gran seguidor del fútbol italiano, lo que podría explicar su respuesta cuando le preguntamos acerca de sus favoritos para Catar 2022: “Para mí, Italia o Argentina. Como país que rezuma fútbol, Italia es sin duda la mejor. No debemos olvidar que hablamos de los actuales campeones de Europa”.

Con todo, aunque la selección rumana no se clasifique para la cita mundialista, el año 2022 seguirá siendo muy especial para Marin, que recientemente anunció en las redes sociales que será padre de una niña.