sábado 21 diciembre 2019, 23:17

El título que le faltaba a los Reds

  • Roberto Firmino reflexiona sobre el primer título mundial del Liverpool

  • Virgil van Dijk habla de escribir la historia

  • Trent Alexander-Arnold habla de un logro único para el club de su ciudad natal

Campeones de Inglaterra: 18 veces. Campeones de Europa 6 veces. Campeones mundiales: nunca… hasta este 21 de diciembre.

Al Liverpool, uno de los clubes de fútbol más históricos y exitosos, por fin no le quedan más mundos por conquistar.

Que este equipo de los Reds haya hecho lo que no consiguió ningún otro de sus gloriosos antecesores dice mucho de los nombres que visten sus icónicas camisetas rojas. Una variada mezcla de talentos globales y locales se ha fusionado para integrar lo que ahora puede denominarse oficialmente el mejor equipo del planeta.

“Ser campeones mundiales es increíble”, afirma a FIFA.com el hombre que le dio ese título, Roberto Firmino, mientras el eco de los cánticos victoriosos se filtra por debajo de la puerta del vestuario. “Es una sensación única. Lucir el escudo de campeones del mundo el año que viene será extraordinario”.

Al cabo de casi 100 minutos de intensidad de infarto, con el Liverpool y el Flamengo haciendo todo lo que podían para perforar la portería de su rival, un fulgurante contragolpe y un destello de brillantez del número 9 de los Reds abrió la firme defensa de sus compatriotas brasileños.

El Muro de los campeones

Es un gol que pasará a la historia por añadir un nuevo trofeo a su famoso Muro de los Campeones. “El Muro de los Campeones es algo grandioso en Melwood, por lo que estamos ilusionados por regresar a verlo”, explica Trent Alexander-Arnold, que ha ayudado a llevar al club del que se crió a diez minutos a la cima del fútbol mundial.

“Creo que este puede ser el único trofeo que no había ganado el club, por lo que poder hacerlo hoy es tremendo para nosotros, al ponernos en los libros de historia y asegurarnos de que seremos recordados como un equipo del Liverpool realmente bueno. Es un momento apasionante para ser un jugador del Liverpool”, añade el lateral.

Su compañero de zaga Virgil van Dijk coincidió a la hora de asimilar la trascendencia del logro. “Es algo que nunca habíamos tenido antes con el Liverpool. Hemos escrito la historia con esta plantilla y estoy muy orgulloso de ello. Era muy importante para nosotros terminar lo que vinimos a hacer aquí. Han sido dos encuentros complicados, pero lo hicimos”.

El choque contra el Flamengo (“una final típica”, en palabras de Firmino) fue un encuentro intenso de principio a fin. Ambos equipos estaban expertamente adiestrados, implacablemente organizados y repletos de hombres que lo dieron todo para hacerse con el trofeo. “En este torneo está lo mejor de lo mejor, así que sabíamos a lo que veníamos”, admite Alexander-Arnold.

Flamengo y Monterrey, duros rivales

Hemos ganado a última hora en ambos encuentros, y eso sólo demuestra la calidad de los rivales a los que nos hemos enfrentado. Para nosotros era emocionante formar parte de este torneo, y estaremos realmente orgullosos de regresar con este trofeo”, añade.

Y lo que tenían enfrente era, casi indudablemente, el mejor equipo de Brasil y de Sudamérica. Por cada pase incisivo dirigido a Firmino, Sadio Mané o Mohamed Salah que exigía emplearse a fondo a la retaguardia del Flamengo, a menudo llegaba a cambio una internada zigzagueante de Bruno Henrique que ponía a prueba a la del Liverpool.

El regreso a la alineación inicial de Van Dijk (que se había perdido el partido contra el Monterrey por enfermedad) y de Alexander-Arnold fue vital para que el conjunto de Juergen Klopp mantuviese su equilibrio en defensa; y sus repercusiones se dejaron sentir por toda la cancha. Pero después de un flojo comienzo, el Flamengo mantuvo el tipo ante el combinado que lidera holgadamente la Premier League inglesa.

Firmino, el hombre de la final

Sin embargo, fue el regreso a la titularidad del hombre que desempeñó el papel de revulsivo desde el banquillo para derrotar a los mexicanos en el tiempo añadido el que marcó la diferencia de modo crucial. Tras haber desperdiciado una ocasión rematando alto en el primer minuto, y haber estrellado el balón en el poste tras el descanso, su impecable recorte hacia atrás e inmediato remate sentenció la final en Doha.

“Para eso estoy aquí”, afirma sonriente. Su histórico gol en Catar será también el motivo por el que su nombre ocupará un lugar de honor en los libros de historia de uno de los clubes de fútbol más insignes…