jueves 16 marzo 2017, 13:06

Los chilenos, ansiosos por ver a sus ídolos

Cuando el entusiasmo por la Copa Mundial de la FIFA™ se apoderó de Chile en 1962, no se limitó a los cuatro estadios en los que iban a disputarse los partidos, sino que se extendió por toda la nación sudamericana. Los hinchas del país anfitrión ardían en deseos de ver a sus ídolos, aunque sólo fuese por un instante, sin importarles recorrer largas distancias para encontrarse con figuras del fútbol nacional como Leonel Sánchez, Jaime Ramírez y Jorge Toro.

Estos apasionados seguidores, subidos a bicicletas apoyadas contra los muros de las instalaciones de la concentración de Chile para tener una mejor vista de las estrellas en Santiago, se atrevían a soñar. La Roja tenía a su alcance la clasificación para la final de la Copa Mundial de la FIFA™, y sus entusiastas aficionados disfrutaban del momento.

Chile había superado a un rival temible —un combinado italiano repleto de estrellas— para alcanzar los cuartos de final, donde obtuvo un puesto en semifinales eliminando a la Unión Soviética, campeona de la edición inaugural de la Eurocopa. Después de cosechar semejantes resultados, la confianza estaba por las nubes en vísperas de una semifinal que se anunciaba apasionante contra Brasil, vigente campeón y último obstáculo en el camino hacia su primer choque por el título mundial.

Brasil había llegado al certamen como favorito, pero su trayectoria hasta las semifinales estuvo plagada de dificultades. Sin el concurso de Pelé, lesionado en el segundo encuentro de la fase de grupos y baja para el resto del torneo, las esperanzas de la Seleção de obtener la victoria recaían sobre Garrincha.

Después de firmar un doblete contra Inglaterra en el triunfo de los suyos en cuartos (3-1), el sensacional extremo materializó otros dos goles al cabo de 32 minutos frente a Chile en el Estadio Nacional. El cuadro local perdía así por dos tantos en Santiago, pero no se rindió. Siguió peleando con bravura y recortó distancias a través de un impecable lanzamiento de falta transformado por Jorge Toro al filo del descanso, lo que permitió al estadio volver a soñar.

Un podio histórico Los anfitriones fueron pues un rival formidable, aunque acabaron sucumbiendo por dos goles de Vavá en el segundo periodo, el primero de ellos a raíz de un saque de esquina de Garrincha. La vibrante contienda, que presenció incluso las expulsiones de Honorino Landa y del propio Garrincha, se saldaría con un 4-2 a favor de los brasileños.

“Sabíamos que iba a ser un partido difícil”, declararía después el defensor brasileño Mauro. “Chile tenía un buen equipo, con dos o tres jugadores excelentes, y contaba con el apoyo del público. Pero, por suerte, Garrincha fue imparable aquel día”.

Para Chile y sus seguidores, como es natural, quedarse fuera de una final del Mundial en casa fue un golpe durísimo. Aun así, pudieron consolarse en parte derrotando a Yugoslavia en el partido por el tercer puesto, que representó el mejor resultado del país en una cita mundialista hasta la fecha. Ahora, 55 años después del torneo de 1962, la Roja se prepara para medirse con Argentina en la competición preliminar este mes, con el objetivo de terminar la campaña conquistando un puesto en Rusia 2018, que supondría su décima participación en la fase final.

Chile tiene ya dos títulos consecutivos de la Copa América en su palmarés. ¿Sería capaz de mejorar el registro de 1962 y alcanzar entonces la final de Rusia 2018?

¿Sabías que…? En el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA hay expuesto un balón oficial del partido de la Copa Mundial de la FIFA 1962™.