martes 03 noviembre 2020, 09:34

Las flores de Margarita

  • Margarita Luengo es una de las hinchas más emblemáticas del Atlético

  • Desde hace 24 años lleva al estadio un ramo de flores cada día de partido

  • El club colchonero ha continuado con la tradición pese a la pandemia

Una docena de claveles rojos, otra de claveles blancos y dos margaritas en el centro en honor a su creadora. Las de Margarita Luengo son las flores más famosas del fútbol español, y desde hace 24 años no hay partido del Atlético de Madrid en casa, sea la competición que sea, en el que el ramo no esté colocado en su sitio: junto al banderín del córner a la izquierda de la portería del fondo sur.

💐 Historia de un ramo

Todo empezó un 27 de junio de 1996. El Atleti jugaba en casa frente al Athletic de Bilbao y el bar de la peña de Margarita tenía un jarrón lleno de claveles rojos y blancos. “Le pedí cuatro al presidente de la peña y le dije ‘vamos a marcar cuatro goles y voy a tirar uno al campo por cada gol’”. Y así fue. Los colchoneros ganaron 4-1, y el ídolo de Margarita, Milinko Pantic, hizo el segundo.

“Me encantaba cómo tiraba las faltas y los córners”. Por eso empezó a colocar sus flores junto al córner. Una tarde, al terminar el partido, Pantic tiró las flores a la gente, así que la siguiente vez Margarita le dejó un mensaje en el ramo. “Le puse ‘Pantic, por favor, no tires los claveles a la gente, son para ti’”.

Ahí comenzó una relación de amistad que dura hasta hoy. “Pantic dice que mi marido y yo somos sus padres en España”. El día en que el excentrocampista jugó su último partido con el Atleti, regaló su camiseta a Margarita. Hoy se expone en el museo del club.

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🏟 De acompañar al novio, a emblema colchonero

Solo una vez han faltado Margarita y sus flores en todos estos años, primero en el Calderón y ahora en el Metropolitano. Fue debido al fallecimiento de un amigo de la familia, y el teléfono de su hija se llenó entonces de llamadas y mensajes de gente interesándose por una de las aficionadas más ilustres del club rojiblanco.

Es más, cuando el Atleti jugó su último partido en el Calderón, en 2017, las 57.000 personas que abarrotaban el estadio ese día dejaron por un momento de animar al equipo para aplaudir y cantarle a Margarita. “Me emocioné muchísimo”, reconoce. De ese día conserva la pancarta que hicieron en su honor.

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Y eso que cuando empezó a ir al fútbol, hace medio siglo, no le interesaba en absoluto. “Empecé a ir cuando mi marido y yo nos hicimos novios. Entonces las mujeres apenas iban al fútbol y yo decía ‘madre mía, ahora meterme ahí dos horas’… A mí me apetecía ir a bailar con las amigas, pero entonces no veías al novio apenas y era ir al fútbol o quedarte sin verlo ese fin de semana”, cuenta divertida.

Quién le iba a decir cómo cambiaría el cuento. “No sé cómo se me metió tan dentro, pero a mí que no me quite nadie de ver a mi Atleti”. De hecho, hoy es ella la que no se pierde un partido, ya que su marido Dionisio, delicado del corazón, no está ya para según qué emociones.

En 50 años siguiendo al Atleti Margarita ha cambiado pañales y dado el biberón a sus hijos en el estadio, se ha recorrido media Europa con su peña -“he ido hasta a la República Checa para ver un partido de la Intertoto”-, ha seguido al equipo por toda España cuando bajó a segunda, y hasta ha acudido a animar al Atleti con una pierna escayolada.

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Solo la pandemia, que mantiene cerrados al público los campos españoles desde marzo, ha privado a esta mujer de 73 años de acompañar a 'su Atleti' desde su abono en el fondo sur. “Llevo muy mal no poder ir. Yo sin fútbol, sin partidos, no sé vivir y me está costando muchísimo”, reconoce. Eso sí, las flores no faltan a su cita.

🤳 Videollamada del capitán

Tras meses de confinamiento y sin fútbol, la reanudación de la Liga española el pasado junio planteó un dilema: si Margarita no podía ir al Metropolitano, ¿qué pasaría con sus flores? Días antes del primer partido del Atleti como local recibió una llamada. “me llamaron para ver qué ponía en el ramo”. Lo que no se esperaba era recibir una videollamada del capitán el día del partido.

“Cuando vi que era Koke me puse a llorar como una tonta (risas). Me llamó para preguntarme cómo ponía el ramo, y le fui diciendo que lo pusiera ‘un poco más aquí, allá…’. Y ahora lo siguen haciendo. Yo les dije que me gustaría que lo sigan poniendo hasta que yo pueda volver a ir, y así lo están haciendo. Se están portando muy bien conmigo”, cuenta emocionada.

De momento Margarita sigue animando a 'su Atleti' desde casa, pero cada vez queda menos para verla de nuevo en el córner, como cada día de partido, colocando sus flores.