sábado 22 junio 2013, 09:49

Goles, diversión y un gran premio en la despedida

Relajación, nuevos aprendizajes y, por supuesto, mucho fútbol fueron la tónica de la última jornada de actividades del programa Grassroots de la FIFA en Turquía, día que desde muy temprano encararon con espléndido humor 80 niños turcos de todas las regiones del país. La experiencia en la ciudad de Nevşehir, a unos 60 kilómetros de Kayseri -una de las sedes de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA- quedará marcada para siempre en la memoria de estos jóvenes participantes, que apenas podían esconder sus radiantes sonrisas después de una semana entera de diversión y felicidad sobre los terrenos de juego.

El entusiasmo de los pequeños futbolistas de cerca de 11 años era un indicio claro de que el programa había alcanzado su objetivo. Aprovechando la celebración de la Copa Mundial Sub-20, las sietes sedes del torneo (Estambul, Bursa, Antalya, Rize, Kayseri, Trebisonda y Gaziantep) organizaron cursos a lo largo de los últimos meses, con 240 niños cada uno. A continuación fueron elegidos 80, mediante un criterio que no tenía que ver con la técnica sino más bien con los objetivos del proyecto: el juego limpio.

"Eso es lo que buscamos, al fin y al cabo. Estamos aquí con el propósito de facilitar las herramientas necesarias para que estas criaturas entiendan el fútbol de manera general, y el juego limpio es algo muy importante para todos", declara el embajador de la FIFA Simone Farina, que apoya el programa Grassroots. "Queremos que ellos porten esos valores hacia el futuro, que entiendan que el fútbol es un deporte de respeto, tanto hacia los compañeros como hacia los adversarios. Espero que les haya aprovechado".

Tal y como resalta Farina, embajador de la FIFA y un ejemplo del fútbol mundial al denunciar un sistema de apuestas ilegales en el fútbol, en Grassroots no hay victorias ni derrotas: quien acaba beneficiándose de esta rica experiencia que es jugar a la pelota es el propio fútbol y todos los participantes, ya sean niños o instructores.

En efecto, los 22 educadores turcos que se formaron a través de este programa estarán capacitados para organizar el mismo tipo de actividades en otras regiones del territorio nacional, haciendo cada vez más hondas y fuertes las raíces del proyecto. "Aprovechamos el Mundial Sub-20 para iniciar el programa, pero el programa puede continuar funcionando perfectamente gracias a estos educadores", explica Horst Kriete, asesor técnico de la FIFA y uno de los responsables de la iniciativa Grassroots.

"Queremos atraer a los niños al fútbol sin la necesidad de hacer grandes inversiones", agrega. "Muchos países y regiones no poseen clubes ni grandes centros, de manera que nuestra labor puede ayudar a sus muchachos a reunirse y a practicar deporte. No estamos hablando de altos rendimientos, sino del simple placer de jugar".

Desafíos, variaciones y goles para dar y tomar En Nevşehir, en el corazón de la Capadocia, niños e instructores pasaron la última semana ejercitándose en las más variadas actividades. Por ejemplo, un campo oficial se dividió en ocho espacios, cada uno con un objetivo diferente: marcar goles; probar habilidades, pases, remates, coordinación; jugar partidos de fútbol-tenis, de fútbol cuatro o de fútbol cinco, etcétera.

"La variación es el motor de la evolución", asegura Kriete. "Montamos algunos desafíos a los que estos chavales nunca se habían enfrentado y resultó muy positivo, porque seguro que no van a olvidar esos momentos. Hoy en día hay muchos casos de jugadores famosos que homenajean o recuerdan con cariño este tipo de sesiones con sus primeros entrenadores. ¿Quién sabe si no estaremos construyendo aquí ese vínculo?"

Aún es pronto para saberlo, pero algunos de los jóvenes que han corrido y se han empleado a fondo en los microcampos le habrían dado toda la razón a Kriete. "¡Yo adoro el fútbol! ¡Quiero estar donde haya un balón!", salta el pequeño Erman Vardar, de 11 años, quien no por casualidad tiene como ídolos a los menudos Xavi e Iniesta. "Estas vacaciones están siendo increíbles. ¿Qué puede ser mejor que jugar al balón todos los días?" se pregunta el chico, que por supuesto sueña con llegar a ser jugador profesional algún día.

Otro bastante feliz es Emir Sen, también de 11 años, que ha venido al curso desde Estambul y no se arrepiente. "Ha sido genial, algo que no olvidaré. Hemos conocido a muchas personas, hemos hecho amigos y hemos jugado al fútbol", resume el pequeño hincha del Galatasaray, cuyos mayores ídolos son el capitán de los Leones, Selçuk Inan, y el brasileño Ronaldinho. "Me han gustado mucho las actividades de chutar y de marcar goles, y he aprendido bastante sobre el juego limpio", nos cuenta.

El último día de Grassroots en Turquía apenas comenzaba y la satisfacción era evidente en todas las caras. Antes de despedirse, sin embargo, los participantes vivieron otra memorable experiencia. No muy lejos de allí, en el estadio Kadir Has de Kayseri, asistieron a la ceremonia de apertura y a los partidos del primer día de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA, un premio tanto para ellos como para todo el fútbol turco.