Varias guardametas han acaparado los titulares en los partidos de esta Copa Mundial de la FIFA™. Una, no obstante, ha pasado algo desapercibida, pese a firmar estupendas paradas y encajar solo 2 goles –ambos de penal– en 4 partidos con una selección para nada favorita.

Laura Giuliani, tranquila y modesta, está feliz por la épica trayectoria de Italia hacia el choque de cuartos de final contra Países Bajos. Y la arquera no ve ningún motivo por el que Le Azzurre no puedan acceder a las semifinales de la competición por primera vez.

“Si hemos hecho esto hasta ahora, sería una lástima creer que no podemos llegar más lejos”, señala Giuliani. “Siempre hay ese algo que nunca ocurre hasta que ocurre”.

“Tenemos que trabajar mucho para conseguirlo. Seguiremos soñando y avanzando por el mismo camino, porque todo lo que ha llegado ha sido merecido”, añade.

Fuera del campo, Giuliani logra mantener la mentalidad serena practicando yoga, dibujando y, sobre todo, escribiendo.

“El puesto de portera es particular porque tienes que pasar por un montón de cosas totalmente sola”, explica. “Entre medias de los partidos, a menudo me encuentro con muchísimas cosas en la cabeza. Cuando me siento como una bomba de relojería, es cuando tomo un papel en blanco, empiezo a escribir y no paro”.

Giuliani milita en el Juventus, pero pulió su juego durante cinco temporadas en Alemania, donde al principio se mantuvo económicamente trabajando en una panadería.

“Cuando me fui al Gütersloh en 2012, mi sueldo no era suficiente para poder vivir”, precisa. “Tuve que tomar una decisión, y ser panadera era el único trabajo que podía hacer por la mañana temprano, lo que me permitía entrenar después de mediodía”.

“Posteriormente, cuando me marché a Friburgo, no necesitaba trabajar, pero opté por hacerlo; en cafeterías o como proveedora de catering. Fue una decisión personal entonces; trabajar al mismo tiempo que jugaba al fútbol siempre era una forma de salir de la rutina, de tener una perspectiva diferente”.

Giuliani paró un penal a la estrella australiana Sam Kerr en su partido de debut en un Mundial Femenino, y llamó la atención con un paradón a un remate envenenado de la brasileña Debinha, que ayudó a Italia a pasar como primera del Grupo C por diferencia de goles.

“Fue una gran parada”, admite, “pero soy de esa clase de personas que no les gusta dejar que se produzcan errores. Prefiero mil veces utilizar mi colocación para impedir un disparo que tener que ir a arreglarlo y hacer una parada espectacular”.

La clave de su buena colocación es el entrenador de porteras de Italia, Cristiano Viotti, con quien ha estado trabajando para permanecer en la línea de gol en las penas máximas.

“Hemos estado trabajando bastante en ese aspecto. Hemos ensayado diferentes movimientos y diferentes paradas, conmigo intentando parar los lanzamientos y Cristiano observándome desde la línea para ver si mis pies no se adelantaban de ella”, explica.

Juntos estudian también la colocación de las delanteras rivales, por lo que Giuliani sabe de dónde proviene el principal peligro. Pero en el momento, siempre confía en su propio instinto.

“Mis paradas hasta ahora no han sido ninguna casualidad; todo son cosas que hemos estudiado. Pero el fútbol no es una ciencia exacta, y en el campo estoy yo sola. Las sensaciones que tenga en un momento dado están por encima de cualquier cosa que podamos haber acordado antes”, concluye.

Los aficionados que quieran asistir a la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019 todavía pueden adquirir entradas enwww.fifa.com/tickets, así como en las taquillas de los estadios, para los partidos restantes en los que aún quedan boletos disponibles para el público general.

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