miércoles 02 septiembre 2020, 10:05

La Forrest Gump femenina que entrelaza la música y el fútbol

  • Laura Doyle se enamoró del fútbol cuando vivía en Río de Janeiro

  • Luego contribuyó al traspaso récord de Gareth Bale al Real Madrid

  • Acaba de emprender otra carrera como cantante de jazz

Laura Doyle ha vestido medias con dibujos de puntos, narices rojas y pelucas estrafalarias mientras estudiaba para ser payasa en la ilustre escuela parisina de Philippe Gaulier. Asimismo, ha lucido un traje italiano súper elegante mientras trabajaba de azafata y presentadora para el príncipe Ernesto Augusto de Hannover en su yate privado.

Laura ha traducido para Fidel Castro. Ha organizado un espectáculo de comedia. Ha escrito libros, actuado en cabarets, y vivido en Río de Janeiro, Marmaris, Roma, Valencia, Oslo y Florencia.

Pero cuando tenía 25 años, esta carismática mujer de Liverpool se sentía atrapada por la monotonía. Como millones de personas, vivía la vida rutinaria y uniformada de una oficinista en Inglaterra… hasta que vino a dar fruto un comentario que había hecho en un pub un par de años antes, ¡y que Laura no podía recordar después de tomarse unos cuantos Caipiroskas de fresa! Sin embargo, ese comentario la acabó transportando a reuniones con uno de los entrenadores de fútbol más famosos y temidos del planeta, aunque ella se refiriese a él como un “gatito totalmente inofensivo”.

Laura trabajaba para una agencia de marketing y relaciones públicas cuando, en 2005, contrataron a su empresa para promocionar el Tsunami Soccer Aid (un partido benéfico en el que participaban famosos y ex futbolistas). Posteriormente, todos los implicados se fueron a celebrarlo a un pub local, y Laura se puso a hablar con David Lockwood, directivo de la agencia de representación deportiva Stellar Group, sobre su amor por Río de Janeiro. Le dijo a David medio en broma que, si alguna vez negociaba con brasileños, le encantaría volver a hablar en portugués.

Laura no lo recordaba, y David tampoco. Durante tres años, todo se quedó en una conversación trivial.

Luego, en 2008, los incombustibles carrileros Fabio y Rafael recalaron en el Manchester United, que acababa de proclamarse campeón de Europa.

“Los gemelos Da Silva fueron el siguiente gran paso”, recuerda Laura a FIFA.com. “Venían de camino a Inglaterra, pero, por algún motivo, su traductor no tomó el vuelo. Nadie lo supo hasta que les faltaba una hora para aterrizar. ¡Cundió el pánico!”.

David y su personal empezaron a revisar frenéticamente sus contactos en busca de una solución cuando, de pronto, el directivo tuvo una reminiscencia de aquella conversación. Descubrió dónde trabajaba Laura a través de LinkedIn y telefoneó a su agencia.

“La directora de la empresa para la que trabajaba me llamó para ir a su oficina y dijo: ‘Cierra la puerta’. Yo pensé: ‘Dios mío, ¿qué he hecho mal ahora?’”, relata Laura.

“Dijo que le había llamado Dave Lockwood diciendo que dos jugadores brasileños iban a aterrizar en Manchester dentro de una hora, y que querían que yo les hiciese de intérprete. Me dijo: ‘Prepárate, viene un coche de camino para recogerte’. Seré sincera: nunca había oído hablar de Fabio y Rafael; tuve que buscar en Google mientras recogía mis cosas”, admite.

“Pensé que me reuniría con ellos en el aeropuerto, me aseguraría de que estaban bien, les preguntaría si necesitaban algo, y que eso sería todo. Pero nadie en el club hablaba portugués…”, continúa Laura.

“De repente estaba asistiendo a reuniones con Sir Alex Ferguson, con los abogados y los médicos del club, socializando con la familia , llevándolos a sus reconocimientos médicos, a cortarse el pelo… a todo. Sir Alex estuvo increíble. Todos le adoraban, pero al mismo tiempo temían su ira. Yo, en cambio, pensaba que era un gatito totalmente inofensivo (risas)”.

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Tan impresionados se quedaron los jefazos de Stellar Group con cómo llevaba Laura a los gemelos Da Silva que pronto hicieron del fútbol su ocupación profesional. Así, en 2013 acabó contribuyendo al acuerdo por el que Gareth Bale superó a Cristiano Ronaldo para convertirse en el jugador más caro del mundo.

