jueves 03 octubre 2019, 06:00

Lavelle: "La mentalidad de esta selección es muy especial" 

  • Rose Lavelle se erigió en una de las estrellas de Francia 2019

  • Balón de bronce adidas, también integra el primer FIFA FIFPro World XI femenino

  • "¡Aún no lo he asimilado!", afirma sobre su triunfo en la Copa Mundial Femenina

Rose Lavelle fue una de las estrellas emergentes en la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™. El gol que marcó en la final del torneo aunó creatividad, conducción y calidad, las cualidades más destacadas la futbolista de Cincinnati.

FIFA.com dialogó con la ganadora del Balón de Bronce adidas en plena gira triunfal de la selección estadounidense y en el tramo final de la NWSL. Lavelle compartió sus reflexiones acerca de unos meses que han sido un auténtico torbellino y de cómo acabó cumpliendo un sueño después de unas semanas de lo más intensas en Francia.

txou34bmflmq3mdnkaj6.jpg

¿Cómo fue afrontar su primer Mundial absoluto y ponerse a punto rodeada de futbolistas con tanta experiencia y que ya eran campeonas?

Fue fantástico. Llegué en un momento muy bueno a la selección, justo cuando había una nueva hornada de jugadoras jóvenes, pero también un buen número de futbolistas veteranas de mucha experiencia. Aprendo de ellas constantemente, dentro y fuera de la cancha. Nos fue de gran ayuda contar con su experiencia en la fase de preparación para el torneo, porque teníamos mucha presión, tanto fuera como dentro. Mucha gente esperaba mucho de nosotras. Contar con jugadoras que ya habían pasado antes por esto y habían triunfado nos dio mucha fuerza, porque fueron ellas quienes nos ayudaron a llegar hasta allí.

En el año previo a Francia 2019 se comentó que la selección estaba en un periodo de transición, por lo que conquistar el trofeo demuestra que esas dos generaciones mezclaron realmente bien...

Creo que la mentalidad de esta selección es muy especial. Pero no solo la de este grupo, sino la mentalidad de este programa, que se remonta al primer equipo de 1985. Luego, cómo no, está la generación del 99. Yo diría que la clave es la mentalidad del proyecto en sí, así como el legado que se va transmitiendo, y creo que nosotras supimos dar continuidad a ese legado en el pasado Mundial. Crecí viendo jugar a la selección de Estados Unidos y, si había algo que siempre veías en la cancha, era esa mentalidad irreductible, inquebrantable. Poder ser parte de eso, vivirlo y sentirlo en carne propia es muy especial.

Marcó dos goles en su debut mundialista y Estados Unidos cosechó un triunfo convincente. Sin embargo, las reacciones a aquel resultado les hizo adoptar una mentalidad de “somos nosotras contra el mundo”...

Daba la sensación de que éramos la selección más querida y más odiada al mismo tiempo. La gente lo percibió como algo arrogante o chulesco, pero yo no creo que fuera así. Para mí fue más bien un acto de confianza. Teníamos confianza en nuestra manera de jugar, en saber a quién nos enfrentábamos y, sinceramente, lo que hicimos fue aprovechar el momento. Era un momento por el que nos habíamos esforzado todas nuestras vidas. Disfrutamos del partido, de aprovechar ese momento y de jugar en aquel escenario.

Pero, a decir verdad, nos mantuvimos al margen de las redes sociales. Creo que eso nos vino bien, porque se generó mucha polémica y nuestro equipo recibió muchas críticas. Supongo que dejar eso a un lado y no leer demasiado al respecto también nos benefició.

Cuando llegaron al choque de cuartos de final contra Francia, parecía una final anticipada. El ambiente en el Parque de los Príncipes era muy especial. ¿Cómo fue participar en ese partido?

Fue increíble. Cuando salimos a calentar había hinchas alentándonos. A mí me pareció un momento muy bonito: éramos el equipo visitante en un estadio lleno de seguidores franceses, y recibir aquel apoyo fue sensacional. Fue el escollo más difícil que tuvimos que superar en el torneo. Nos tocó darlo todo y defender mucho. Mostramos nuestra actitud implacable y, además, sabíamos lo que teníamos que hacer en el partido. Creo que ejecutamos bien el plan y, afortunadamente, nos salieron bien las cosas.

Fue titular en la final de su primer Mundial. ¿Cuáles eran sus sensaciones aquel día rumbo al estadio? ¿Es de esas jugadoras que se ponen nerviosas antes de un partido?

Sinceramente, me encontraba muy bien. Habíamos ganado a Francia y a Inglaterra, dos selecciones que podían haber llegado perfectamente a la final. Sentía que teníamos la confianza por las nubes, más incluso que al principio, después de haber superado aquellos duelos. Mis sensaciones eran muy buenas, estaba muy emocionada antes de la final.

Nunca noté una presión añadida por lo que podría pasar si perdíamos y nos íbamos a casa mientras otras selecciones avanzaban en el torneo. Era un momento de esos de “hay que hacerlo”. Aquello me dio una sensación inmensa de tranquilidad y confianza y, seguramente, fue la vez que más tranquila he estado antes de un partido.

Los primeros 60 minutos fueron muy intensos. Después, Estados Unidos marcó dos goles en ocho minutos. Seguro que sintieron un gran alivio...

Por supuesto. Sentí una gran emoción y un gran alivio cuando por fin conseguimos abrir el marcador. Después marqué el segundo y me quedé aún más tranquila, porque teníamos una buena ventaja y estábamos controlando el partido. Sabía que, si defendíamos y manteníamos la mentalidad valiente que habíamos demostrado a lo largo del torneo, no se nos podía escapar el partido. Y, por suerte, eso fue lo que pasó.

Hablemos de su gol. ¿Cómo recuerda la jugada?

Me acuerdo que Crystal [Dunn] hizo una gran entrada para frenar un contragolpe y le pasó el balón a Sam [Mewis]. Sam lo hizo muy bien al atraer a las centrocampistas rivales y, a continuación, pasarme la pelota. No nos habían dejado muchos espacios en todo el partido, por lo que no había tenido ocasión de regatear. Pero, en esa jugada, sí pude hacerlo. Alex [Morgan] estuvo magnífica al trazar una diagonal para que sus centrales recularan.

Yo esperaba que alguna de ellas saliera a mi paso y así poder pasarle el balón, pero no lo hicieron. Entonces decidí chutar y, por suerte, entró. Hubo muchas piezas que se movieron y encajaron para que se diera aquel gol.

Con el pitido final llegaron las celebraciones. ¿Cómo fue disfrutar de ese momento en la cancha y de los festejos posteriores?

La verdad es que pensaba que se me apoderaría la emoción y que me pondría a llorar, pero fueron más bien momentos de felicidad absoluta. Y también tenía una sensación de gran alivio, porque todo el esfuerzo había valido la pena. La celebración fue muy divertida. Yo soy de las que normalmente se quedan sentadas en el sofá, pero sabía que algo así solo ocurría cada cuatro años, así que lo disfruté al máximo.

Se publicó también una foto en la que se le ve a usted de niña, vestida de su ídolo Mia Hamm, y que pone en perspectiva lo lejos que ha llegado...

Estaba muy obsesionada con aquella selección y con Mia Hamm, Julie Foudy, Kristine Lilly... Me parecían unos magníficos ejemplos a seguir, y deseaba ser como ellas algún día. Es maravilloso haber cerrado el círculo y poder ser ahora un modelo a seguir para las niñas, igual que ellas lo fueron para mí. Ojalá yo pueda servir también de inspiración para que alguna llegue hasta aquí.