Iwuagwu, tres Copas para tomar impulso

Cuando la selección nigeriana llegó a Canadá en 2002 para disputar la primera edición de la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA, Akudo Iwuagwu era, con 15 años, la benjamina de un plantel en el que más de la mitad de las jugadoras tenían menos de 18 años. Pese a su juventud, la delantera contaba ya con cierta experiencia como internacional, puesto que había disputado la mayoría de los partidos de su equipo en la competición preliminar.

En el estreno de Nigeria en aquel certamen, frente a Japón, Iwuagwu no sólo cumplió su sueño de jugar una cita mundialista, sino que marcó el gol de su equipo en un duelo que se saldó con empate a 1-1. “Me sentí muy feliz por tener la oportunidad de jugar el primer partido de Nigeria en un Mundial juvenil. Después, cuando marqué nuestro primer gol, la sensación fue increíble. Todo el equipo lo festejó. Por mi parte, yo me centré en imitar la celebración de los goles que hacía Ronaldo”, recuerda.

Nuestra protagonista, que por entonces jugaba en el Delta Queens nigeriano, confiesa que aquel tanto tuvo un significado muy especial para ella. “Haber marcado el primer gol de un equipo africano en la competición supone un privilegio y un honor. Sin embargo, lo más importante fue que aquel tanto me sirvió además para abrir las puertas de mi futuro”, asegura.

En total, Iwuagwu disputó nada menos que 10 partidos en las tres primeras ediciones de la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA. Cuando falta poco más de dos meses para que Papúa Nueva Guinea albergue una nueva entrega del certamen juvenil, FIFA.com se acerca a la internacional nigeriana para conocer su experiencia en ese torneo y su posterior evolución personal y profesional.

Un trampolínDos años después de aquel debut, Iwuagwu formó parte también del combinado nigeriano que jugó la segunda edición del certamen mundialista, que se celebró en Tailandia. Supieron sacar partido de la experiencia adquirida en Canadá 2002 y se impusieron contra pronóstico a Brasil por 3-2 en la fase de grupos gracias a un gol en el último suspiro. Un empate contra Italia dio a las africanas el pase a los cuartos de final, donde cayeron a manos de una Alemania que acabaría alzándose con el título mundialista.

“Afrontamos aquel partido con mucha concentración y con el firme propósito de ganar a Alemania, pero perdimos en la tanda de penales. Son cosas que le pueden pasar a cualquier equipo, en cualquier momento y en cualquier lugar”, recuerda con resignación Iwuagwu, que jugó los cuatro partidos de su equipo en aquel certamen.

La tercera edición de la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA se celebró en 2006 en Rusia y sirvió para que nuestra protagonista completase su particular triplete de participaciones en la competición. “Hice un gran torneo. Jugué en el extremo derecho y generé muchos de los goles que marcamos. Ganamos 3-2 a Canadá y 8-0 a Finlandia y volvimos a meternos en cuartos de final”, rememora.

Iwuagwu y sus compañeras se conjuraron para vencer a Brasil y lograr así el pase a las semifinales. “Hicimos un gran partido y se llegó al minuto 90 con empate a 1-1 en el marcador. Entonces expulsaron a nuestra portera y Brasil acabó marcando en el 95’, así que nos quedamos fuera otra vez”, relata.

En busca de un sueñoInmediatamente después de Rusia 2006, Iwuagwu se incorporó a las selecciones olímpica y absoluta de Nigeria. “Sin embargo, no me convocaron para los Juegos Olímpicos ni para el Campeonato Africano, así que decidí centrarme en intentar ser profesional”, revela.

En 2013, el FC Kiryat Gat fichó a Iwuagwu y le brindó así la oportunidad de jugar en Israel. Posteriormente, el Maccabi Jolón, uno de los rivales ligueros del Kiryat Gat, se hizo con los servicios de la goleadora africana atraído por su gran rendimiento. En la actualidad, Iwuagwu, que tiene 29 años, ha dejado de jugar con la selección de su país por decisión propia. “Quiero centrarme en mi club, y las cosas están marchando bien. Aunque estoy sola en Israel y mi familia está en Nigeria, me gusta vivir aquí. La liga israelí es una competición de considerable nivel, pero sigo soñando con defender algún día los colores del Arsenal o del Chelsea”, asegura.

Iwuagwu no teme que no jugar con su selección pueda ser un impedimento a la hora de suscitar el interés de un club más importante. “La liga israelí es un buen escaparate. De hecho, ya ha intentado ficharme un club francés, pero decliné la propuesta porque no se ajustaba a mi juego. No obstante, sí me interesaría ir a ligas como la canadiense, la alemana o la inglesa”, explica.

Ya para concluir, nuestra protagonista echa la vista atrás y recuerda el comienzo del largo viaje que la ha llevado hasta donde está hoy en día. “Cuando llegué a Canadá para disputar aquel Mundial sub-20 no tenía ni idea de que estaba empezando a recorrer el camino que me ha traído hasta aquí. Por entonces no imaginaba que un día llegaría a ser futbolista profesional. Si hoy puedo vivir de este deporte es gracias a aquel primer paso que di en tierras canadienses”, se congratula.