martes 18 mayo 2021, 09:35

Lasarte: "Debemos mantener el protagonismo del fútbol chileno"

  • Asumió como seleccionador de la Roja en febrero

  • Es su debut al frente de un seleccionado nacional

  • Habla de las eliminatorias, la Copa América y los objetivos

A días de cumplir 60 años, el uruguayo Martín Lasarte asumió el desafío más grande de su carrerera como entrenador: hacerse cargo de la selección de Chile, que aspira a regresar a una Copa Mundial de la FIFA tras ausentarse de Rusia 2018.

Si bien es su estreno como seleccionador, Lasarte es un amplio conocedor del fútbol chileno, luego de dirigir allí a dos de los tres clubes más importantes del país, la Universidad Católica y la Universidad de Chile, con la que obtuvo tres títulos.

Machete, como le decían en su época de jugador por su férrea manera de marcar, hizo debutar a Luis Suárez en Nacional de Uruguay y Antoine Griezmann en Real Sociedad de España. Además, dirigió en Colombia, Emiratos Árabes Unidos y Egipto, su última experiencia antes de la Roja.

Sus primeros partidos oficiales serán ante Argentina y Bolivia por las eliminatorias para Catar 2022, donde Chile marcha 6º, por ahora afuera de todo. De esto, de la Copa América y de las metas propuestas, habló con FIFA.com.

Martín, ¿qué lo atrajo de la propuesta de Chile en este momento de su carrera?

Primero, siempre es seductor, estimulante, recibir la propuesta de una selección, y además hubo un sentido de pertenencia. Trabajé aquí casi cuatro años, pasé una etapa de mi vida profesional y personal muy buena. Ya alguna vez había estado en una lista, aunque la posibilidad concreta apareció ahora. No sé si fue el mejor o peor momento, pero acá estoy. Después, hay mucho en juego… Y tengo confianza en lograr los objetivos trazados.

¿Cómo se adaptó al cambio que significa entrenar por primera vez a una selección en lugar de un club, y para colmo en pandemia?

Hoy hay una situación puntual que nos obliga, como a todos, a inventar, a sacar lo mejor de nosotros, y en eso estamos. Hay mucho trabajo de oficina: ver partidos, videos, estadísticas, charlas con futbolistas y colegas, establecer planes... Desde ese lugar me siento bien. Pero uno extraña, innegablemente, el trabajo a diario: llegar a la práctica, recibir a los jugadores, charlar con ellos, ver cómo el trabajo se refleja el fin de semana en sus clubes… Uno debe adaptarse. Al final, ese ha sido un signo de mi carrera, adaptarme a diferentes culturas, países… Creo que lo llevo sin problemas.

¿Cómo analiza el inicio de Chile en las eliminatorias para Catar?

En el fútbol se habla mucho de sensaciones, aunque la tabla marca la realidad. Desde ahí, estamos en una situación comprometida. Ahora, siento que Chile hizo méritos para tener más puntos, que le permitirían estar en zona de clasificación. Colombia le empata un partido muy trabado; Uruguay le gana en el último minuto con un tiro de lejos; Venezuela, también sobre el final… Chile tuvo sus oportunidades. Esa sensación me vale para establecer lo que viene y lo que podemos llegar a ser.

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¿Qué fue lo que más y menos le gustó del equipo en estas cuatro fechas?

Lo que menos me gustó, o lo que más me preocupa, son los goles tardíos que recibió. El cierre de los partidos es algo muy importante, más a este nivel. Lo que más me gustó es que hay un base, una estructura que se mantiene en el tiempo y sigue válida. Hay futbolistas que son el sostén del equipo, que están en una condición muy importante, y serán los estandartes para llevar adelante el deseo de volver a un Mundial.

¿Podría ampliar la evaluación del plantel con el que cuenta?

Claro. Siento que Chile atraviesa un proceso de recambio, como muchas selecciones de América en los últimos años. Quizás a Chile le tocó más directamente, pero tiene una serie de futbolistas que están en condiciones de alcanzar el objetivo, pero también de disfrutarlos en el Mundial, si clasificamos. Luego, hay otros que están en una etapa donde darán una mano, pero quizás el Mundial les quede lejos.

Y ahí viene la otra parte: debemos continuar con algo que Rueda comenzó, el intentar una regeneración, palabra que me gusta más que recambio. Una regeneración implica que futbolistas de etapas anteriores convivan con la sabia nueva, en un proceso que debe darse pautado y pausado, con transferencia de experiencias.

En ese proceso, ¿qué importancia tiene el cambio de mentalidad que lograron los Bravo, Medel, Vidal, Sánchez, etc.?

