jueves 09 julio 2020, 07:01

Madagascar, a la búsqueda de su deporte rey

  • En Madagascar se juega al fútbol con los pies descalzos, en la playa

  • Los Barea se clasificaron para su primera CAN en 2019

  • La Federación Malgache de Fútbol ha acometido grandes cambios

Cuando se habla de deporte, rara vez se menciona a Madagascar. Este país insular del océano Índico situado al este de África, por ejemplo, nunca ha ganado ninguna medalla en los Juegos Olímpicos tras 14 participaciones. Algunos deportistas como Jean-Louis Ravelomanantsoa, finalista de los 100m en México 1968, o Joseph-Berlioz Randriamihaja, que participó en tres citas olímpicas seguidas (2000, 2004 y 2008) en 110m vallas, han lucido con brillantez los colores del país, pero sin llegar nunca a consagrarse mundialmente.

En realidad, en Madagascar hay tres actividades deportivas dominantes: el morengy, una modalidad de boxeo tradicional semejante al boxeo tailandés; la petanca, donde los malgaches son bicampeones mundiales (1999 y 2016); y el rugby, donde la selección nacional ha alcanzado dos veces la final de la Copa de África. Pero desde hace un tiempo, el balón ovalado está haciendo sitio al balón redondo. Cierto es que los Barea todavía no se han clasificado para ninguna Copa Mundial de la FIFA, pero disputaron su primera Copa Africana de Naciones el año pasado.

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Una Federación en plena metamorfosis

La Federación Malgache de Fútbol (FMF), fundada en 1961, lleva afiliada a la FIFA desde el año siguiente a su creación. Entre sus presidentes, cabe destacar a Ahmad Ahmad, que ejerció el cargo de 2003 a 2017, antes de convertirse en el Presidente de la CAF el año que se marchó de la isla. Desde entonces, Raoul Romain Arizaka Rabekoto preside la FMF.

A pesar de sus 25 millones de habitantes, Madagascar cuenta con pocos clubes y jugadores federados. Pero la federación ha ido iniciando su metamorfosis en los últimos años. En 2019, se puso en marcha una nueva liga.

Durante mucho tiempo, el formato era el siguiente: un club por región se enfrentaba a sus vecinos en una sucesión de liguillas, hasta que un gran vencedor levantaba el trofeo tras haberse impuesto en un último grupo con los 4 mejores equipos.

Ahora, un total de 12 clubes se enfrentan durante toda la temporada. El equipo que termina primero se proclama campeón y disputa la Liga de Campeones de la CAF. El CNaPS Sport, que acumula 7 títulos, es el club más laureado.

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La arena, esencia del fútbol malgache

Aunque el número de federados no sea precisamente alto en la isla, según una encuesta reciente realizada por Stileex, resulta que un 27% de los malgaches practican el fútbol al menos una vez a la semana. Por tanto, ¡allí no es necesario pertenecer a la federación para apasionarse por el balompié!

En Madagascar, se juega a menudo sobre arena o tierra batida, y la mayor parte del tiempo se practica el fútbol con los pies descalzos. Sea cual sea la edad o el sexo, la gente se reúne en el patio del colegio, en la playa, o en el lecho de un río seco… y se pone a jugar.

A veces, incluso sin balón, sino con un montón de bolsas apretado con una cuerda para darle una forma lo más esférica posible. Sea cual sea la forma de practicarlo, la población malgache se implica de lleno con el fútbol.

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Y seguramente, el hecho de que se practique mayoritariamente sobre arena es la razón de que la selección de fútbol playa de Madagascar haya sido la primera del país en ceñirse los laureles. En 2015, los Barea ganaron el Campeonato de África de Fútbol Playa tras imponerse a Senegal, doble defensora del título, y se clasificaron para su primera competición de la FIFA. Un éxito fabuloso para los malgaches…

La continuación de la aventura iba a ser más complicada. En tierras portuguesas, Madagascar fue a parar a un grupo durísimo, con la temible Tahití (futura subcampeona), la entonces vigente bicampeona mundial, Rusia, y Paraguay. Con 7 goles a favor y 12 en contra, los malgaches quedaron últimos del grupo, pero la aventura fue bonita y la experiencia inolvidable. Así, una puerta se abría para la selección de fútbol 11, que soñó al ritmo de las hazañas de sus compatriotas.

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Un salto de calidad para los Barea

Y es que durante mucho tiempo, los Barea encadenaron una decepción tras otra sobre el césped, sin lograr ninguna clasificación para el Mundial, ni para la Copa Africana de Naciones, ni para los Torneos Olímpicos de Fútbol.

A eso se añadieron las numerosas actuaciones mediocres en la Copa de la COSAFA, pese a una medalla de bronce en 2015. Hay que resaltar que, durante muchos años, Madagascar acostumbraba a enfrentarse únicamente a dos selecciones (Mauricio y la isla de Reunión) en un torneo triangular entre esos tres combinados francófonos del océano Índico.

Pero en cinco años, los Barea han gozado de muchos más éxitos que en toda su historia. Primero, con ese tercer puesto en la Copa de la COSAFA, y luego con esa clasificación histórica para la CAN 2019. Cabe resaltar que su selección se ha reforzado considerablemente. Para respaldar a los experimentados Paulin Voavy, Faneva Andriatsima y Lalaina Nomenjanahary, el seleccionador Nicolas Dupuis ha convocado a varios jugadores nacidos en Francia.

Entre ellos, Romain Métanire (que sabe lo que es disputar la Ligue 1 con el FC Metz y el Stade de Reims), Thomas Fontaine (ex compañero de Kalidou Koulibaly en el eje de la zaga de la selección sub-20 de Francia) y, sobre todo, Jérémy Morel, con sus 24 partidos de la Liga de Campeones de la UEFA disputados con el Olympique de Marsella y el Olympique de Lyon. Unos refuerzos de lujo que han permitido a los Barea dar un salto de calidad.

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Es más, en Egipto 2019, Madagascar quedó primera de su grupo, destapándose incluso con un triunfo por 2-0 sobre la experimentada Nigeria. Posteriormente, los Barea se impusieron en la tanda de penales de los octavos de final frente a la RD del Congo de Cédric Bakambu.

La aventura concluyó abruptamente en cuartos de final contra Túnez (0-3), pero lo esencial está ahí. En su primera participación en la CAN, Madagascar superó todas las expectativas e hizo vibrar a un país entero.

A su regreso a Antananarivo, las escenas de júbilo eran tales que daba la impresión de que el equipo había ganado la competición. Una pasión ha nacido en la isla, y ni siquiera las corrientes del océano Índico serán capaces de contenerla…

Este artículo forma parte de la serie “El Juego Global”, que te cuenta cómo se vive el fútbol en los lugares más remotos y alejados de los focos. La semana que viene viajaremos a Anguila.

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