La llegada de Argentina al Torneo Olímpico de Fútbol Masculino de 2004 estuvo muy lejos de ser la más deseada. El 11 de agosto de aquel año comenzaba a rodar el balón en la ciudad griega pero poco más de dos semanas antes, la albiceleste había perdido la Copa América de Perú en la tanda de penaltis de la final ante Brasil.

Aún digiriendo este varapalo, el combinado entrenado por Marcelo Bielsa afrontaba un Grupo C que superó con mucha claridad. Nueve puntos y el liderato para pasar a cuartos. Los internacionales argentinos habían sido capaces de dejar de lado el tropezón de Perú e iban bien encaminados a un oro olímpico que sería el primero para ellos después de llegar a la final en 1928.

"Veníamos de salir subcampeones de la Copa América y enseguida nos fuimos a los Juegos Olímpicos. Eso hizo que lo afrontáramos con más ganas. Perdimos la Copa América en los últimos minutos y teníamos esa sed de revancha, de poder conquistar algo", confiesa Javier Saviola a FIFA.com rememorando aquel torneo de Atenas.

La magia de los Juegos Olímpicos no tardó en apoderarse de aquella prometedora plantilla argentina, que además de Saviola contaba en sus filas con jóvenes promesas y posteriores realidades como Carlos Tévez, Maxi Rodríguez, Lucho González e incluso Saviola, muchos de ellos ganadores de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA 2001. A ellos se les sumaba la experiencia de una realidad como Roberto Ayala y dirigidos con maestría desde el banquillo por Marcelo Bielsa. Los ingredientes estaban sobre la mesa.

"Había un gran equipo, comandado por Bielsa, un técnico que nos marcó muchísimo. Fue espectacular, además de cómo jugamos al fútbol ya que teníamos jugadores de gran calidad. Era una generación muy buena que nos podíamos haber llevado más títulos”, destaca Saviola, recordando a una Argentina que terminó el Torneo Olímpico con seis victorias, 17 goles a favor y ninguno en contra.

Fue un momento para el recuerdo para los miembros de aquella plantilla, al igual que para toda una Argentina que los seguía desde el país. "Unos Juegos Olímpicos te cambian la vida para siempre. Además logramos el objetivo de la medalla de oro, que es lo que todo deportista quiere", destaca Saviola, que militó en equipos como FC Barcelona, Real Madrid CF y SL Benfica.

"Para mí fue algo único, porque en los Juegos me sentí futbolista más que jugador de fútbol. Estábamos con otros jugadores de otros deportes, íbamos a ver otras competiciones… Me sentí muy bien y muy feliz. Lo disfruté al máximo porque sabía que difícilmente podría volver a jugarlos".

Ese fue un detalle que marcó a Saviola. En aquella época jugador del FC Barcelona, el delantero disfrutó de los Juegos como el que más.

"Era algo alucinante. Comías con unos y otros, pudimos compartir momentos con los mejores tenistas… La cabeza iba para todos los lados, veías otras competiciones. Siempre fui un enamorado de los deportes y recuerdo que me volvía loco, estaba feliz. Subirte a un autobús y tenerlo lleno de deportistas y poder respirar ese aire amateur, de felicidad, de estar todos juntos y poder charlar", recuerda Saviola con una sonrisa.

Poniéndose en la piel de las plantillas de Brasil y España, que este sábado jugarán el Partido por la Medalla de Oro, Saviola recuerda los días previos a la gran final en los que comenzaba a ser real la idea de volver a tu país con una medalla de oro.

"Esa espera es terrible para cualquier deportista. El país estaba totalmente ilusionado, con ganas de que nos subiéramos al podio. Se generó una atmósfera muy linda que terminó de la mejor manera, ganando y llegando a lo más alto. Al colgamos la medalla de oro nos dimos cuenta de la importancia de lo que habíamos logrado".

Porque esa selección necesitaba ese oro tras el duro golpe en la Copa América, lo cual hizo que los sentimientos se reflejaran una vez con la medalla al cuello. "Lo primero que recuerdo es el grupo, era magnifico y todos eran importantes. Estuvimos mucho tiempo juntos".

A lo que desde lo personal añade: "El oro no tiene explicación. Intentas imaginártelo antes de empezar el torneo, pero cuando escuchas el himno, en lo más alto y te cuelgan la medalla es muy complicado de transmitir. Hay que estar ahí porque es una sensación muy linda".

El recuerdo va también a un país futbolero y de gran tradición olímpica como es el suyo. "Uno cuando compite, lo hace también en la alegría que le puede dar a la gente de Argentina, más cómo se vive allí. Fue un cúmulo de cosas… Cuando te pones a ver los Juegos y ves la cantidad de deportistas con historia que se quedan en el camino, que nunca llegaron a una medalla, te das cuenta de lo complicado que es".

Saviola también ha estado pendiente de la actual edición de Tokio 2020. "Tras el partido con España me quedó esa tristeza de no poder seguir viendo a Argentina, pero se vio que hay mucho nivel. Ha habido equipos muy competitivos y la final la van a jugar los mejores, no ha ninguna duda", nos cuenta.

Y para concluir tiene claro quién es su favorita a lograr la medalla de oro: "España es la selección que más me gusta. Me encanta la manera en la que juega y tiene unos jugadores de mitad de campo para arriba tremendamente desequilibrantes, con mucha técnica y de las cuatro selecciones que llegaron a semifinales, si tuviera que elegir me quedaría con España", resaltó.