“Creo que lo que me ayudó en el fútbol es que nunca me han impresionado sus estrellas”, explica Laura. “Gareth Bale entraba en nuestra oficina y yo simplemente le preguntaba: ‘¿Quieres una taza de té? Al relacionarme con otras figuras –Ashley Cole, Louis Saha, Marcos Rojo, Yan Valery–, nunca me impresionaban. Si hubiesen entrado Iggy Pop o Madonna, ¡probablemente habría perdido los papeles!”.

“Pienso que es porque de pequeña no era una gran aficionada al fútbol. Veía las finales coperas, el Mundial, pero eso era todo”, precisa.

“Sin embargo, a principios del año 2000 estuve trabajando con un diplomático italiano y me destinaron a Río. Básicamente, ahí empezó mi historia de amor con Brasil: la cultura, la gente, la música, el fútbol. Al vivir en un país donde el fútbol es casi una religión, simplemente me cautivó la pasión por este deporte”.

“Y también me cautivó la bossa nova. Al estar metida en los servicios diplomáticos, pude conocer a muchos de los grandes músicos brasileños. Compartía sesiones de improvisación musical con ellos; me enseñaron mucho. Desde entonces, la bossa nova siempre ha sido mi pasión”, subraya.

“Ahí se quedó la cosa hasta que el año pasado empecé a trabajar con ella. Curiosamente, es una historia que tuvo que ver con el fútbol”, revela Laura.

Un amigo de Laura, intrigado por su pasión por la bossa nova, le pidió que interpretase algo de ese género brasileño en uno de sus espectáculos en Londres.

“Era la primera vez que la interpretaba en público”, señala. “Pensé: ‘Es un género muy especializado, a la gente no le va a enganchar de verdad’. Pero resultó un éxito rotundo”.

“Eso fue un viernes. El lunes siguiente, se lo estaba contando a mi director y le dije que me encantaría crear un grupo, pero que no tenía ni idea de por dónde empezar”.

“Él me respondió: ‘Curiosamente, acabamos de recibir una carta esta mañana de la Royal Liverpool Philharmonic, y quieren que colaboremos juntos en un proyecto que reúna los mundos de la música y el fútbol. ¿Por qué no te vienes a la reunión?”.

“Fui [a la reunión], y allí había músicos de todas partes del mundo. En apenas una semana, hice una prueba con ellos, creamos un grupo y tuvimos nuestro primer ensayo. Baiana (que significa “del estado de Bahía” en portugués de Brasil) ha tenido unos comienzos muy intensos”, añade Laura.

El grupo rápidamente ha conseguido dar varios conciertos en locales fijos y ha actuado en prestigiosos festivales. Su primer ‘single’, Miso Loco (It’s a fine time in the sunshine), ya ha tenido miles de reproducciones desde que se publicó el mes pasado.

“El fútbol me ha ayudado muchísimo en mi carrera musical”, explica Laura. “Trabajo mucho con jugadores jóvenes: Yan Valery, Tahith Chong del Manchester United, Aliou Traoré, que acaba de irse cedido del United al Caen, Claudio Gomes del Manchester City… Observo cómo se capta a un joven jugador con talento y utilizas con él los mejores entrenadores, inculcándole dedicación, trabajo duro y compromiso. Y pensé: ‘Si puedo aplicar ese modelo futbolístico a mi música, me dará las máximas probabilidades de desarrollar mi talento y de que se fijen en mí’”.

“Y he hablado mucho con los jugadores. Todos tienen un mal partido, todos pueden tener una mala actuación. ¿Cómo se reponen de eso, qué hacen cuando su confianza recibe un duro golpe, cómo reaccionan a las críticas?”.

“Los futbolistas han supuesto una verdadera orientación para mí entre bastidores. Nos gusta hablar de los paralelismos entre la música y el fútbol”, revela.

El principal sueño de Laura Doyle también entrelaza la música con el futebol.

“¡Nuestro mayor sueño sería viajar a Brasil y presentar a los brasileños nuestra versión de su música made in Liverpool! Cada noche cierro los ojos y fantaseo con actuar en Maracaná. Uff… sería sencillamente increíble”.

Efectivamente, pasar en unos años de realizar llamadas en una oficina de Liverpool a manejar un micrófono en el mítico estadio de Río sería recorrer un trayecto alucinante. Pero si alguien tiene energías para realizar semejante maratón, es claramente Laura Doyle.

“¡Soy como una versión femenina de Forrest Gump con una delirante peluca roja!”, concluye riendo.