“De la adversidad surge la oportunidad”.

Este famoso dicho es claramente aplicable a Pione Sisto y Awer Mabil, dos jugadores de ascendencia sursudanesa. Ambos sufrieron los horrores de una guerra civil que obligó a sus padres a vivir en campamentos de refugiados de Kenia y Uganda. Pero después de años de adversidad, un programa humanitario ayudó a la familia de Mabil a trasladarse a Australia, y a la de Sisto a afincarse en Dinamarca.

Al preguntarle por su experiencia en los campamentos de refugiados donde todo empezó, Mabil, que actualmente juega en el FC Midtjyllands danés, declaró al programa World Football de la BBC: “Construimos una cabaña de barro, probablemente del tamaño de un dormitorio de una casa normal en el mundo occidental, como lo llamarían ustedes. Pero ya sabes, no es tu hogar… Estábamos cuatro viviendo en ella: yo, mi madre, mi hermano y mi hermana. Obteníamos comida de la ONU una vez al mes”.

“Cada persona obtenía 1 kilo de arroz, por lo que teníamos 4 kilos en nuestra familia, y 3 kilos de judías. Todo era muy difícil. Teníamos una comida al día, que era la cena. No había un desayuno ni almuerzo como tal. Básicamente tenías que sobrevivir con la escasa cena que tomabas, y en realidad tenías que agradecerlo”, añadió.

Mabil empezó a jugar al fútbol con otros niños en el campamento de refugiados cuando tenía 5 años. “Jugar al fútbol era lo único que podía hacer”, cuenta este hincha del Manchester United, que tenía dificultades para ver los partidos. “Ya desde que era un crío me encantaba jugar al fútbol. Era seguidor del Manchester United, pero solamente había una televisión que estaba a dos horas en coche, y tenías que pagar 1 dólar para ir allí. Si no podías ir, tenías que asegurarte de que alguno de tus amigos que fuese te dijera el resultado”.

Mabil nunca ha olvidado sus raíces. Actualmente posee su propia fundación, Barefoot to Boots, y visita regularmente Kakuma. “Llevo botas, equipaciones de fútbol y material sanitario, y lo dono a los refugiados de allí. Si tengo dos semanas de vacaciones, pasaré una semana allí y la otra con mi familia”, explicó.

Debido a la prolongada guerra civil en el sur de Sudán (1985-2005), los padres de Pione Sisto huyeron a Uganda con sus dos hijos en 1994. Unos meses después nació Pione y, al poco tiempo, toda su familia emprendió un largo viaje hacia el norte de Europa, buscando un futuro mejor para sus hijos.

Así explicaba su experiencia en una entrevista un hermano de Pione, Angelo: “En Sudán del Sur, nuestros padres vivían en una pequeña granja, pero cuando emigraron a Dinamarca el cambio fue enorme. En Sudán del Sur y Uganda, sientes que estás solo. Por eso nuestros padres siempre nos protegen y nos orientan para hacerlo mejor”.

En 2002, Sisto empezó a jugar al fútbol con 7 años en el Tjorring IF antes de incorporarse a la cantera del FC Midtjylland, donde acabó subiendo al primer equipo y llegó a jugar en la Liga Europa de la UEFA. Luego fichó por el Celta de Vigo, donde pasó cuatro años antes de regresar el mes pasado al Midtjylland.

Durante la rueda de prensa de su vuelta al club, sus padres y él realizaron una danza tradicional sursudanesa de celebración que se hizo viral a través de las redes sociales.

Tras haber adquirido la nacionalidad danesa y representado regularmente a Dinamarca desde 2015, Sisto, ya presente en Rusia 2018, piensa ahora en disputar la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™. Después de la traumática y triste experiencia de sus primeros años de vida, su historia viviría otro hermoso capítulo con una nueva presencia en la máxima competición futbolística.

Las metas de Mabil son similares. Tras haber jugado como profesional en varios equipos australianos y luego en el FC Midtjylland, fue convocado con la selección australiana unos meses después de Rusia 2018. Ahora está deseando disputar la fase de clasificación para Catar 2022, y sueña con una participación mundialista. Si eso sucediese, su trayectoria sería una de las más extraordinarias en la historia del fútbol, dados los obstáculos que tuvo que superar para convertirse en un jugador de éxito.

Al preguntarle por sus internacionalidades con Australia, Mabil explicó: “Represento a Australia porque nos dio a mí y a mi familia una segunda oportunidad en la vida. Ese país es parte de mí porque he vivido media vida allí. Lo considero mi hogar, así que estoy orgulloso de representarlo”.