Una importancia superlativa. No es casual que ellos hayan alcanzado los logros más importantes del fútbol chileno. Son jugadores que aún hoy destacan por sus cualidades deportivas, pero también por su capacidad motivacional. A eso me refiero al hablar de transferencia de experiencias: es clave contar con futbolistas con esa capacidad de transmisión, y Chile los tiene.

¿Cómo imagina el liderar un vestuario con tantas personalidades fuertes, sin poder trabajar en el día a día como en un club?

Como otro desafío de mi carrera. En Egipto lidié con los jugadores del Al Ahly, un club tan grande que el mundo occidental pierde la perspectiva, y sin embargo salió bien, con una metodología diferente a la de ellos y sin hablar el mismo idioma. La relación de vestuario es crucial, y sé que, por encima de la disposición táctica, lo más difícil es la gestión grupal.

Hablando de esquemas tácticos, ¿cuál es el que tiene en mente para Chile?

Habrá que ver las cuestiones sanitarias, los rivales... No es lo mismo Argentina de visita que Bolivia de local, sin creernos menos o más que ellos. Las realidades son diferentes. Nuestra base será el 4-3-3 o 4-2-3-1, los esquemas que uno más ha usado. Más allá del numerito, intentaremos pisar en escalones recorridos por colegas anteriores, y muy bien, desde Bielsa hasta Rueda pasando por Sampaoli.

¿A qué se refiere?

Hay aspectos de la identidad del fútbol chileno de los últimos años de los que no podemos escapar, con una salvedad: una cosa es 10 años atrás, con estos jugadores, y otra es hoy. Las capacidades, la información y la experiencia no se pierden, pero otras cuestiones, como las físicas, sí. Deberemos buscar caminos que nos permitan ser igual de efectivos que antes. Un ejemplo: la presión alta. Quizás no podamos hacerla todo el tiempo, pero sí en determinados momentos, en instancias puntuales de un partido.

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¿Cuáles son sus prioridades de cara los partidos con Argentina y Bolivia?

Estamos en una situación difícil, comunicarse digitalmente con los jugadores es muy distinto al cara a cara. Tratamos de almacenar información y transmitírsela de manera clara y concreta: en lugar de 15 conceptos complejos, prefiero que sean cinco simples, basándonos en lo que ya se hizo, y bien, para trabajar desde ahí cuando nos juntemos.

El poco tiempo de trabajo, ¿le permitirá construir a un Chile protagonista?

El escaso tiempo de trabajo es una realidad, pero la mentalidad del futbolista chileno, diría del fútbol chileno en general, cambió positivamente. Fue un cambio cualitativo y real, que quizás notamos más lo que venimos de afuera, o que alguna vez competimos contra Chile en el pasado. Debemos mantener ese protagonismo. El fútbol chileno se lo ganó y no es momento de perderlo.

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En la Copa América, ¿priorizará el armado del equipo para las eliminatorias o los resultados?

¡Es como preguntar si querés más a tu papá o a tu mamá! (risas). La respuesta es integral… El gran objetivo es clasificar al Mundial. Para la Copa América, como está dada hoy, pensamos en una mixtura, dándole minutos a aquellos muchachos que no han competido o compitieron poco. Porque, además, los vamos a necesitar muy rápidamente en la eliminatoria, y si clasificamos, en el propio Mundial. En este sentido, vemos a la Copa América como una solución, no como un problema, y no pensamos que eso deba perjudicar el resultado deportivo.

Usted conoce el exitismo del aficionado sudamericano, al que no escapa el hincha chileno. ¿Qué le pediría para su proceso?

Sea mucho o poco, solo le pediré que acompañe, siga, apoye y empuje. Que crean en este proceso. No delego la responsabilidad, que es mía, pero sí la posibilidad de unión, de sinergia, de tirar todos hacia el mismo lado. Eso es responsabilidad de todos. Esas energías se terminan notando, y creo que los futbolistas lo van a agradecer.

Si bien asumió hace poco, ¿cuánto lo obsesiona la idea de estar en Catar 2022?

Más que una obsesión lo siento como una obligación, aunque uno hace eso con gusto. Unos meses atrás me tocó vivir un tema de salud preocupante, que por suerte se revirtió, y hoy veo las cosas desde otro lugar. Hago lo que me gusta y trabajo de lo que quiero. Estoy en un país donde me siento como uno más, y tengo el mismo objetivo que todos. Pondré trabajo, entrega, voluntad y un poco de talento (risas), junto a mi mayor dedicación y fuerza de voluntad. El tiempo dirá si fue suficiente.